—¿Mejor, Sen?— Preguntó Sanzu mientras le daba una taza de té de manzanilla a Senju quien estaba sentada en el sillón ya con ropa limpia y recién bañada.
—Eso creo, gracias— Respondió con una sonrisa.
—Me alegra, ¿Ahora si puedes contarme bien lo que pasó?— Volvió a preguntar a la par que dejaba algunas galletas en la mesita y se quitaba el cubrebocas para poder tomar su café.
—¿Recuerdas a Matheus? ¿El chico lindo de nuestra calle?—Sanzu asintió. —Bueno, él se había vuelto mi novio, pero yo no sabía que él tenía otra familia, el juraba amarme, y yo lo amaba, al grado de que le di mi primera vez—. Hizo una pausa para recuperarse, estaba empezando a llorar— Ya tenía planeado venirme para acá para estudiar pero no le había dicho nada sobre ello, así que decidí ir a verlo pero ahí estaba su esposa quién me dijo toda la verdad, luego me fue a buscar a la casa y empezamos a discutir—
—Imagino que empezaron a esparcir el rumor después de eso y eso hizo que te fueras, ¿No?—
—No del todo, abu Naomi me dijo que yo no tuve la culpa de nada y me aconsejó que si me iría que lo hiciera por mí, y supongo eso fue lo que hice— Respondió Senju tomando su té.
—Ven aquí, mosquita ojona— Exclamó mientras extendía los brazos para ofrecerle un abrazo a su hermana, el cual aceptó sin dudar —Ella tiene razón en lo que te dijo—
—Deja de llamarme mosca ojona, eso era cuando éramos niños— Dijo mientras reía.
—Pero al menos ya te estás riendo— Senju estaba ya más tranquila, pero no del todo al ver qué su hermano tenía ciertas cicatrices en ambos lados de la boca, según lo que recordaba él no las tenía.
—Sanzu, ¿Te puedo preguntar algo?— Dijo un tanto nerviosa.
—Claro, ¿Qué sucede?— respondió.
—¿Qué te sucedió en la boca? Tú no tenías esas cicatrices— El semblante de Sanzu cambió a uno preocupado, como si viejos fantasmas estuvieran regresando a él.
—Es una muy larga historia que no pienso contar— Mencionó mientras volteaba a otro lado
—¿Pero al menos puedes decirme quién las hizo?—.
—Alguien sin mucha importancia—.
El mayor se levantó del sillón dirigiéndose a la cocina, la pregunta de Senju le trajo recuerdos de cómo en algún momento de su estadía en la ciudad hizo cosas de las que se sentía arrepentido, se quedó allí un rato mientras se calmaba, no quería preocupar a su hermana justo ahora que estaba embarazada.
Mientras tanto con el que se supone debería ser el protector de los Akashi, éste sostenía un bote de gasolina y un encendedor, no había encontrado a Senju por ningún lado de la favela y estaba harto, enojado, su furia era tan grande como el dolor que sintió cuando su padre murió. Su hermana había desobedecido sus reglas, y al no encontrarla, simplemente se iba a deslindar de cualquier vínculo hacia ella. Llegó a la casa que apenas hace algunas horas estaba ocupada por Senju, abrió el bote de gasolina y lo regó por todo el lugar, más que nada en el cuarto de la menor. Luego fue a su cuarto, el cual antes compartía con Sanzu, tomó todas las fotos familiares que encontró, para luego despedazar cada una.
—¿QUÉ FUE LO QUE HICE MAL? ¿QUÉ HICE PARA NO PODER TENER EL RESPETO DE ESOS MOCOSOS? LES DI TODO, UNA CASA, COMIDA, ROPA, ¿Y ASÍ ME PAGARON? UNO SE LARGÓ, LA OTRA SALIÓ CON SU DOMINGO SIETE, SON UNOS MALDITOS MALAGRADECIDOS— Gritaba furioso, estaba tirando y destruyendo todo a su paso. Rato después, y ya más tranquilo, tomó un pedazo de las fotos que rompió y le prendió fuego. tirándolo a la casa para así comenzar a quemarla, ¿De qué le serviría si ya nadie la usaría? No es como si él fuera el gran santo y se quedara en casa leyendo la biblia.
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐄𝐥 𝐂𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐃𝐞 𝐑𝐢𝐨 ;; 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎𝐑𝐄𝐕
ФанфикшнEn el corazón de una favela, Senju lucha por escapar de la vida de dificultades que le ha sido impuesta. Huérfana y desatendida por su familia, su deseo de libertad se ve obstaculizado por la responsabilidad que siente hacia su entorno. Sin embargo...
