𝑴𝒊𝒍𝒉𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒅𝒖́𝒗𝒊𝒅𝒂𝒔

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—¡Oye mujer! ¿Tanto te tardas en hacer un bendito café? No tengo todo el tiempo para esperarte— Reclamó Manjiro irritado, realmente no había tardado mucho, tal vez unos cinco minutos.

—Dios mío, dame paciencia porque si me das fuerza le doy su arrastrada a este engreído— Pensó la pelirrosa mientras terminaba el capuchino.

—Parece que alguien necesita ayuda por aquí—.

—Gracias a Dios llegas Ryuusei—

—¿Pues que pasó o qué para que mi presencia sea deseada?

—Tú solo ayúdame en cajas y yo me encargo de las bebidas—. El mayor asintió.

La menor no tardó menos de otros dos minutos en tener lista la orden de Manjiro, quién había recogido su pedido sin mayores contratiempos, dejando a Senju con una mezcla de molestia y perplejidad.

—Te juro que no le solté un golpe a ese hijo de puta nada más por educación—. Exclamó frustrada

—¿Y por qué o qué hizo?—

—El señor llegó casi casi exigiendo dos bebidas y se le salió lo clasista y amargado enfrente mío, pero es que te juro que lo quería agarrarlo a golpes—

—JAJAJAJAJA ¿Nada más por eso?—

—No, también se puso de chocante diciendo que ya había tardado cuando tardé como cinco minutos para hacerle las dos bebidas—.

—Clientes así van a haber siempre, el detalle es saber tratar con ellos sin que te saquen de tus casillas—

—Pero un día lo harán, y ese día voy a desquitarme con esa persona—.

Mientras ambos chicos seguían platicando haciendo sus respectivos trabajos, South entró a la cafetería, cosa que Senju no había notado por andar contándole chismes a Ryuusei que ella había escuchado en la cafetería por accidente.

—Y así, mi estimado compañero, fue como esa señora estafó a varios de sus clientes con productos de Herbalife que resultaron tener más cosas malas que buenas—.

—Por eso Omnilife es mejor que esa mierda—.

—Buenos días, disculpa, ¿Qué me recomiendas de la carta de postres— Dijo Minami interrumpiendo la plática de los dos chicos.

—Mi compañera es la que sabe, deje voy a buscarla— Respondió el peliblanco mientras iba por Senju —Listo, aquí está ella—

—Nos vemos de nuevo señorita Kawaragi—

—Eso veo, ¿Le gustó mi cafetería?—

—Bastante, ¿Qué me recomendaría de la carta de postres?—

—Bueno, el chessecake de frutos del bosque es muy pedido por los clientes— Respondió Senju.

—En ese caso, dame una rebanada para llevar con un frappe de caramelo, por favor—.

—Claro, serían ciento cincuenta y tres, puede pasarlo a buscar en la barra—. Las mejillas de la pelirrosa tenía un ligero tono carmesí, lo cual era notorio para su compañero de barra.

—¿Ese es el chico que le tiraste un derechazo?—. Senju asintió— A ver cuando lo invitas a la casa, sirve que Sanzu conoce a su cuñado—.

La menor no hizo nada que aguantarse —de nuevo— el coraje mientras sus mejillas ardían más, sentía su corazón latir rápido, pero no quería sentirse así, ¿Acaso era amor a primera vista? ¿O solo es atractivo para ella? Mientras sus manos trabajaban en la bebida pensaba en esas dudas, ella no quería enamorarse ya que no quería sufrir de nuevo algo como lo vivido con Matheus, ¿Pero y si él era distinto?

𝗕𝗮𝗷𝗼 𝗲𝗹 𝗰𝗶𝗲𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗥𝗶́𝗼 » 𝗦𝗲𝗻𝗦𝗼𝘂𝘁𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora