𝙏𝙧𝙮𝙞𝙣𝙜!

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                      Una de las mejores épocas del año, en definitiva, según la gente, era la primavera. Las flores crecían, los profesores no enloquecían, estudiantes más relajados y piscina abierta en horario extendido. La primavera daba razones para hacerse querer. Aunque, claro, sería más agradable si no fuera alérgica al polen y no anduviera estornudando a cada rato, un rollo gigante de papel higiénico escondido en el bolsillo por si acaso.

¡Odiaba la primavera! ¡Hey, que cada estornudo le arruinaba la imagen! ¡Y ella, Jung Eunwoo, no estaba dispuesta a poner caretas feas ni por un instante!

De seguro, tenía la nariz roja parecida a un manantial junto a un par de cachetes colorados, y no podía permitir que alguien la viera de esa forma, tan mal arreglada por culpa de pétalos bobos que le bailaban desde los ventanales; sin embargo, no tenía más opción que caminar así por el pasillo.

Bueno, no es que no tuviera opción, nadie la estaba obligando, pero debía hacerlo.

—¡Muy buenos días, Eunwoo-ssi!

Estaba tan concentrada en evitar que algún fluido no deseado saliera de su nariz que no notó cuando un grupo pequeño de alumnos, acercándose con rapidez, la saludaron. Tan doloroso como suena, apretó los labios en línea recta con disimulo para luchar contra un estornudo que quiso salir y, para su suerte —mas no por la de sus fosas nasales que empezaron a arder—, logró mantener una mirada neutra, una postura quieta y sin alguna pizca de desorden.

—Buenos días a todos —respondió con dulzura, dando una reverencia a cada una de las personas que tenía enfrente—. Qué agradable mañana, ¿no es así?

No había forma que fuera un buen día, sino lo contrario. Olvidó por completo que su reloj había dejado de funcionar por la flojera de cambiarle pilas, por lo que terminó despertándose media hora más tarde de lo que solía esa mañana; cuando bajó a desayunar, sólo encontró una nota de su madre diciéndole que se preparara el desayuno porque tuvo una emergencia en el hospital. Y, por supuesto, no pudo faltar que, enojada, lanzara una patada a la mesa y todo el jugo de manzana cayera en su falda. ¿Un buen día? ¡Por su bendita vida que no lo era!

Pero una vez más, ella era Jung Eunwoo, la estudiante modelo, y las estudiantes modelos no gritaban groserías, se las guardaban incluso si lastimaba.

—¡Oh, dios! —Uno de los chicos, moviendo la mano para atenuar el volumen de su voz, le comentó con emoción—. ¡Acabas de saludarme! ¡Eunwoo-ssi me deseó buenos días!

—¿Y quién dice que era para ti? Es obvio que me estaba mirando a mí cuando lo dijo.

—Tal vez eres bizco y por eso lo dices.

—¡Eso no tiene sentido, perdedor!

Muy diferente a como actuaría en una situación de ese tipo en realidad, Eunwoo volvió a morderse los labios, dio una reverencia tranquila y continuó con su camino, disculpándose por su pronta despedida en voz alta.

MELTING POINT 𝗜 kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora