Capítulo 8: Una inesperada confesión y repentina oportunidad

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Una castaña de cabello corto que llevaba lentes de intelectual, miraba con cierto reproche a otra castaña, pero de cabello largo ondeado que platicaba por celular.

Pero que descarada, hace solo unas horas le pedía a Tsubasa que regresen y ahora trata de cielo a otro, bueno, ella le dijo que deberían volver, pero a su vez dio a entender que todo sería distinto, eso significa que si regresa solo será de apariencia, y que cada quién hará su vida, de seguro esos dos tienen algún acuerdo que les es muy beneficioso sobre todo a ella, pensaba Sanae, cuando la persona que observaba la saco de sus pensamientos.

¿Eres reportera?, decía Rika, tras haber dado por finalizada su llamada.

¡Eh! no, no como cree, soy una fan suya, respondió forzando una sonrisa la castaña.

Una Fan, dijo Rika, con una ligera sonrisa en su rostro.

Sí, eres Rika Sato, la modelo más famosa de nuestro país, yo admiro tu trayectoria,..., contesto la castaña.

Bueno siendo así, supongo que buscas mi autógrafo, ¿verdad?, dijo Rika, con orgullo.

Claro, me firma, aquí, agrego la castaña, sacando una libreta de su cartera un bolígrafo.

Por supuesto, contesto Rika.

En tanto: "Tokio"

No pensé que Sanae te lo pediría, creí que solo bromeaba, decía una joven, mientras caminaba junto a otra por una acera.

Sanae y yo nos conocemos desde hace mucho, somos buenas amigas desde la secundaria, ambas estudiamos en la misma universidad y con ello nuestra amistad creció más. Yo le presente a Sany a Yu, y ellos se hicieron también amigos, pero a partir de hoy, serás también tú mi amiga y de Yu, pronunciaba Yayoi.

¡Gracias señorita Aoba! decía Azumi.

Azumí, tenemos la misma edad, por lo tanto, nada de señorita, respondió Yayoi.

Pero eres mi superior, dijo Azumi.

No estamos en horario de trabajo, contesto Yayoi con calma.

Cierto, pero..., añadía Azumi.

Azumi, no más excusas, solo Yayoi, ¿sí?, dijo la peliroja.

Bien, contesto Azumi, haciendo una pausa para añadir: Lo lamento.

¿Qué lamentas?, respondió Yayoi.

Qué no estés en tu casa en este momento, de seguro hubieras querido descansar, tras un largo día de trabajo, decía Azumi.

En realidad, yo también tenía pensado ir con Yu, hoy, por ello la llamada de Sanae para pedirme que te traiga con él me cayó como anillo al dedo, contesto Yayoi sonriendo, haciendo una pausa para agregar: Yu, hace unas mascarillas para el rostro que te relajan bastante, ya las probarás, y quedarás encantada.

De seguro así será, pronunció Azumí, haciendo una pausa para agregar: ¿Tú sabes que Sanae y yo pertenecemos a...?

Sí lo sé, pero no lo digas fuera ni dentro de la revista, ya sabes que su verdadera identidad debe ser siempre un secreto, excepto para el jefe, y para mí que soy la persona que revisa sus reportes, contesto Yayoi, deteniendo su andar.

Sí, lo sé, pronunció Azumi.

Ya llegamos, es aquí, dijo Yayoi, al tiempo que un hombre de vestimenta extravagante salía a darles el encuentro.

¡Yayoi querida! Tanto tiempo sin venir ingrata, pronunciaba el hombre.

¡Discúlpame Yu! Tengo tantas obligaciones que a veces ni tiempo me sobra..., decía Yayoi.

LA PRIMICIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora