11. Silver Bullet

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Las amistades no son tan inquebrantables como se nos hace creer cuando somos infantes. Estamos cegados por el velo de la inocencia y nos impulsa a ignorar a grandes rasgos que las amistades cambian, para bien o para mal. Se moldean, se desequilibran, se fortalecen, pero al final de su ciclo acaban por desmoronarse, se marchitan como flores en invierno.

No tiene caso que intentemos repararlas, solo es un esfuerzo que hacemos por sentirnos acompañados en este mundo, pero da igual a fin de cuentas. ¿A quién le interesas realmente? Es una pregunta que en algún punto de la vida nos hacemos. Para bien o para mal es necesario plantearla, mirar a quiénes tienes cerca y proclaman a vivas voces ser tus amigos, puede que ellos sean los primeros en clavarte el puñal de la traición.

No puedes fiarte de tus amigos, no puedes confiar en tu familia, ni siquiera puedes confiar en ti mismo. ¿Qué se supone que debes hacer entonces? ¿Dónde está el sentido de todo esto? Es parte de la angustia del ser vivo, no saber a quien creerle. No guste o no, confiar es parte de la vida, en algún momento depositamos nuestra confianza en alguien; si nos traicionan o no es algo que no podemos predecir.

Vaya mierda de concepto, pero es bastante cierto.

ㅡEh, Quacks ¿Estas escuchando?ㅡ.

Alzó la mirada, observando como Luzu se levantaba del escritorio y se acercaba hasta donde se encuentra, sentándose a su lado sobre las sábanas oscuras de su cama. El mexicano suspiró, con la mirada fija en el techo sobre sus cabezas, divagando, dejando que su tren de pensamiento corra libremente por las vías de su mente, despegando sus pies de la realidad, dejándolo sumergirse en su cavilaciones.

"Las cosas son diferentes" Repite una voz en su cabeza. No le quita la razón.

Cuando todo ésto empezó mucho de lo que lo mantenia atado a Luzu era su ambición, el beneficio monetario y de propiedad que le otorgaba a cambio de ser otra de sus posesiones. Pero después del ataque, la forma en la que el castaño se ha comportado con él es... diferente, no en una mala manera, solo que es... extraña.

No quería darle importancia a dicho detalle, se ha esforzado por dejarlo pasar. Sin embargo, ahora que lo tiene a su lado, acariciando su cabello mientras divaga, no puede evitar al pensamiento. Es inquietante y abrumador, lo que tienen es solo una sociedad, una transacción. Y aún así él... ¿Por qué...

No lo entiende.

ㅡYa encontraron el rastro de Rubiusㅡ Susurró el castaño, acariciando su mejilla, observando sus facciones y delineando los contornos de su rostro con las yemas de sus dedos ㅡ¿Estas seguro de que puedes hacerlo tú?ㅡ Indagó, recibiendo una mueca de inconformidad, se apresuró entonces a añadir: ㅡLa herida aún no sana, deberías pensar en elloㅡ.

ㅡQuiero matarloㅡ Musitó, llevando su mirada hacia los ojos rubíes del castaño ㅡQuiero que su vida se extinga bajo mis manos. No me importa que creas tú, lo haré de todas formasㅡ Afirmó, frunciendo el ceño con ligereza, decidido.

Luzu suspiró, sabiendo que no lo haría cambiar de opinión. Teme que Quackity esté cegado por la venganza y que ese sentimiento lo lleve a destruirse al no darse cuenta de todo el riesgo que representa para él. Sólo pasó una semana desde que dejó el hospital, es demasiado pronto, pero sabe que no evitará que vaya a saciar sus deseos de sangre, así es él, es la reputación que se ha labrado y la que está empezando a conocer.

Resignado no hace más que inclinarse para besar sus labios, queriendo disipar la tensión que ha hecho nido entre ellos. No quiere ser visto como un enemigo pero se preocupa por su bienestar. El mexicano corresponde unos segundos más tarde, dejando que el contacto apasigue la caldera que se forma en su estómago. Lo tranquiliza por ahora pero no extingue el sentimiento que se arremolina en su cabeza, no es capaz de extinguir su odio.

BLIND | LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora