Capítulo VIII

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Trato de descansar en el sofá cama de la habitación de mi abuela, solo es cuestión de tiempo para que ella despierte para robarme mi energía con sus malcriadeces y pataletas, a veces pienso que ella es la nieta y yo soy la abuela. Es una vieja loca, un día de estos me va a matar de un disgusto.

—¿Viniste a cuidarme o a dormir?

La voz cansada y latosa de mi abuela inunda mis oídos, parpadeo varias veces hasta lograr abrir los ojos y fijarme en mi rubia abuela. Tiene el ceño levente fruncido, seguramente lleva rato despierta. Veo mi teléfono y solo pasaron 3 horas desde que había llegado, sentí que había dormido como una eternidad.

—¿Cómo te sientes, abuela?

—No muy bien, mi cirugía no salió como esperaba.

—No quiero discutir antiguo sobre tu inconsciencia, abuela. Eso lo hablaremos cuando te sientas mejor y puedas aguantar un gran sermón de mi parte.

—No soy una niña que necesita que la cuides...

—Si eso fuera cierto tu no estarías en esta habitación con cables conectados a tu cuerpo, pero como ya dije, hablaremos cuando te sientas mejor, Abuelita — Sasuke me ha dicho muchas veces que el sarcasmo no va conmigo, pero si va con el momento. Ella rueda los ojos con fastidio y dice:

—¿Te quedaras?

—Sí, ya que tengo que cuidarte como si fueras una adolescente...

—Puedes irte, no tienes que hacerlo — no está hablando de cuidarla, está hablando de la casa de su casa.

La verdad era que no toleraba estar en su casa, me traía tantos recuerdos de mi madre y de mis primeros años de vida que se me encogía el corazón y terminaba recordando su muerte. Sé que recordar es vivir, sin embargo, cuando son unos recuerdos hermosos que no volverán jamás duele en el alma.

—Debo cuidarte...

—No hace falta que te esfuerces tanto por mí, Sakura.

—Abuela, tu eres lo único que me queda...

Ella asistió no muy convencida, la verdad es que me conocía bastante bien. La habitación se tormo silencia, no quería discutir con ella y tampoco sabía que hablarle para hacerla sentirme mejor por ser irresponsable.

No quería decirle lo de la inseminación y menos quería comentarle que no había funcionado en lo absoluto, me dolía y avergonzaba de alguna manera. Suspire pesadamente, cuando ella me iba a responder una enfermera llego para indicarme que doctor pasaría hablar conmigo para firmar la documentación del seguro y no sé qué cosas más y obviamente hablarme sobre la imprudencia de mi dulce y tierna abuela.

15 minutos más tardes entro un hombre no mucho mayor que los padres de Sasuke, eso calculaba yo mientas me hablaba, como ya me había comentado antes mi abuela falsifico unos documentos y eso trajo consecuencias casi catastróficas, pudo morir. Cada palabra del doctor significaba una miraba negativa para mi abuela Tsunade, ella rodaba los ojos restándole importancia, como si de verdad no estuvo a punto de morir por sus mentiras. Quería estrangularla por hacerme pasar estas cosas.

Me indico el doctor que podíamos irnos por la mañana, que pasaría la noche en observación para prevenir, todo en general estaba bien en su salud.

¡Vieja suertuda!

La noche fue incomoda, después de esa pequeña siesta cuando llegue no pude conciliar el sueño de nuevo, está nerviosa por ir al día siguiente a la casa de mi loca abuela, estaba preocupada por lo que pensaría Lee de mi por desaparecer y aparte me sentía consternada por no estar embarazada.

Antojos de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora