ᴜɴ ɴᴜᴇᴠᴏ ᴅᴇꜱᴘᴇʀᴛᴀʀ

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Habíamos llegado a mi hogar.

Fue una bienvenida... Cómoda.

Los nervios de Leah, la curiosidad de Matt y la sorpresa ante nuestro hogar fue bastante divertido de observar.

Más que nada porque nuestra manada no era como la de Forks, se podría decir que nuestra forma de vida es un poco más moderna.

Así que sumando la impresión junto a los nervios de Leah fue una sorpresa increíble.

Volver a ver a mi familia me hizo sentir simplemente feliz.
Papá había aceptado a Leah, de hecho no dudó en presentarle a toda la manada y presentarla como la pareja de su pequeña Lunita.

Tía Lilith fue la primera en abrazarme apenas pise mi hogar, por su mirada fue innecesario leer sus pensamientos, sabía lo que me decían.

No estás bien.

Y era cierto, físicamente lo que menos demostraba era estar bien.

Y siendo sincera... Emocionalmente estaba peor.

De igual manera no me dijo nada, a lo que mi bienvenida fue tranquila. Adrián, Sophia junto a Andrew me recibieron con regalos.

Ellos son mis amigos desde que yo era una pequeñita y como dato interesante, Andrew fue llamado así en honor a mi padre, "el gran jefe de la manada" y el hombre que ayudo a traerlo a la vida.

Dato curioso.

Pero más allá de eso, la bienvenida fue linda, enseñarle a Matt y a Leah nuestro hogar, presentarles a los integrantes de la manada.

Los abrazos y la comodidad me hacían falta, necesitaba a mi familia de vuelta.

Y ahora nos encontrábamos aquí, yendo a una pequeña fogata en la zona trasera de nuestra manada.

Era una zona ubicada por nosotros, donde colocamos juegos y mesones para la comida y tragos junto a asientos alrededor de una pequeña fogata.

Todo hecho por nuestra manada.

Una vez llegamos, Leah se sento a mi lado junto a Matt, quedando yo al medio mientras tanto Sophia decidía sentarse a mis pies para que yo pudiera peinarla.

Era una pequeña manía que teníamos desde pequeñas, ella se sentaba y yo le hacía trenzas.

Una vez que toda la manada se sentó al rededor de la fogata, mi padre decidió tomar la palabra.

— Hoy es un gran día para poder hablar de la leyenda de la Luna. — Dice sonriendo a lo que yo no puedo evitar sonreír un poco divertida, sabía hacía donde iba esto. — Hasta en la actualidad nuestra especie aprecia a la Luna, mayormente es nuestra inspiración y creencia.

Le escucho decir a lo que me voy sintiendo con tranquilidad y un poco de felicidad al volver a vivir estos momentos en familia, aunque bueno, sabía que cambiaba sus palabras para no asustar a Matt al nombrar a los lobos.

— Era nuestra confidente, nuestra guía de cada día, aunque su presencia inspirará más de noche. — Escucho a mi padre seguir con su relato. — Tristemente nuestra especia era atacada por diversos motivos, siempre aparecía algo que aterrorizara nuestra paz.

- Y aquí es en donde rogabamos bajo la luz de la Luna por nuestra tranquilidad, por alguna señal que nos ayudará, algo que con lo que podamos defendernos de aquellos seres y sucesos que eran considerados como nuestros rivales. Le preguntábamos a la madre Luna del porque de eso,
¿Que era lo que podíamos hacer?.
Y para aquella respuesta tuvimos que esperar bastante tiempo.

ᴏɴʟʏ ʜᴇʀ  | crepusculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora