Aquella Princesa 💖

EPÍLOGO

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 Esas lágrimas que fueron derramadas por una mujer que tanto fingía en su vida le estaban quemando por dentro. Entregó su amor a la muerte. Y eso era algo que no se perdonaría jamás.

<— Ha preguntado por su padre —se asoma en la puerta del cuarto Matías— Más vale que le digas ahora que está calmada>

Lucero levantó todo su cuerpo sin ganas del piso frío de su cuarto, secando sus lágrimas, estaba casi segura de que se iban a secar en algún momento de tanto que lloró.

<¿Dónde está mi papito mami?>

Eso fué una puñalada hacia su oscuro corazón. Una lágrima cae de sus apagados ojos hinchados y rojos. De inmediato esa pequeña se pone histérica

<—Le pasó algo a mi papito? —su madre niega y sorbe con su nariz—>

<— Tu pa... papá ya no va a volver nunca... Está en el cielo >

Fué lo único que respondió para abrazarla con fuerza. Lo que vivió dejaron que esa niña de 9 años anonadada parecía de nuevo la pequeña de 4 años del principio y su dolor era cada vez más grande y nadie más que ellas dos se podían curar la una a la otra

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Las cenizas de él estaban en el cuarto de Lucero. Siendo testigo de todas las noches de insomnio y dolor de ella. De los fallidos intentos de quitarse la vida.

Lucero pasó casi 2 meses en su cuarto con su hija, ella no salía, no quería hablar con nadie, no quería saber de nada. Estaba llenándose de rencor y mucho más dolor. Para que una noche pudiera al fin volver a ver una lucecita al final del túnel. Suena su teléfono y sin ganas a nada contesta.

<Preciosa mía>

Todos los vellos de su cuerpo de pusieron de punta, su cuerpo tembló, sus ojos dejaron de escurrir lágrimas y algo muy en el fondo avivó dándole color a todo

<Nunca me voy a olvidar de ti preciosa>

<Ma...Manuel eres tu?>

<Siempre preciosa. No te conviertas en ese cubo de hielo que yo pude derretir. Te prometo que estaremos juntos.>

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<Antes muerta que alejarme de mi hija —habla ella ya volviendo a la vida por teléfono— No lo voy a hacer!!!>

<Lucero deja de ser tan necia!!! —le gritan al teléfono— Entiende que la niña puede correr mucho peligro>

< Dije que no me voy a separar de mi hija.>

Era de vida o muerte. Y ella iba a aceptar a como diera lugar

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<Estamos hablando de mi hija cabrón. —grita rodeada de toda su familia—>

<Déjala. —le dice Jorge—>

<Lucero ya basta. Tu también te sobrepasas. Te apoyo en todo pero tu no eres una terrorista por el amor de Dios. Tienes que pensar las cosas — se le acerca Itatí—>

<Y yo lo sé, pero no puedo más, no puedo. Vivir con la angustia de que le hagan algo a mi hija, me pone mal. Hace casi casi 2 meses me dejaron sin el único hombre que de verdad yo he amado, vivo todo este tiempo buscando a mi hijo y aún así me piden a mi, que me tranquilice, que lo tome con calma. Cómo?>

<Sacándola del país —llega Matías dejándola peor— Vienen por ella. Te quieren hacer morder el polvo hasta que te quedes sola. Y no lo vamos a permitir. Lucerito tiene que irse, pero tu te tienes que quedar—>

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<Es lo mejor —escucha atraves del teléfono>

<Esa niña me va a terminar odiando —responde llorando—>

<Todo sera por el bien de ésa nena. Preciosa.... Te amo>

Una lágrima de alivio salió y calló en la foto de él que cargaba en sus manos y sin esperarlo lo dijo sin miedos

<Te amo>

Así llegó el día de irse, justo el día del cumpleaños número 10 de Lucero Mijares. Su vida estaba en peligro al lado de su madre y lo mejor era dejarla ir con sus tíos fuera de México. Durante el tiempo que fuese necesario Lucero tendría que estar sola, como en un principio, pero esta vez no sería con su madre, sino con su padre.

...