I...Madre...I

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CAPÍTULO 1

~LUCERO~

Doy vueltas en la cama es de madrugada no puedo dormir. Esta lloviendo a cántaros y la luz de los relámpagos se filtran en todo el cuarto oscuro.

4 años han pasado desde que mi vida se convirtió en un verdadero infierno. Una nueva renovación de mi. Pero la conciencia la traía igual o peor.

En todos estos años me encargué de sobreponerme a como podía. Pude renunciar a todo, pero no me permitía desistir. Una pequeña criatura llegó de sorpresa y aunque no tenía ni la más mínima idea de como seguir con todo. Al menos lo iba a intentar

El remordimiento en mi conciencia como dije, enorme. Mis objetivos eran proteger lo que me quedaba en este mundo.

Una sola noche no he podido dormir sin despertar en unos minutos bañada en sudor y llorando mares. La marca que dejó Mijares en mi vida ya era imborrable. Pero en todo este tiempo pude darme cuenta que sólo es un cobarde. El hombre del que me enamoré y por miedo escapó. Dejándome sola y con un bebé en el vientre.

Si bien no lo sabía, yo también desconocía esto. Pero el había prometido quedarse conmigo. Y le importó un carajo todo lo que dijo.

Sentada en medio de la cama abrazando mis piernas lloraba con todo el dolor de mi alma.

<No Lucero ya no puedes estar llorando por él. No puedes seguir en ese oscuro momento>

Me lo repito como un mantra y decido ir por un vaso de agua. Bajo las escaleras y los truenos eran una cosa impresionante. Llego a la cocina, bebo del agua pero escucho un sonido cercano.

Busco en toda la cocina y bajo de la isla de ésta, está la pequeña niña de 4 añitos que traje al mundo llorando y temblando

—Lucero que haces ahí abajo? —la pequeña me mira con miedo y yo arqueo una ceja— Lucero son las 12 de la mañana que haces despierta?

—Yo... yo... —resoplo en silencio al oírla sollozar— Tengo miedo

Suspiro y me arrodillo en el piso para estar a su altura. Ser buena madre no estaba en mis pocas cualidades, y me costaba intentar darle el cariño que necesitaba. Puedo percibir que desde siempre me tiene miedo. Otra vez lo comprobé  cuando toco su mano y siento como su cuerpo se tensa

—No tienes que tener miedo. Es solo lluvia y un par de estruendos. No hace nada, porqué estás aquí adentro? —ella sigue llorando y me altero— Lucero ya no llores

Se llama como yo. Se apellida Mijares Hogaza. El nombre y el primer apellido no lo decidí yo. Caí en sueño profundo y Mi hermano e Itatí decidieron por mi.

~ 4 Años Antes~

Despierto mareada después de dar a luz. Veo a mi lado Itatí cargando una pequeña criaturita en sus brazos y se acerca a mi

—Es una nena preciosa.

—Quiero verla —la tomo en mis brazos y una lágrima cae en la manta que la cubría—Está viva Itatí —la miró llorando y sonriendo—. No murió Itatí

—No Lu. Ya tienes una nena y es hermosa. Y es tuya. —sonreí y beso su mejilla rosada— Lucerito Mijares es un amor

Mi rostro se endurece al escucharla nombrar a mi hija con ese nombre que Manuel quería ponerle a su hija, mi mismo nombre. Y su apellido.

~Actualidad~

—Lucero no llores más por dios!!! —llamo su atención sin levantarle la voz y ella me da la mano saliendo de donde estaba metida y nos ponemos de pie— Prometeme que no vas a seguir llorando —la niña asiente— Vamos a tu cuarto

Aquella Princesa 💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora