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Seokjin no necesitó terminar de escuchar el relato de Hobi para saltar de su cama y ponerse ropa para salir a la calle. Estaba viendo la televisión cuando atendió la llamada de su amigo y de fondo se escuchaba como un periodista, abrigado hasta las pestañas aconsejaba que las personas no salieran de sus casas, pues las temperaturas eran mínimas y que incluso caería nieve en cualquier momento.

—¿Mamá, dónde están? —Preguntó Jin poniéndose las botas, quería usar el auto de sus padres—. ¿Aún no van a llegar?

—Estamos en un embotellamiento hijo, no creo que lleguemos en menos de una hora —eso era demasiado tiempo, la nieve ya habría empezado a caer para entonces y no podría ir en auto—. ¿Estás bien, ocurrió algo?

—Iré a la casa de Namjoon —anunció, mientras se liaba la bufanda en el cuello.

—¿Qué, por qué? ¡Jin, la temperatura está muy baja, no puedes salir!

—Namjoon está lastimado y sus padres no están en casa, no puede quedarse solo... no dejaré que esté solo.

—¡Jin, no puedes salir!

—Mamá, es Nam... —respondió como si eso fuera suficiente—, tuvo un accidente, tiene la mano izquierda herida y... y el idiota de Seunghyun lo dejó solo mientras sangraba y... y...

—Jin, sé cuánto quieres a Nam, pero no puedes...

—Mami, tengo que ir a verlo... estaré bien, te llamaré cuando esté en su casa, lo prometo —dijo cerrando la puerta de su casa.

—Jin...

—No te preocupes, te amo.

La nieve no había empezado a caer, solo era viento helado, que soplaba demasiado fuerte, agitando todas las ramas desnudas de los árboles, sin embargo, Jin comenzó a correr, porque no podía perder tiempo, la idea de que Namjoon en ese momento estaba solo adolorido, y muy posiblemente triste lo atormentaba, le rompía el corazón.

La casa de Namjoon quedaba a dos kilómetros, que no era demasiado en un día normal, con unos cuantos grados más, un sol agradable y buena música en sus auriculares, pero las circunstancias no eran esas, eran mucho más complicadas, los dos kilómetros que Seokjin hacía casi sin sudar, se volvieron insoportables más o menos por la mitad.

Jin ya había dejado de correr, sus pasos eran rápidos de todos modos, pero no los suficientes.

Se abrazaba a sí mismo porque a pensar de que sentía que sudaba, el frio era indiscutible, y para terminar de complicarse, la dichosa nieve empezó a caer y a él aún le quedaban unas cinco cuadras por delante.

—¡Ah, mierda! —Gruñó frotando sus manos con guantes entre sí y retomando el trote.

Namjoon era la persona que más amaba, y llegados a este punto, estaba de más aclarar que estaba dispuesto a cruzar una puta nevada por él si fuera necesario.

Finalmente estuvo frente a su puerta y tuvo que meter sus manos bajo sus brazos para tratar de calentarlas y así tocar el timbre, porque no podía, sentía que sus dedos estaban congelados.

Sería inútil tratar de llamarlo desde el celular, aunque de todos modos iba a tener que hacerlo, porque Namjoon no atendía el timbre.

—¿Hola? —Su voz sonaba adormilada—. ¿Seokjin?

—Hola divertido —saludó como pudo, esforzándose porque su voz no tiritara.

—Apenas te escucho, ¿dónde estás, estás bien? —Para ese momento, Namjoon también había saltado de su cama, escuchaba demasiado viento y la voz de Jin parecía temblar—. ¿Jin?

Invierno || NAMJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora