Capítulo 17

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Cuando ambos llegaron, Nic lo ayudó a sentarse en una silla, a lo que el señor Torres se apresuró y sin ninguna vergüenza se recostó sobre la mesa.

«Será mejor que le pida un agua, ya me duele la espalada de tanto ayudarlo a caminar», pensó Nic, para luego llamar al mesero.

-Buenas noches, quisiera dos porciones pequeñas de pollo rostizado para llevar y una botella de agua mineral, pero el agua ¿lo podría traer ahora?, mi acompañante lo necesita -manifestó Nic, señalando al padre de Brandon por lo último que dijo.

-Claro joven, su pedido no tardará mu... -detuvo sus palabras, ya que cuando levanta la mirada para ver al acompañante, quedó sorprendido-. ¿Se- señor "T"?

El mesero se llamaba Owen, tenía aproximadamente veinticuatro años y era alumno del señor Torres desde hace cuatro años.

-¿Lo... conoces? -inquirió Nic, confundido.

-Es mi maestro de defensa personal y de vez en cuando... nos embriagamos en su escuela -respondió Owen, mientras palpaba su cuello, avergonzado-. A ti no te he visto en sus clases, así que ¿Cómo conoces al señor "T"?.

Nic no sabía qué responderle a Owen, así que optó por quedarse en silencio.

«Lo peor que te puede pasar, es que un extraño te pregunte algo que para ti es un poco complicado responder, ya sea por vergüenza o por que te hace recordar cosas que preferirías olvidar», pensó Nic, ceñudo.

Al notar que el ambiente era un poco incómodo, Owen decidió retirarse y atender la orden de Nic.

Mientras tanto, la palabra "Traición" aún resonaba en los oídos de Nic, dejándole un desazón; el mesero regresó a los pocos minutos con una botella de agua y regresó a preparar su orden.

-Señor Torres... -le murmuró, mientras le palpaba uno de sus hombros para hacerlo despertar, pero no lo consiguió.

[...]

Nic volvió a sacar su celular para ver la hora, ya casi daban las once de la noche; en eso, vio al mesero acercarse con su pedido.

«Ya viene; señor Torres... no me puedo quedar por más tiempo, mi madre me espera», pensó Nic, indeciso.

-Aquí esta su pedido joven, serían veintiuno con cincuenta -dijo Owen, afable.

-Sí... un momento por favor -Se supo de pie con un gesto ambiguo y se acercó hasta el asiento donde el padre de Brandon se encontraba -Señor Torres... despierte, ya... me tengo que ir.

Owen notó la incertidumbre de Nic, así que le propuso lo siguiente:

-Joven, si gusta puede irse, yo me quedaré hasta que despierte y lo llevo a su casa, a fin de cuentas, no es la primera vez que veo al señor "T" en este estado.

-¿Ha bebido otras veces? -inquirió con disgusto.

-Sí y las veces que lo hace, siempre termina así o llorando y diciendo que traicionó a alguien por su cobardía.

«Traición... ¿Por qué siempre menciona esa palabra?, el señor Torres no parece la misma persona de hace seis años», pensó Nic, absorto. «Si el idiota de Brandon no hubiese respondido aquella llamada, nuestras familias no se hubieran desmoronado».

-¿Joven?, ¿está... todo bien? -preguntó Owen, al verlo abstraído.

-Sí... -Tomó una servilleta de la mesa, escribió su número telefónico y se lo entregó a Owen- Será mejor que me vaya, cuando el señor Torres vuela a estar sobrio ¿podrías decirle que me llame a ese número? mi nombre es Nic.

Ángel al CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora