Capítulo 5: Educadora sexual.

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— ¡Oh, crap! ¡Me duele mucho la cabeza, siento que me va a explotar!—exclama Dylan tocándose con desesperación la cabeza en un intento fallido para que el dolor disminuya.

— ¡Esto es peor que los cólicos!—grita Charlotte con sufrimiento.

—Nada es peor que los cólicos—comenta Dylan así que todas asentimos en señal de acuerdo.

—Bueno, pero se acerca mucho—dice con los ojos cerrados.

— ¡Esto les pasa por estar de antiporas!—las regaño poniendo cuatro vasos con agua y cuatro aspirinas frente a ellas.

— ¿Qué persona de este siglo dice antiporas?—murmura Astrid cerrando los ojos y poniendo sus manos en la cabeza tras tomarse la pastilla.

— ¡Yo! ¡¿Por qué?!—le grito en el oído.

— ¡Puta madre, cállate!—me intenta gritar en respuesta.

Respiro hondo para poder tranquilizarme y no ahorcarlas mientras me siento en el piso pidiéndoles que hagan lo mismo y me cuenten que demonios hicieron anoche.

—Bueno—inicia Danna—en realidad, luego de que Dylan dijo sepárense yo...

—Resúmelo—la interrumpo con un tono frio.

—Okey, solo recuerdo que me quise ir corriendo pero choque con un tipo guapo que me ofreció un limoncito acido, y luego solo recuerdo que me salí de la fiesta, no tengo idea de porque, y me puse a charlar con un amigo—dice con una sonrisa inocente.

— ¿Un amigo?—Le pregunto incrédula— ¡Hablabas con una planta, Danna! ¡Una planta!—le grito notoriamente molesta.

Mi habitación se vuelve un caos debido a los gritos de todas para que deje de regañarlas, gritarles y debido a sus dolores, pero es que ellas tienen la culpa ¡arruinaron mi noche!

— ¡Continúen!—les grito a todas enojada terminando con la discusión.

—Yo solo recuerdo un circulo y... ¿Por qué traigo avena en la blusa?—pregunta Dylan mirando confundida su blusa.

—Es vomito... y hablando de vómito, ¿Qué recuerdas tu Charlotte?

— ¿Vomito? ¿Por qué vomito? Solo recuerdo un bigotito y mucha diamantina.

—Tres cosas; uno, no era diamantina, era cocaína, dos, perdiste las reliquias de oro de tu madre a cambio de la cocaína y tres, ¡arruinaron mi noche!

—Ni que hubieras tenido la oportunidad de tener sexo salvaje.

— ¿Gracias? ¡Agh! ¡Ese no es el punto! ¿Qué no pueden ser responsables?—pregunto exaltada.

—Define responsable—habla Astrid con tono curioso.

— ¡Agh! Es el colmo.

—Ve el lado positivo, estamos en una pieza—dice con una sonrisa inocente Charlotte.

—Uste...—mis palabras quedan en el aire al escuchar el grito de Danna.

— ¡¿Por qué tengo un tatuaje de una planta aquí?!—grita Danna señalando el hueso de su cadera.

— ¡¿Qué?!—grito acercándome y verificando lo que acaba de decir—. ¡¿Este es tu lado positivo Charlotte?!—exclamo molesta, mi mente solo me dice "ve y golpéalas, ve y golpéalas" pero no lo hago, solo rechino mis dientes tanto que hasta duele para tratar de tranquilizarme, no dudo que hasta me salga humo de las orejas.

— ¿Qué? ¡¿Qué Danna se haya tatuado  una planta no quiere decir que todas lo hayamos hecho?!—me grita molesta.

— ¡Mira pe...!—comienzo a gritar pero de nuevo soy interrumpida por dos golpes en la puerta.

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