La plática con Yeeun había sido mucho más tranquila que la de la última vez, siendo que ahora había logrado terminar la tarde sin llorar ni un poco. Le había dicho lo mismo que ya le había explicado a Lee en su auto.
Tuvo que convencerla de que conservar su auto y sus restaurantes era una buena victoria, porque la chica estaba preparada para dejarlo sin nada más que lo mínimo para mantener a su futuro hijo, pero al final todo había salido bien.
—Esta tarde mandé la notificación a su dirección de trabajo, así que mañana por la mañana debería de encontrarla en su escritorio —terminó por decirle la abogada luego de casi una hora de discutir la postura que tomarían—. La cita para negociación es en cinco días.
Palideció de inmediato por los nervios —¿y no hay forma de prohibirle que vaya a la inauguración?—, preguntó mordiéndose los labios.
—Sin evidencias de violencia previa, no lo veo posible —intentó explicarle—, pero por lo que me contaste de él dudo mucho que se aparezca por ahí.
—Eso espero... —miró hacia el techo suplicante para luego volver a mirar sonriente a la chica—. Hablando de eso, ¿irás?
—Me gustaría, pero con tu amigote por ahí la que te puede armar un escándalo soy yo.
Se levantaron de sus asientos para despedirse, ambos cansados por sus respectivas actividades. Tomo las manos de la chica en símbolo de confianza y amistad.
—Si cambias de opinión no dudes en aparecerte —dio un pequeño apretón a sus manos antes de soltarlas.
Juntos salieron de la oficina hacia la recepción donde se encontraba el rizado charlando animadamente con el recepcionista del lugar. Ambos dejaron de hablar en cuanto los vieron salir de la oficina.
—Ángel —saludó Jeno acercándose a Jaemin—, ¿ya te vas?, ¿quieres que te acompañe a casa?
El recepcionista le dedicó una mirada conocedora antes de mirar a Yeeun en busca de que lo reprimiera como siempre hacia cuando el rizado buscaba seducir a algún cliente, pero esta nunca llegó, solo los miró divertida.
—Muchas gracias, pero me estoy quedando en casa de mi amigo... —empezó a explicar a Jeno—. El trabaja a unas cuadras de aquí, yo iré allá y cuando terminé nos iremos juntos.
—¿Cómo es que el sofá de Nakamoto es mejor que correr a tu ex de su casa? —cuestionó la chica, llamando la atención del otro abogado.
Jeno frunció el ceño de inmediato, molestándose por las palabras de la castaña y por recordar todas las cosas que le había contado su compañera sobre la relación que mantenía ese hombre con el castaño frente a él.
—Yo tengo una habitación extra en mi departamento por si... —ofreció nervioso con un leve sonrojo—, por si tú quieres otro lugar donde quedarte.
—Muchas gracias, Jeno —se abrazó a si mismo—, pero no me gustaría importunar. Imagino que debes recibir muchas visitas.
—Por el contrario —contestó Yeeun siempre lista para burlarse de su compañero—, yo más bien diría que casi nunca llega a dormir.
—En realidad la oferta es a cambio de comida y limpiar su apartamento —se unió el rubio a la mofa—. Se nota que un soltero vive ahí.
El hombre del que estaban hablando se puso rojo hasta las orejas por la vergüenza que le estaba provocando que dijeran todas esas cosas de él delante de Jaemin, no quería que mancharan la imagen que tiene el castaño de él, la cual no puede ser tan buena después de todo lo que ya sabe de él.
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Infieles - ADAPTACIÓN NOMIN
FanfictionJaemin está felizmente casado. Jeno está felizmente soltero. Jeno cree que todos serían infieles en las condiciones correctas. Jaemin cree que nadie verdaderamente enamorado sería infiel. "-Cariño, nadie es realmente fiel, -dice Jeno lamiéndose los...