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un estornudo
otro estornudo.
y otro.
y otro.
sollozaste cuando danielle te acarició la espalda y te entregó otro pañuelo, con una expresión de preocupación plasmada en su rostro mientras te miraba sonarte la nariz con el pañuelo. "Por favor, Danielle. Te lo ruego, ve a pasar el rato con los demás en lugar de decir conmigo en la habitación. Te voy a enfermar".
la viste cruzarse de brazos y hacer un pequeño puchero en sus labios, una risa áspera dejó tu dolor de garganta en respuesta. "No me iré. No importa lo que digas, me quedaré aquí".
suspiraste, tu novia es demasiado terca.
"Tienes esa actuación próximamente y no puedes darte el lujo de enfermarte. Lo sabes, Danielle". razonaste, levantándote de la cama y moviéndote para abrir una ventana. "se está poniendo sofocante".
ella se acuesta en la cama con un gemido, poniéndose de pie cuando el colchón a su lado se hunde y se vuelve hacia ti. "Sabes que no puedo dejarte así", señala tu nariz enrojecida, tus ojos cansados y tus labios agrietados.
tomaste su mano entre las tuyas y la apretaste, una forma de aliviar y tranquilizar sus preocupaciones. "En serio amor, estoy bien. Es solo un resfriado, no es como si fuera a morir por eso". tu declaración te valió un golpe en el brazo. Puede que danielle no lo parezca, pero tiene un gran golpe.
"¡Ahora no es el momento de decir eso!" ella gimió y tú te reíste en respuesta, atrayéndola para darle un rápido abrazo que danielle no quería soltar. "Sabes que es verdad. Vuelve a los dormitorios y te juro que estaré mucho mejor la próxima vez que me veas".
ella te mira bien antes de besarte la mejilla, apretando tu mano antes de dirigirse a la puerta. "Llámame cuando necesites algo". asientes, cayendo de espaldas sobre la cama mientras el sonido de la puerta cerrándose resuena por toda la casa.
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te despertó un fuerte ruido e instintivamente, buscaste la lámpara que estaba en tu mesita de noche y casi tropezaste contigo mismo al salir de la cama. ladrón, tal vez?
giraste el pomo de la puerta, el alivio te lavó mientras danielle estaba parada allí, con el cucharón en la mano y el delantal envuelto alrededor de su cintura. espera un maldito minuto... "¿qué diablos estás haciendo aquí?"
danielle saltó en estado de shock, casi soltando el cucharón con una mano en su pecho. "¡me asustaste!" Negaste con la cabeza, "¡No, me asustaste!" agitaste los brazos, el cable de la lámpara entró en contacto con tu cara mientras la señalabas con un dedo acusador.
ella colocó el cucharón con el ceño fruncido, caminando hacia ti y envolviéndote en un abrazo. "Simplemente no podía volver a los dormitorios sabiendo que estás solo en casa enfermo". ella suspiró contra tu piel, con la cabeza completamente hundida en tu cuello mientras los balanceaba a los dos. "lo lamento."
sonreíste, colocando la lámpara en la mesa más cercana a tu lado mientras colocabas un beso prolongado en la coronilla de su cabeza. "Está bien. No creo que pueda irme a casa sabiendo muy bien que estás enferma".
ella asintió, y los dos disfrutaron del cómodo silencio. sin embargo, se cortó demasiado pronto ya que sus ojos simplemente no podían ignorar la lámpara que los miraba a ustedes dos. "¿Por qué tenías una lámpara en la mano antes?"
"Pensé que eras un ladrón". "Vaya."
danielle estaba a punto de reírse cuando un estornudo se escapó, desenredando tus extremidades mientras la mirabas preocupada. "Te enfermé, ¿no?"
Danielle estornudó de nuevo, y eso fue más que una respuesta.
