9. Mensajes

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Llevaba mirando a su teléfono por varios minutos, se debatía entre mandar o no un mensaje a aquel chico que no había abandonado su mente en los últimos días.

Puso un emoji de una berenjena y una gotas, sonrió ante esto, pero lo borró antes de enviarlo. Sabía que si enviaba algo así sería brutalmente ignorado por el castaño.

Había dicho que serían amigos y el no arruinaría ese progreso, fingiría ser el mejor de los amigos hasta que viera una ventana para lanzarse sobre de el castaño.

Pensó en enviar un chiste, normalmente reconocía que no era la mejor idea, pero a Jaemin parecían divertirle sus malas bromas. Volvió a negar con la cabeza. ¿Por qué era tan difícil hablarle a este hombre?

—¿Qué estás haciendo? —preguntó su compañera de trabajo y lo más cercano a una mejor amiga que tenía, a quién por cierto no había notado entrar a su oficina.

Miró a la castaña con el ceño fruncido, —¿Qué quieres, Aeri?

—Llevo esperando casi media hora a que le respondas a tu secretaria si estás ocupado o no, —caminó hasta el escritorio del hombre y notó como este escondía su teléfono debajo de una carpeta.

—Ya estás aquí, —sonrió con desinterés— ¿qué es lo que quieres?

Aeri pensó en tomar el aparato para ver que lo tenía tan distraído, pero abandonó de inmediato la idea ya que no quería invadir su privacidad, —quería saber tu opinión sobre un caso.

Le entregó un folder con la información del caso para que este lo analizara. Mientras Jeno estudiaba el caso de divorcio que estaba manejando, siguió observando al lugar donde se encontraba el móvil del otro y al final la curiosidad fue más fuerte que su respeto pues terminó por abalanzarse sobre el escritorio para tomarlo.

El castaño intentó detenerla, pero ella fue rápida en introducir la contraseña que sabía era el cumpleaños de la mamá del hombre y se encontró con una conversación de chat vacía.

Frunció el ceño y el teléfono fue arrebatado de sus manos por su respectivo dueño, —¿Qué te pasa?, no puedes tomar las cosas de los demás sin permiso.

Rodó los ojos, —da igual, borraste la conversación así que no sabré lo que te tiene tan distraído— ambos se volvieron a sentar en sus respectivos lugares —¿acaso le debes dinero a alguien? ¿o te volviste a acostar con una mujer casada y su esposo te busca?

—¿Qué dices? —fue el turno de Jeno de fruncir el ceño.

—¿Una mujer te busca porque te acostaste con su esposo? —lo miraba llena de diversión— no puede ser, vi que era el nombre de un chico.

—¿Quieres mi ayuda con el caso o saber sobre mi vida privada?

No esperaba una respuesta así que volvió a leer el caso bajo los atentos ojos de la chica que parecieron iluminarse con una idea descabellada.

—Ha no ser que no la hayas borrado y estabas esperando su mensaje.

Bajó el folder con fastidio y se llevo la mano izquierda al puente de su nariz, —no seas ridícula, yo no espero el mensaje de nadie, iba a decirle que fuera a mi departamento esta noche para hacer actividades indebidas.

La chica rió creyendo lo que decía su amigo, él era así después de todo.

Así que después de que Jeno diera su opinión respecto al caso y con quién creía que debía ir el niño de tres años, observó a su amiga salir, Dándole oportunidad de tomar su teléfono y sin pensar mandó un texto.

"Knock knock".

Jaemin sonrió al ver el mensaje en su pantalla de notificaciones, no tenía duda de quién lo había mandado.

"¿Quién es?".

No tardó ni un minuto en recibir una respuesta.

"El amor de tu vida por una noche".

Rodó los ojos con una sonrisa e igual contestó.

"El amor de tu vida por una noche, ¿quién?".

"Jeno, creí que era obvio".

Rió un poco ante la respuesta del de ojos verdes, pero no respondió, solo guardó el teléfono ante la mirada atenta de Yuta.

—Ya veo que Mark aún te hace reir, —mencionó serio sin dejar de pintar en oleo a su mejor amigo— ya te dije que si no dejas de moverte voy a retratarte como a un duende.

—Sabes que odio quedarme mucho tiempo quieto, debiste pedirle a Sorn que fuera tu modelo.

El moreno bajó su pincel, —y yo te dije que nos peleamos anoche por sus celos sin razón.

Jaemin se mordió el labio con remordimiento para ser abrazado inmediatamente por el otro, —no es tu culpa que ella crea que hay algo más entre tú y yo.

—Pero igual siento que estoy arruinando su relación.

El moreno lo abrazó con fuerza y paseo una de sus manos por el suave cabello de su amigo, —tú vas antes de cualquier relación que pueda tener.

Jaemin sonrió ante esas palabras.

Una vez separados, el castaño regresó al banco donde originalmente estaba sentado y Yuta tomó su pincel para continuar retratando al chico siendo interrumpido por el sonido de notificaciones de este. Observó un mensaje nuevo en la pantalla de notificaciones.

"¿No hay nadie en casa?".

Sonrió involuntariamente y luego se regañó por hacerlo, ni siquiera había dicho nada gracioso. Ignoró el mensaje creyendo que era lo mejor.

—Sabes que tu esposo se enoja si no respondes sus mensajes, —el pintor mencionó sin apartar los ojos de su obra en proceso.

—Qué bueno que no era de él, entonces.

Yuta lo miró curioso, pero no preguntó más al respecto, dejaría que lo que fuese que estaba ocurriendo en la vida de su amigo siguiera creciendo y sin darse cuenta sonrió ante la idea que acababa de formarse en su mente.

Yuta lo miró curioso, pero no preguntó más al respecto, dejaría que lo que fuese que estaba ocurriendo en la vida de su amigo siguiera creciendo y sin darse cuenta sonrió ante la idea que acababa de formarse en su mente

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Infieles - ADAPTACIÓN NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora