13. Realización

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Jaemin había pasado toda la tarde con Yuta, lo había visto pintar lo que parecía ser el parque que estaba cerca de sus casas, al cual iban seguido en su adolescencia a platicar, pero su atención se centraba en los trazos de lo que parecía ser un cuerpo desnudo.

Preguntó de quién se trataba mientras con su delgado dedo señalaba la libreta con los bosquejos que se encontraba oculta debajo de algunos materiales de pintura.

—Es Sorn, —contestó el moreno cuando le preguntó de quién se trataba— es una sorpresa así que por favor no le digas.

Estaba disfrutando su último día antes de volver a trabajar y no se le ocurría alguien mejor que su mejor amigo para divertirse, aunque sólo conversaran mientras este pintaba.

Jaemin siempre creyó que era curioso que un artista tan talentoso cómo él se dedicara a hacer tatuajes, pero como se veía tan feliz con su estudio no le pareció apropiado decir nada, aunque recordara como en la universidad este soñaba con tener sus pinturas exhibidas en alguna galería.

Mark prometió recogerlo cuando saliera del trabajo, pero como de costumbre ya llegaba tarde y Yuta comenzaba a verse molesto.

Claro que no le molestaría que Jaemin pasara incluso toda la noche en su departamento, pero le desagradaba lo impuntual que podía llegar a ser en cuanto se trataba de su esposo y era peor porque no era la primera vez que eso pasaba.

Fue por eso que el castaño tuvo la tonta idea de mentirle a su mejor amigo y decir que Mark ya lo estaba esperando a una calle de distancia. No muy convencido dejó ir a su amigo, lo cuál tal vez nunca se enteraría que fue la peor idea porque después de eso, Jaemin caminó un par de cuadras hasta llegar a una calle bastante transitada donde poder esperar.

"Yuta tuvo que salir así que te esperaré a un par de cuadras" mandó el texto junto con su ubicación.

No tardó en recibir una respuesta por parte de su marido diciendo que estaba por salir del trabajo y enseguida llegaría por él.

Jaemin esperaba que eso fuera verdad porque estaba comenzando a anochecer y no llevaba nada con que taparse. Observó a su lado un señalamiento de tránsito y se recargó contra este para esperar un poco más cómodo.

Pronto ya había pasado una hora, el cielo se había oscurecido las luces de la ciudad comenzaban a brillar más que las estrellas. Si no contaban el tremendo frío que hacía, esta sería una hermosa noche lo cuál solo motivaba a Jaemin para seguir esperando por Mark, valdría la pena cuando ambos condujeran bajo el estrellado cielo y si tenía suerte, estaría de buen humor para pasear juntos por las calles de la ciudad a pie.

La temperatura bajaba con cada minuto que transcurría, el hombre ya había comenzado a frotar su manos y abrazarse a si mismo con la esperanza de entrar un poco en calor.

Ya no podía regresar con Yuta porque sabría que había mentido y eso traería muchos problemas, en especial si le contaba a cualquiera de sus hermanas. Podría entrar a alguna cafetería, pero no dejaba de decirse que su esposo llegaría en cualquier momento y quería estar listo para cuando pasara.

Luego apareció Jeno, asustándole al comienzo, después le tendió su chaqueta y Jaemin había estado muy agradecido por eso, pero al final lo había hecho enojar, causando que lo dejara sólo y con frío.

Entre más se alejaba el rizado, se arrepentía más y más.

Sin darse cuenta comenzó a llorar y se odiaba por no saber que causaba que las lagrimas cayeran por su rostro; por un lado tenía el hecho de que le había mentido a su mejor amigo, por su propia estupidez se estaba congelando y se exponía a peligros esperando sólo de noche, por el otro lado sabía que debía haber aceptado la oferta de Jeno y que tenía razón en haberlo llamado tonto, y aunque no le gustara admitirlo, la mirada que le dedicó el rizado le había dolido muchísimo.

Infieles - ADAPTACIÓN NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora