4. Super Jeno

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Jeno era un abogado, y uno muy bueno. Su habilidad para convencer a las personas lo habían llevado hasta su puesto de gran importancia en uno de los bufetes jurídicos más importantes de la ciudad.

La mayoría podía pensar que era un sujeto sin sentimientos a quien solo le importaba el dinero y utilizar a las personas, pero no podían estar más lejos de la verdad.

A pesar de ser un playboy a quien no le interesaba tener una relación estable en lo más mínimo, era una de las mejores personas que cualquiera podría conocer, prueba de ello era la gran cantidad de trabajos pro bono que realizaba para ayudar a las personas.

—No se preocupe, Sra. Park, —tomó la mano de la mujer entre las suyas y le sonrió con gran calidez—, le aseguro que su hijo no enfrentará ningún cargo, tenemos una testigo que afirma haberlo visto en la biblioteca a la hora exacta del crimen.

—Muchas gracias. — Respondió entre lágrimas la mujer cuyo hijo menor de edad había sido acusado de agresión por la desgracia de estar en el lugar equivocado en el peor momento, se trataba de un problema de discriminación racial por parte de unos policías que buscaban echar la culpa a cualquier inocente con tal de justificar su error de dejar ir al verdadero culpable.

La mujer se despidió y en cuanto ella salió su secretaria entró anunciando que tenía una visita de su hermana.

—Dígale que pase.

Luego de unos momentos entro una hermosa mujer con cabello rubio y sonrisa brillante.

—Por la expresión en el rostro de esa mujer asumo que se trata de otra injusticia que será resuelta por super Jeno.

El mencionado rodó los ojos ante el apodo, —hago lo que cualquiera haría.

—Si eso fuera cierto, más abogados harían lo mismo que tú.

El chico sonrió con tristeza, el saber que otros no lo hacían le ponía triste y se llenaba de un sentimiento de responsabilidad por todos los desafortunados que hay afuera.

—Pero no vine a hablar de lo buena persona que eres, sino para decirte que mamá quiere que la visites pronto —acomodó su cabello detrás de sus orejas—, dice que la has abandonado.

Jeno frunció el ceño al mismo tiempo que sonreía.

—La visité hace tres días.

Su hermana rió, —da igual, quiere verte.

—Está bien, iré a verla antes de que termine la semana.

Jimin asintió con una sonrisa para después quedarse viendo fijo a su hermano con una pregunta que moría por salir, pero temía que la respuesta fuera la misma de siempre.

—¿Ya encontraste a alguien especial?

Estaba listo para responder un rotundo "no" por instinto, pero un par de ojos azules y risa cantarina le hicieron dudar antes de responder una negación en un susurro.

Todo el rostro de la chica pareció iluminarse por completo, —¡Lo hiciste!— corrió hasta su lado para jalar de su brazo —¡conociste a alguien que te gusta enserio!

Jeno bufó y apartó la mirada un poco sonrojado.

—Claro que no, —refunfuñó concentrándose en su computadora en vez de en su hermana.

—¿Entonces por qué dudaste en responder?

Jeno comenzó a escribir en un archivo en blanco para evitar pensar en su encuentro con el hermoso chico.

—Porque recordé que tengo un trabajo muy importante que hacer, —señaló a su computadora con la cabeza al mismo tiempo que la miraba sin dejar de escribir.

—¿Entonces no te gusta Jaemin?

Él la miró sorprendido, ¿cómo sabía ella su nombre y que en efecto fue por él que dudo su respuesta?

—¿Cómo...

Su hermana rió ante la cara confundida de su hermano menor y luego le señaló el texto que estaba haciendo. No se había dado cuenta de que la última palabra que había escrito era el nombre de aquel hombre causando que sus mejillas se tornaran completamente rojas.

—Y no intentes convencerme de que ese nombre es parte de un caso, porque tu expresión te delató.

Suspiró derrotado, pero ni siquiera sabía que era lo que quería ocultar, no es como que quisiera algo serio con él.

—Es solo un chico que conocí el viernes. —Se pasó la mano por su cabello, desacomodándolo un poco— no se quiso acostar conmigo.

—¿No aceptó una aventura de una noche? —sonrió aún más—, ya me agrada ese tal Jaemin.

—Como sea, —rodó los ojos y continuó con su explicación— nos encontramos al día siguiente en el supermercado y lo ayudé a alcanzar unas cosas ya que es un maldito —bajó la mirada y añadió "adorable" en un susurro— enano así que lo acompañé para ayudarle a bajar lo que quería. Fue agradable, se rió de mis chistes.

Jimin soltó una risilla emocionada y comenzó a dar pequeños aplausos, ganándose una mala cara por parte de su hermano.

—Le gustas, si no jamás se hubiera reído de tus chistes.

Frunció el ceño y respondió en voz baja, —mis chistes son asombrosos— se acomodó mejor en su lugar antes de ponerse completamente serio, —de igual forma, lo único que yo quiero con él es una buena noche de sexo y ya que el insiste en ser fiel a su esposo no creo que eso vaya a pasar.

La chica suspiró desilusionada, —genial, la primera vez que mi hermano se enamora y es de un hombre casado.

Luego de eso tomó sus cosas para regresar a su trabajo antes de que su hora de descanso terminará y se despidió de su hermano dándole un beso en la mejilla.

Cuando por fin se quedó solo en su oficina solo podía pensar en una cosa, quería acostarse con Na Jaemin a toda costa.

Cuando por fin se quedó solo en su oficina solo podía pensar en una cosa, quería acostarse con Na Jaemin a toda costa

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Infieles - ADAPTACIÓN NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora