Capítulo VII

350 40 12
                                    

Maldice y se ádrenla en la carretera dejando a una Naruto perplejo en la puerta de mi casa. Durante el trayecto no hablamos, el solo tiene la vista fija en el camino, se desvía a una zona rural y puedo imaginar a donde iremos, mientras no emito sonido alguno, me pongo cómoda en el asiento acomodando mi vestido floreado ya que faltan unos cuantos kilómetros para llegar a su destino.

20 minutos más tardes Sasuke estaciona el carro frente a un lago, sale del carro aun con su expresión seria plasmada en la cara. La noche yace sobre nosotros iluminando el lago con la luz de la luna, bajo del carro siguiéndolo, mis tacones se entierrar en el camino y opto por quitármelos antes de seguir. Cruzo el puente que llega hasta la mitad, mi mejor amigo está sentado con los pies colgando mientras mira el cielo.

Siempre le gustaba venir cuando estaba confundido o muy furioso con alguien o algo, me siento junto a él en el borde, el lago se ve completamente negro y eso me aterra más sin querer hacer un drama por eso dejo mis pies colgando tambien.

—No debiste irte sin avisar...

—Primero estas tú, ¿no crees?

—Dices que primero estoy yo antes que cualquier pelele como ese, pero no quieres hacerme caso cuando te digo que no es el hombre correcto para ti.

No tengo nada que responder, Sasuke suele ser muy lógico en todo lo que hace o dice y honestamente no tengo como refutar.

—Estas ciega solo porque un idiota te presto atención, créeme que cuando te vea embarazada saldrá corriendo.

—No es así.

—¿Dime cómo será?

—¿Crees que los hombres aceptamos criar hijos que no son nuestros así porque si, Sakura?

—No quiero hablar de eso ya, no podemos estar peleando a cada dos por tres, Sasuke. No quiero que nuestra amistad se vea involucrada en mi relación con Lee. No quiero perderte nunca, lo sabes, ¿no?

Asiste a regaña dientes.

—Se quejó de todo lo que tenías puesto, que si tu vestido era muy formal para cenar, que si tu cadena era muy costosa para usarla dentro de la casa, coño, solo le faltó decir algo sobre tus zapatos.

—Él no está acostumbrado a estas cosas...

—No importa si estas o no acostumbrado. Tu chica se viste hermosa para ti y actuase como un completo imbécil. A mí me gusto tu... tu... ¿Cómo dices tú?

—¿Outfit?

—Sí, outfit.

Me rio a carcajadas, sin dudas en mi mejor amigo, me presta atención en cada estupidez que digo hasta se aprende mis palabras.

—¿Estás diciendo que estoy hermosa? — niega.

—Estabas.

—¿Por qué...

Sin previo aviso me agarra por la cintura y se lanza conmigo en brazos al lago, el agua fría congela mi cuerpo en segundos. Grito por lo inesperado del momento y Sasuke solo se ríe a carcajadas.

—¡Estas loco, Uchiha! — gritar no cambia el hecho de que estoy metida en un puto lago totalmente negro, no se ve nada y eso me da miedo.

—No podías estar toda la noche perfecta — su sonrisa me esfuma la rabia, nado hasta estar agarrada a él como una puta sanguijuela. Mis piernas se enredan en sus caderas y el no duda en tomarme por las nalgas para que no me hunda.

—Sácame de aquí, ahora mismo, por favor.

—Esta divina el agua, ¿no te parece, enana?

—No, esta helada.

Antojos de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora