Son las nueve de la mañana, no he podido pegar el ojo en toda la noche. Estoy nerviosa y con mucha ansiedad y no es por lo que están pensando, mis nervios se deben a esa maldita llamada.
Tomo mi celular y reviso los mensajes:
Lander:
El culto es a las 7 de la noche ¿Quieres ir?
No, otro dia.
Hace un poco mas de un año iba a la iglesia, pero deje de ir por diferentes circunstancias, Lander y Oscar de vez en cuando me invitan, sé que debería volver a ir, pero aún no me siento lista.
Número desconocido:
Deléitate en el señor y él te dará los deseos de tu corazón.
¿?
Salgo de mi cama al escuchar a mi mamá llamarme por cuarta vez.
Mi habitación es pequeña. Tiene una cama pequeña 《lo ideal para mí》, una mesa en la que están algunas cosas que necesito para el instituto, mi guarda ropa, un pequeño estante donde están algunos libros de aprendizaje y la ventana que da a la calle. Mi casa consta de dos habitaciones incluyendo la mía; la cocina, la sala y dos baños.
Después de hacer mis necesidades voy a la cocina, pero se me hace extraño no ver a papá.
—¿Dónde está papá? —abrazo a mamá por la espalda mientras ella sirve jugo en un vaso.
—Don Jacinto le hablo para que le ayudara con el ganado. —En este pueblo, la agricultura y la ganadería son los principales campos laborales y Don Jacinto es uno de los ganaderos más importantes de la región haciéndole competencia a Don Miguel.
—¿Por qué no me dijo que lo acompañara? —Los días que puedo lo acompaño y le ayudo. He crecido en el campo y es algo que me gusta.
—Dijiste que hoy irías donde ese compañero tuyo que ha venido a dejar, —me siento junto con mamá en la mesa que está en el centro de la cocina. Ella sirvió el desayuno y empezamos a comer—. No me gusta que te lleves con chicos.
—Mamá, no empieces por favor.
—Elisa, no quiero que le des mucha confianza a ese niño.
—Solo le enseñare algunos temas.
Vestida con un pantalón azul, camisa holgada y tenis negros tomo mi celular y mi mochila. Erick ya está esperándome afuera.
—Ya me voy ma' —le doy un beso—. A las 4 regreso.
—Pórtate bien —salgo de la casa y me acerco a Erick.
—Hola Jolie—me saluda Erick.
Según lo que me conto Aida: Erick y sus padres vivían en la ciudad desde antes de que su primo naciera y se vinieron al pueblo para estar junto a su familia, no tienen más parientes.
Erick abre la puerta y yo paso por su lado para subir, por un extraño momento siento que alguien me observa, seguro es mi mamá.
—Pareces distraída ¿pasa algo? —Erick va condiciendo.
—No, solo me preguntaba si traje lo necesario. —Siento que mi celular vibra y lo saco para saber que es.
Es una notificación de Instagram.
Anonimo:
¡Quiero que hablemos! Por favor.
Te extraño.
Apago la pantalla de mi celular y siento que estoy sudando frio, mi cuerpo se puso tenso, mi respiración se ha acelerado, mis pies hormiguean. Me quedo ida viendo la pantalla apagada de mi celular. Siento que el auto se detiene y Erick toca mi mano izquierda.
—¿Pasa algo? Estas pálida—Trago saliva pensando que decir.
—Nada, solo... —vuelvo a tragar saliva—. Creo que olvide el libro de contabilidad —Erick me queda observando y siento que no me ha creído. Veo que estamos una cuadra más adelante de la casa de Aida—. ¿Ya vamos a llegar?
—Aquí a la vuelta —en menos de cinco minutos estamos llegando. Entramos a la casa, yo tratando de olvidar ese mensaje y Erick sin pronunciar palabra.
—Buenas tardes señora Estela —la mamá de Erick está sentada en lo que parece la sala.
—Hola Elisa ¿Quieres algo de tomar? —niego con la cabeza.
—¿Vamos a mi cuarto o a la biblioteca? –Erick, quien no había hablado desde lo del auto por fin pronuncia algo.
Hace dos horas que estamos en la biblioteca y me parece genial la facilidad que tiene para entender todo, solo le explico el ejercicio una vez y luego lo hace a la perfección, ha pasado lo mismo a la hora de hacer: libro diario, libro mayor, balances, etc.
—Quiero pensar que entiendes rápido y no que has hecho que te explique temas que ya sabias —la pequeña sonrisa que intenta contener me hace pensar que es lo segundo.
—Creo que los ajustes son un poco más difíciles de hacer que los libros diarios.
—Es fácil, solo lee un poco más el manual—reviso la hora y ya son las tres y media—. Debo irme ¿mañana a la misma hora?
—A la misma hora, maestra— Ignoro el hecho de que me llame maestra, lo ha estado haciendo desde ya ratos y sé que lo hace por molestar.
—Debo irme —salgo de la biblioteca y me encuentro con la señora Estela.
—¿Te vas, linda? —de donde sale tanta amabilidad en esta familia.
—Si—le sonrío algo confundida. Salgo de la casa y diez minutos después estoy llegando a mi hogar. Erick me trajo.
—Hasta mañana Jolie.
—Hasta mañana Erick —sube a su auto y se pierde a lo largo de la calle.
—¿Porqué te dice Jolie? —me sobresalto al escuchar la voz de mi papá atrás de mí.
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Nota: yo creo que paso bastante rato desde la ultima publicacion, eso se debe a mis demas responsabilidades, espero actualizar mas seguido.
Si la historia te gusta, no olvides votar y comentar o recomendarla, son cosas que motivan mucho a volver a publicar.
Que el señor les bendiga.
ATT: Erica Sierra.
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VOLVIENDO A LOS BRAZOS DE PAPÁ
Teen FictionEsta historia narra la vida de Elisa, una chica de 18 años que debido a errores que cometio se alejo de Dios y aunque sus amigos la invitan a que regrese a los brazos de papá, ella no se siente lista. Ha olvidado que Dios perdona a todo el que vien...