❬ 柔软 ❭ ─ Persona C es perfecta y cree que persona A también lo es; juntos se verían bien. Aunque, claro, podría existir posibilidad de ellos juntos si tan sólo persona A no tuviera a persona B en la cabeza todo el día.
𝗜𝗡𝗙𝗢𝗥𝗠𝗔𝗖𝗜𝗢́𝗡:
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¡Crash!
Un estruendo se escuchó en el salón de reuniones, paralizando a todos los miembros del consejo estudiantil. Si hubiera ocurrido hace una semana, Eunwoo se habría asustado y, de hecho, soltado una maldición por lo bajo. Hoseok, a su costado, indudablemente habría pegado un grito al cielo; para su sorpresa, era del tipo que renegaba fuerte cuando estaba aterrado, pero, aunque no le gustara, se acostumbraron tanto al sonido de cosas romperse que, en un momento, dejó de ser extraño.
Eunwoo jugó con el lápiz en sus dedos, haciéndolo girar una y otra vez. Sabía a quién encontraría cuando levantara la cabeza; de lo que no estaba segura era si estaba preparada para enfrentar el sentimiento que aquella imagen iba a ocasionarle. Pasó saliva con dificultad. Tenía que hacerlo. Era su obra, lo que se había atrevido a hacer, así que, no siendo consciente que acababa de destrozar la punta contra la hoja del cuaderno de actividades, miró hacia adelante, ojos trémulos.
Tal y como aquel día a inicios del segundo semestre, el sol pintaba el rostro de Jungkook y él resplandecía igual que una perla, sólo que esta vez su cabello azabache estaba más largo, lo suficiente para, de manera parcial, cubrir sus ojos moribundos, decadentes y sus labios quebradizos. Yacía arrodillado en su uniforme perfectamente planchado, apenas sus manos moviéndose sobre los restos del envase que hizo caer de la mesa, las flores de calicanto esparcidas en el suelo.
—¡Espera, quieto allí!
Hoseok fue el primero en despertar del entumecimiento grupal, saltando de su silla para detener a Jungkook de tocar los pedazos de porcelana y cuando el agua estaba a poco de llegar a sus zapatos.
—¿Estás bien? —le preguntó Hoseok, todavía sosteniendo sus manos.
Jungkook asintió.
—Deja que dude de eso un poco, Jungkook-ah. ¿Qué te sucede? Con este, ya es el quinto objeto que destruyes estos días. ¿Le quieres hacer competencia a Namjoon-hyung?
—You, funny guy. —Seokjin apareció de repente por detrás, abrazando a Hoseok del cuello y atrayéndolo hacia su cuerpo—. Oye, no seas tan directo, tonto. ¿Es que no ves que no está de ánimos?
Eunwoo logró escuchar lo último por la cercanía al par y fue una flecha directo al pecho. «Adelante, observa», se dijo, «vamos». Había sido valiente para someter a Jungkook a una situación incómoda, pero, ¿y las consecuencias? Lo que tenía a centímetros era un muerto viviente, que despertaba porque debía, que iba al colegio porque más salida no había, que respiraba porque, incluso si dolía, Kim Taehyung, muy lejos de él, también lo hacía.
De pronto, Jungkook se puso de pie y miró hacia la puerta.
—Lo siento —inició, en una voz que casi nunca se le había escuchado, bajito, no tímido, más bien agotado—, iré por un recogedor.
