24. Al fin

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—Sorn, no es lo que tú crees —habló Jaemin siendo el primero en atreverse a decir palabra—, eso pasó mucho antes de que ustedes se conociera. Incluso antes de que yo conociera a Mark.

—Y aún así te pintó a ti en vez de a mí, —la rubia agachó la mirada con tristeza— lamento haberte pegado, sé que tú no eres el culpable aquí.

La chica le dedicó una última mirada llena de rencor al moreno antes de propinarle una cachetada aún más fuerte que la que recibió el castaño y se fue del lugar con su amiga siguiéndola de cerca, diciendo palabras de aliento y orgullo por la forma de salir del lugar.

Yuta estuvo a punto de ir tras ella para darle una explicación, pero fue detenido por Mark quien con toda su ira acumulada le dio un puñetazo tan fuerte que lo mandó directo al piso, alertando a los otros dos hombres que seguían en la sala.

—¡Mark, detente! —gritó Jaemin interponiéndose entre ambos hombres—, ¡Ya escuchaste que sólo pasó una vez y fue mucho antes de que entraras a mi vida! ¡No significó nada para ninguno de los dos!

El rubio se disculpó antes de salir de la habitación con prisa diciendo que debía darles privacidad, pero no se fue lejos, se quedo en la entrada de esa sección para evitar que cualquier persona entrase para ver la incomoda escena y listo para intervenir si las cosas se ponían más feas.

—¿Y por qué lo pintó si no significó nada para él? —preguntó Mark furioso, deseaba volver a conectar su puño con el rostro de Yuta, lo había querido por mucho tiempo.

—Justo por esto, —contestó el moreno levantándose del suelo, tenía la boca teñida de rojo por la sangre que había salido del golpe— quería provocarte, que Jaemin viera la bestia que eres.

Jaemin lo miró confundido, —¿qué demonios, Yuta?

—Pregúntale qué hacía en mi casa, —miraba con odio al castaño más alto— porque fue algo bastante parecido a lo que ocurrió aquí.

Ahora fue el turno de Mark de recibir la mirada de su esposo llena de confusión y tristeza, pero sobre todo, de decepción.

—¿Fuiste a golpear a mi mejor amigo? —se acercó a su pareja con los brazos cruzados y la voz temblorosa—, ¿fue acaso por celos?

—¡Algo mucho mejor todavía! —Gritó de nuevo Yuta como loco al ver que el interrogado no planeaba responder en su defensa—, fue porque vi algo que él no quería.

El más bajo colocó su mano sobre el pecho de su esposo y lo vio directo a los ojos antes de hacer esa pregunta que le comía desde adentro. —¿Qué vio?

Mark miró los ojos llenos de lagrimas de su esposo y supo más que nunca que había metido la pata hasta el fondo, y también sabía que después de esto no habría vuelta atrás. Tendría mucha suerte si Jaemin le dirige siquiera una mirada.

El ambiente se llenó de silencio mezclado con todas las emociones que flotaban en el aire; enojo, tristeza, decepción y alegría de parte de Yuta.

—Su nombre es Sana, —habló finalmente el hombre— la conocí hace como un año, la vi cantando en un bar y yo... quede prendado de ella. Tomamos una cerveza cuando terminó su turno y al final de esa noche fuimos a su departamento.

>>Me sentí terrible toda esa semana porque no podía dejar de pensar que acababa de arruinar lo mejor que me había pasado en la vida, pero por algún motivo regresé cada fin de semana y la historia se repitió una y otra vez. —Estiró su mano para acariciar el cabello de Jaemin, pero este se apartó de golpe, lagrimas caían sin control de sus ojos.

Infieles - ADAPTACIÓN NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora