5- ¿Le mientes a tus padres?

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Narra Erick.

Bajo del auto y después de esperar a Eliza por cinco minutos aparece.

—Le haces tributo a tu apodo —la veo alzar una ceja mientras me observa—, Jolie.

—Hola Elisa ¿cómo estás? Yo muy bien ¿cómo estas tú Erick? —dice con sarcasmo.

—Parece que hoy andas de buen humor, Jolie.

—Yo siempre ando de buen humor —el día de hoy está un poco airoso así que algunos mechones de su cabello se mueven frente su rostro—, y que yo sepa, no tengo ningún apodo. —Me acerco y le pongo un mechón tras su oreja. Veo como empieza a sonrojarse y la verdad es que me agrada causar ese efecto en ella.

—¿Por qué te sonrojas? —pregunto con una sonrisa bastante obvia.

—Elisa. —Veo como se pone más nerviosa de lo que estaba y se aparta al escuchar la voz de un hombre mayor— ¿Qué son esas confiancitas?

—Papá —me doy cuenta que traga saliva mientras el señor me ve un poco enojado—. Él es Erick mi compañero; Erick, él es Antonio mi papá. —el señor se ve bastante serio.

—Es un gusto conocerlo, señor. —Le extiendo la mano y siento como la aprieta un poco más de lo normal.

—¿Qué es esa confianza que se tiene con mi hija? ¿Por qué le dice Jolie? —me suelta la mano y estiro un poco los dedos disimuladamente porque los ha apretado de más.

—Porque lo es señor —respondo a su segunda pregunta.

—¿Es qué? —parece que cada segundo que pasa se enoja más.

—¡Su compañera, papá! Ayer te dije que Jolie es compañera en otro idioma —trato de contener la risa para evitar que el papá de Eliza se enoje más—. Erick y yo ya nos vamos, regreso por la noche. Iré donde Aida un rato, ya le dije a mamá. —Elisa habla tan rápido que apenas entiendo lo que dice. Le da un abrazo y veo que pasa por mi lado.

—Hasta luego —me despido del señor Antonio y por suerte esta vez no me estruja la mano.

Sigo a Eliza y le abro la puerta.

Estamos en mi casa, mi papá y Estela fueron a traer a Marbella. Se va a quedar dos semanas aquí porque su mamá salió por cuestiones de trabajo.

Entramos a la biblioteca y nos sentamos con los libros que necesitamos ya en la mesa.

—Así que compañera en otro idioma ¡eh! —Medio sonrío al ver que me observa y voltea los ojos—. ¿Le mientes a tus padres?

—¿Tú nunca lo has hecho?

—No estamos hablando de mí. —Abre el manual de contabilidad.

—¿Leíste el manual? —Se que está tratando de cambiar el tema.

—¿Sabes que quiere decir Jolie? —veo que se sonroja un poco.

—Lo supe ayer que busque en Google ¿Leíste el manual? —Dejo de insistir cuando veo que se está molestando.

Llevamos más de media hora y siento que el tiempo con ella se va muy rápido.

—En caso que sea por notas de débito se carga Gastos financieros y se acredita bancos. —Veo que se me queda viendo y su cara está cerca de la mía. Traga saliva y empieza a sonrojarse, desvió mi vista a sus labios y ella hace lo mismo.

—¿Estas...? —vuelve a tragar saliva— ¿Estas entendiendo? —asiento con la cabeza y vuelvo a verla a los ojos.

—¿Me regalas un poco de agua? —Se pone de pie y pasa al otro lado de la mesa.

VOLVIENDO A LOS BRAZOS DE PAPÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora