ONE

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Paz.

Es lo único que siento en estos instantes,cuando puedo sentir la sensación de mi piel acostumbrandose al agua fria del mar. La ropa se me pega a la piel pero no me importa,lo unico en lo que pienso es en la tranquilidad y la calma que me transmite estar en el mar incluso en este dia tan inquietante y aterrador. Sumergo mi cabeza y dejo que la sensación fria golpee mi rostro.

Comienzo a nadar.

Pasa un tiempo hasta que me doy cuenta que me tengo que preparar para la cosecha,con mucho pesar salgo del agua y me dirijo a mi casa la cual comparto con mi hermano.
Mi hermano es lo unico que me queda ya que mis padres murieron a manos del Capitolio.                 Cuando llego a mi casa la ropa solo esta un poco de humeda ya que con el sol abrumador que hace en mi distrito seria imposible que siguiera mojada.

Preparo la bañera y me encargo de lavar y desaparecer todo rastro de la sal del mar. Despues de eso me pongo un vestido azul cielo pegado por la parte del torso y con un poco de vuela de cadera hacia abajo,el vestido acababa un poco mas arriba de las rodilla por lo que se podian ver mis piernas perfectamente bronceadas. Recogo mi pelo con dos pequeñas trenzas haciendo forma de corona y dejo mis ondas sueltas,despues de eso me dirijo al salon donde se encuentra mi hermano, ya arreglado ,el cual cursara su ultimo dia de la cosecha,mientras tanto a mi aun me fatan dos años para acabar con esta pesadilla.

—Estas hermosa—Suspiro,me gusta la forma en la que me elogia mi hermano

—Gracias,tu tambien estas muy guapo—

Después de eso se instala un comodo silencio y decidimos dirijirnos al edificio de la justicia.

Miro a mi hermano,el simplemente asiente y me indica que todo estara bien.                                           Me dirijo a la cola formada por niñas y al llegar mi turno me pinchan el dedo y me indican en que fila tengo que ponerme,con las chicas de 15-16. Busco a mi hermano con la mirada,me encuentro con sus ojos,el estaba en la parte de chicos unas filas mas atras que donde estaba yo.

El miedo crece en mi,cada año mi nombre sale aun mas veces y eso me aterra,estaba tan adentro en mis pensamientos que no me di cuenta cuando la representante del capitolio subio al escenario a sacar los nobres de los tributos.

En ese mismo instante pude notar el miedo a mi alrededor,las personas estaban cada vez mas inquietas y el aire se hace pesado,no hay ningunsitio al que pueda huir ni sentirme segura.            
Aunque mi distrito esta en el sector de los  profesionales,aun guardamos temor a que nuestros nombres sean nombrados.

—Bienvenidos a los Sexagésimo octavos juegos del hambre, y que la suerte este de vuestra parte!—Dice una mujer con la voz demasiado aguda

Mi corazón empieza a acelerarse y mi respiración a entrecortarse.

—Como siempre las damas primero!—
Se acerca al recipiente de vidrio y saca un papelito.

—Amelia Walsh!!—

Suelto un suspiro mientras espero a que la tal Amelia suba al escenario,la gente empieza a hacer un espacio mientras veo a mi hermano mirandome con terror,en ese mismo instante me doy cuenta que era yo,YO SOY AMELIA.

Siento que el mundo se me cae encima,voy a morir,no puedo dejar a mi hermano,voy a morir.

—Amelia cariño ven aqui!!— —Que guapa!—dice la mujer analizandome de arriba a abajo


Aun desconcertada me dirijo al escenario.Solo me toma 50 segundos llegar y en menos de 20 segundos ya estaba en el centro del escenario.Viendo como varias personas me dedicaban miradas tristes.

Sigo asimilando,me estoy derrumbando,pero no puedo llorar no aqui.                                                      Busco a mi hermano con la mirada,su cara expresa todo lo que yo estoy sintiendo ahora mismo.

—Bueno,sigamos con el tributo masculino!!

—Connor Wilson!—

Veo como un chico con aspecto intimidante,y unos rubios rizos se dirije al escenario,de repente siento un apretón en la mano y en unos instantes ya estoy en la sala de visitas.

Destinados a morir|Finnick odiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora