ꜰᴏʀᴋꜱ

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Se escuchaba un constante sonido entre esas paredes y se podía apreciar un bulto en aquella cama que ocupaba gran parte de la habitación.

Claramente se logra notar como una mano salía entre las mantas en busca de ese aparato que no paraba de hacer ruido. Y una vez ya tomado aquel movíl, apagando el constante sonido que ya la tenía cansada logro sentarse un poco.

Más despierta, se levantó y se dirigió directo al baño, en dónde observo su reflejo en el gran espejo que se encontraba ahí.

Pudo observar su reflejo, su cabello rubio que se encontraba totalmente desordenado, sus ojos verdes, que en ese momento se encontraban rojos y cansados por haberse despertado hace unos momentos, su piel blanquisima que llamaba la atención a dónde fuera, su cuerpo, ni tan delgado ni tan "obseso".

Ahí estaba ella, Lenna Swan, observándose y dándose ánimos mentalmente para poder despertarse. Una vez ya más "despejada" decide darse una ducha, claramente colocando su música, ni por muy cansada que estuviera dejaría pasar la oportunidad de cantar en la ducha como si estuviera en un concierto junto a sus reyes.
Michael Jackson y Queen.




























Y una vez que terminado su concierto imaginario, se preparó como debía.
Se dirigió hacía el comedor de aquella casa, dónde claramente pudo observar al señor que siempre estuvo para ella, su padre.

Este se encontraba sentado mientras leía el periódico y ella no dudo ni un segundo en interrumpirlo para ir a abrazarlo desde la espalda.

-Buenos días mi niña - no duda en decir su padre mientras se daba la vuelta y le daba un beso en la frente a su niña.

-Hola papá -vuelve a abrazarlo, y se dirige al asiento de al frente, sin duda extrañaría sus mañana con los buenos días de su padre, su relación con él siempre fue buena y se intensificó más cuando mamá falleció ese horrible día, desde entonces ambos eran más unidos y se protegían cómo debían, cómo padre e hija, cómo la manada que eran.

-¿Ya tienes todo preparado? -pregunta aquel hombre mirando a su hija, realmente no sabe cuándo creció tanto y le dolía tener que dejarla ir una vez más, pero era el deber de ella, así lo decidió la madre luna, su niña fue la elegida y él no podría sentirse más orgulloso de todo lo que su hija ha podido lograr a la corta de edad de 15 añitos.

-Si -no puede evitar soltar un suspiro despues de haber afirmado eso- los extrañaré muchísimo, solo llegué hace tres meses y debo irme nuevamente.

Su padre no duda en tomarle la mano y acariciarla para mirarla con pesar pero con una mezcla igual de orgullo.

-Lo se princesa, pero la madre luna te ha dado estas misiones, y seguro es por algo, pero ten en cuenta que todos estamos orgullosos de ti si? Eres nuestra princesita especial, y nada nos hará cambiar eso -no pudo evitar decírselo, era su niña, y el solo quería recalcarle que ahí siempre estará su familia, su manada.

Lenna no puede evitar ver a su padre y apretarle la mano, el tiene razón, le gusta lo que hace y lo que ha logrado, no solo viendo el lado sobrenatural, si no también por su lado humano, es una las chicas más reconocidas en todo el mundo solo por haber ya pasado los estudios clásicos y haber obtenido ya un título universitario, sus conocimientos van más allá de cualquiera, ya es una reconocida genio..

Pero ahora que se encarga solamente del lado sobrenatural le duele separarse de su manada una vez más.

-si.. ustedes igual saben que cualquier cosa yo estará, para lo que necesiten. - le sonríe a su padre soltando su mano para poder comer ya su desayuno, que obviamente su padre planifico.

ᴏɴʟʏ ʜᴇʀ  | crepusculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora