VOLVIENDO A LOS BRAZOS DE PAPÁ

4- 2 corintios 6:14.

—Hola pa' —me giro para poder verlo.

—Hice una pregunta Eliza —mi padre a veces suele ser un poco enojado—. ¿Por qué te dice Jolie?

—Es... es—ni siquiera yo sé lo que es—, es compañera en otro idioma —es lo único que se me ocurre inventarle. Veo que su semblante se va relajando y le sonrió para calmar las aguas. Entramos juntos a casa.

Después de cenar subí a mi habitación. No sé cómo no se me había ocurrido antes buscar en Google el significado de Jolie.

Acostada en la cama con mi celular en la mano escribo en el buscador de Google "Jolie", solo me sale la biografía de Angelina Jolie《obviamente eso no es》.

Lo busco en el traductor y después de haber intentado con varios idiomas escojo el traductor de francés a español y me aparece ¿linda?

¿Erick me dice linda?

¿Le parezco linda?

Le parezco linda

¡Le parezco linda!

Ahogo un pequeño grito de emoción en mi almohada. Bueno, tampoco es que me importe mucho si le parezco linda o no.

Aparto la almohada de mi cara al escuchar el tono de llamada de mi celular. Tomo mi celular y es un número desconocido, mi sonrisa se borra al instante; corto la llamada y me siento con los pies cruzados tomando una postura como si estuviera meditando, la preocupación está volviendo a mí.

Tú me preguntas que si me inte... corto la llamada.

De nuevo vuelve a sonar, me armo de valor y contesto.

—¿Acaso no te cansas de joderme?

—Jolie, no pensé que te molestara.

—¿Erick? —me paso una mano por la cara sintiéndome avergonzada.

—Si, perdón por la hora. Este... bueno, adiós.

—¡No! No cuelgues. —escucho su respiración—. ¿Para qué llamabas?

—¿Por qué contestaste enojada?

—Perdón, pensé que eras...—tomo un largo suspiro—. No importa ¿para qué llamabas?

—Quería verificar que no me habías dado un número extraño —¿Es normal estar enojada y a los dos segundos estar sonriendo como tonta? —. Hasta mañana Jolie.

—Erick.

—¿Si?

—¿Por qué me dices Jolie?

—Porque lo eres.

—¿Soy qué? —Ya lo sé, pero quiero que él lo diga.

—Bonita —me vuelvo acostar boca arriba y me doy cuenta que sigo sonriendo. Tengo que dejar de sonreír.

—Hasta mañana, Erick.

—Quisiera estar ahí para ver qué tan sonrojada estas —estoy segura que en su rostro se está figurando una hermosa sonrisa.

—Estoy empezando a creer que tienes una pequeña obsesión por verme sonrojada.

—¿Podrías colgar?

—Okey.

Erick

He empezado a enviarle versículos bíblicos al número que Elisa me envió, pero para asegurarme que no estaba haciéndolo a un numero incorrecto decidí llamarla.

Estábamos platicando cuando me entro una llamada de Marbella ¨mi mejor amiga¨.

—¿Estas ocupado?

—No.

—Solo te hablo para recordarte que mañana llego.

—Lo sé, no se me ha olvidado—media sonrisa se escapa de mí.

—Oye, siento que interrumpí algo.

—No.

—No me mientas ¿Qué hacías?

—Hablaba con Elisa. —Hace unos días que le hable de ella.

—¡Oh! —Un pequeño silencio se escuchó a través del celular—. Tengo que decirte nuevamente esto porque siento que es mi deber como tu amiga y como cristiana hacerlo.

—Bella.

—No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tiniebas? —lo peor es que yo estaba consiente de esto.

—Solo le envío versículos y solamente somos amigos.

—Lo se y créeme que esta muy bien que le hables del señor, pero ten cuidado. No te metas a la idea de que la vas a convertir porque no está bien que te hagas escenarios imaginarios, nadie busca a Dios si no lo desea.

—Por el oir viene la fe.

—Solo... ten cuidado.

—Lo estoy teniendo.

—Mañana llego, te quiero.

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Doble actualizacion en un dia, esto si que es gratificante. 

¿Que piensan ustedes del yugo desigual? 

Que el señor les bendiga. 

ATT: Erica Sierra.