4. Whisky Irlandés

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Restriega sus manos contra su rostro, buscando ahuyentar el cansancio que lo abruma en éste momento, las habituales ojeras bajo sus ojos son pronunciadas y oscuras, denotando la excepcional falta de sueño que lo ha mantenido tenso durante los últimos días.

Luzu suspira, dejando caer su peso en la silla de su escritorio, observando perezosamente los documentos sobre el mismo, aún tiene dos pilas de documentos que revisar y firmar, y por si fuera poco, aún tiene una junta con sus inversionistas que no puede posponer.

Esto de dirigir una importante distribuidora de licores transnacional es ridículamente agotador.

Se remueve en su cómodo asiento cuando su celular suena sobre el escritorio, una sonrisa amplia se dibuja en sus labios cuando mira la pantalla y nota que se trata de un mensaje, pero no de cualquier persona, sino que se trata de la cautivadora estrella latina que no ha parado de mensajearle durante los últimos días. En esta ocasión es un mensaje corto, algo extraño para alguien tan hablador como el pelinegro.

«¿Estas libre ésta noche?»

Es lo que dice y sus ojos cansados miran los papeles frente a él, como si estos le acechacen para recordarle que tenía trabajo que no podía posponer por el capricho que tenía con el mexicano. Vamos, se supone que solo sería algo de una noche y ya ¿Como fue que acabó extendiendo esto a tal punto que le cuesta decirle que no?.

Se refriega los ojos y se endereza en su asiento, escuchando el ligero crujido que tiene su adolorida espalda. Tipea que se encontrará ocupado sin embargo su dedo flota sobre el botón de enviar, sin presionarlo. Es como si la imagen del pelinegro se escurriera dentro de su mente cual fuerza invisible, como si ese brillo acaramelado en sus orbes oscuras lo hiciese despegar los pies de la tierra y lo pusiese a viajar.

Luzu no sabe exactamente qué es, pero presiente que Quackity esconde algo más tras su capa de coquetería y actuar audaz, algo que se oculta en las piscinas infinitas de sus ojos vivaces.

Se desconoce a sí mismo cuando borra el contenido de su mensaje y escribe lo siguiente: «Estoy libre desde las 7, ¿Por qué?».

La respuesta llega casi al instante.

«Cena conmigo esta noche».

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El cielo nocturno se alza nuevamente sobre su cabeza al momento en el que baja del auto. El chófer cierra la puerta mientras él avanza hacia la entrada del edificio, la chica de la puerta le recibe y le indica que le siga mientras se adentran al costoso restaurante donde el mexicano le ha citado esta noche.

No puede decir que no se encuentra impresionado por el lugar, ya que nunca esperó que Quackity lo invitase a comer a un sitio tan lujoso. No le gusta subestimar a las personas ni mucho menos asumir cosas, pero valla que le tomó sin cuidado siendo que no esperaba un sitio tan ostentoso.

Sigue a la muchacha hasta el ascensor que los lleva al tercer y último piso del restaurante, en éste hay pocas personas, cada quien bien distanciada de la otra, encapsulados en sus propias conversaciones. Avanzan entre las mesas hasta que finalmente logra divisar al mexicano en una solitaria mesa al fondo.

Lo ve levantarse, portando ésta noche una camisa oscura de color azulado y un saco grisáceo, como siempre su cabello desordenado permanece cubierto por un gorro de lana oscura.

ㅡLuzu, que bueno es verteㅡ Exclamó el pelinegro, sonriendo ampliamente ante su llegada.

Corresponde a su saludo y ambos toman asiento, la muchacha que lo ha guiado hasta ahí les indica que el mesero vendrá pronto por sus ordenes antes de marcharse. No puede evitar escudriñar el rostro sereno del hombre frente a él, en como su tinte picoso combina tan bien con el aire refinado que emana en este momento, danza armoniosamente con su actitud desordenada, un matiz de él que nunca había visto.

BLIND | LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora