Día 4: Saltándose la escuela

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[ A V I S O : 

Esta historia puede contener situaciones un poco subidas de tono, nada explícito, pero si no estás cómodo con ese tipo de tensión, sugiero saltarse este día. 

¡Muchísimas gracias por leer! :'D]

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A pesar de que las clases habían empezado, él se encuentra en una de las jardineras de la entrada principal, recibiendo con una sonrisa al resplandor rosado que se acerca lentamente.

—Ya, Mizuki.

—¿Rui?, ¿qué haces aquí?

—Esperándote.

—¿A mí? —Revisa los alrededores, buscando alguna presencia extra, pero todo está realmente tranquilo— ¿Por qué? 

—Quiero mostrarte algo —Se levanta de aquel cómodo lugar, se acerca para tomar su mano y comenzar la caminata.

—Pero, ¡pero Rui!, la escuela...

—Hablé con Shiraishi-kun, y como favor especial, te cubrirá solo esta vez.

—¡¿An sabe de esto?!

—Fufu, me amenazó con confiscar todas mis cosas si no te hacía feliz lo que tuviera que enseñarte.

Y con una enorme sonrisa, se dirigen, tomados de la mano, hasta la estación del tren; mientras disfrutan de la poca concurrencia a esa hora, la amplia sonrisa no se desvanece a pesar de la notoria extrañeza de su pareja. El cosquilleo se hace más intenso mientras caminan entre las calles hasta que se detienen frente a la fachada de una casa.

—¿Qué hacemos aquí exactamente, Rui?

—Es mi casa.

—¡¿Eh?! 

Una risa sincera se le escapa al ver el cambio de curiosidad a inquietud; siempre se deleita de sus reacciones, pero ésta, en particular, lo pone sinceramente feliz, ya que temía que pudiera tomárselo a mal.

—¿Te gusta?

—Eh, bueno yo, creo que es linda.

—Me alegra, porque no entraremos.

—¡¿Cómo?!

—Si mis padres me encuentran en casa, se molestarán; además —Lleva sus labios hasta el dorso de su pequeña mano—, quiero tener toda tu atención, si mis padres te ven, no van a soltarte. 

Disfruta del cambio de tonalidades en su rostro y, luego de liberarle, aprovecha para girarse y abrir la pequeña puerta roja; se hace a un lado para permitirle pasar, no sin antes haber encendido todas las luces.

Bienvenue al lugar donde la magia cobra vida. 

Y no era mentira, cuando Mizuki entra, siente que su habitación se transforma: las portadas de los libros, en las estanterías, parecen brillar; sus herramientas vibran con cada paso, y pareciera que los globos, así como su propio traje, cobran vida para unirse a aquella fiesta de bienvenida. 

—¿Qué te parece? 

—Es increíble —Se gira y, antes de que pueda reaccionar, se lanza a sus brazos— ¡Rui, tu taller es asombroso! 

—Tú eres quien le da vida. 

El tiempo se detiene y pareciera que dentro de su pecho hay un volcán en erupción, derramando calidez y felicidad por todo su cuerpo; se inclina para aspirar su dulce aroma mientras deposita un beso sobre su suave cabello, sus brazos le estrechan con un poco más de fuerza, en un intento desesperado por volverse uno. Sin embargo, su risilla lo distrae y decide abrir los ojos luego de separarse.

—Si sigues abrazándome así, un día de estos vas a matarme. 

—Oh, Mizuki —Con fingida tristeza, lleva una mano hasta su pecho—, haz roto mi corazón.

—¡Rui!

—Fufu, si no quieres que te abrace, deja de ser la persona más linda del mundo.

—¡Hey!, eso no es justo. 

—Oh, hablando de cosas «justas», tengo algo para ti —Camina hasta su escritorio, toma una cajita, que escapó del escrutinio de su pareja, y regresa con una sonrisa—. Aquí está.

—¿Qué es? 

—Ábrela y verás. 

Su corazón late tan rápido, como imagina que está también el de Mizuki; le mira atentamente mientras levanta la tapa y, de nuevo, ese brillo hipnotizante se instala en sus ojos.

—¡Una caja de música! ¡Y somos tú y yo! 

Asiente al ver su fascinación y le señala la pequeña llave incrustada en una de las paredes de la cajita; rápidamente, la gira para darle cuerda y la música comienza. El brillo de su rostro es deslumbrante y cálido; sin embargo, su sonrisa comienza a desaparecer al ver las lágrimas deslizarse por sus mejillas, ¿había cometido un error?

—¿Mizuki? —Le llama, aterrado, hasta que nota como una temblorosa sonrisa adorna su rostro. 

—Es «mi canción», estamos «bailando» mi canción —Con una mano sostiene la cajita mientras que, con la otra, limpia torpemente su rostro—. Te amo.

Se paraliza por un momento, ninguno de los dos había dicho aquella palabra y tampoco habían tenido otro tipo de contacto más allá de los abrazos y besos en las mejillas, pero aquello rompió cualquier barrera. 

Toma la cajita para dejarla nuevamente sobre su escritorio, y sujetándole las mejillas, le besa como aquella vez en la azotea, hace exactamente un mes, solo que ahora se siente diferente: sus labios ya no se mueven torpes y lentos, le busca con desespero y hasta saborea el extraño pero adictivo sabor de su brillo labial; sus lenguas se encuentran por primera vez y hace que todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo se crispen. Un jadeo, apenas audible, logra incendiar todo dentro de su cuerpo y, ante un tirón placentero de su entrepierna, se separa de golpe. 

Ambos jadean con el rostro encendido y, por su situación, decide darle la espalda, pasando, con algo de frustración, una mano por su cara. 

—Mizuki, yo «me quedaré...»

—¿Cómo?

«Me quedaré a tu lado, siempre» —Lleva la mano hasta su cuello, nervioso—. Te amo.

Se ve rodeado por sus pequeños brazos y, a pesar de que su contacto lo pone ansioso, sonríe al sentir que también tiembla ligeramente.

—Gracias, Rui.

—Feliz Día Blanco.

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¡Aló, bellos lectores! 

Un día más, igual de corto que el anterior, y miren que antes me quejaba de que no podía escribir algo "chiquito"; pero espero que les haya gustado :'D

Ojalá pueda hacer un fic de ellos porque hay muy poco contenido, incluso en AO3 (en inglés como en español) y me parece una lástima; lo que me lleva a agradecerle mucho a quien organizó esta "Semana MizuRui" porque ya es un avance para crecer, aunque sea un poco, el fandom de esta parejita. 

¡Gracias por seguir este "libro", nos leemos mañana! ♡

MizuRui / RuiMizu Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora