10 cosas que odio de ti - Jenlisa G!P

Capítulo 1

Como todas las mañanas la alarma de Jennie sonó, se levantó, se dio una ducha, salió y se vistió con lo primero que encontró en su closet, se puso sus queridas vans y bajó a desayunar. Al terminar de lavarse los dientes, agarró las llaves de su amado y viejo coche que en realidad no era viejo, sólo que no era bien visto por los adolescentes. Puso uno de sus discos preferidos y empezó a escuchar "Bad Reputatiton", subió el volumen y emprendió su marcha hacia la escuela.

Lentamente paró frente al semáforo que estaba en rojo, miró hacia su derecha y vio a unas chicas que le coqueteaban, ellas estaban escuchando a "N'SYNC", Jennie  no les dio importancia y aceleró con su magnifica música dejándolas atrás.

Al llegar, bajó de su coche y se dirigió a su salón. En el camino, se topó con unos póster que anunciaban el fastidioso baile, los arrancó sin importarle lo que dijeran y siguió su camino.

Mientras que Rosé se encontraba buscando la oficina de la consejera escolar. Este era el décimo colegio al que asistía, no era su elección o culpa, ella estaba adaptada a ciertas cosas que gracias al trabajo de su padre sucedían, y los constantes cambios de escuela eran parte de ese cambio. Ella era una chica tranquila, algunas veces reservada, y algo pícara, sin embargo, no tenía amigos debido a que cada cierto tiempo iba de ciudad en ciudad. Aunque al principio no estaba de acuerdo a movilizarse de esa forma, con el tiempo terminó acostumbrándose hasta que no le llegó a importar.

Esta vez se instaló en Corea del Sur, pero había algo que hacía diferente este viaje de otros, esta vez se quedaría junto a su tío James, hermano de su padre. Sus padres decidieron dejarla con él para terminar la preparatoria. Rosé nunca se imaginó que un día durante la cena familiar sus padres tomaran en cuenta su estabilidad y comodidad, con tanta felicidad ella aceptó lo que sus padres decidieron. Los extrañaría, pero era algo que ella debía hacer por su bien.

Rosé esperaba que algún tipo de guía estudiantil se le acercara y la llevara con la consejera escolar, pero no fue así, y finalmente ella misma encontró la oficina. Aunque la puerta se encontrara abierta, decidió tocar esperando un indicio por parte de la consejera para poder entrar.

-mmm.. -- esta se encontraba concentrada en su computador.

-pasa, toma asiento y espera un momento, por favor. -- dijo la joven consejera, sin quitar la vista del aparato.

Rosé lentamente entró y se dirigió al asiento, con curiosidad empezó a fijarse bien en el aspecto de la mayor. Tenía algunos rasgos diferentes a las demás, y sinceramente parecía una alumna más de la escuela.

Rosé inspeccionó mejor el lugar, pero su mirada quedó fija en la placa que decía el nombre de la mayor "Karina" y abajo de su nombre también decía su ocupación "Consejera Escolar".

A Rosé le llamó la atención el nombre de la consejera, y ahí encontró la respuesta a su duda. Karina es coreana --"es linda"-- Pensó Rosé, mientras miraba como aquella mujer en frente suyo parecía concentrada en sus escritos. Pasaron los minutos y el sonido de las teclas ambientaban el lugar, Rosé tenía curiosidad de lo que la consejera escribía en el computador, sin embargo, no quería ser tomada por irrespetuosa por invadir la privacidad de la mayor.

Todos podían pensar que Karina se encontraba escribiendo algo referente a la unidad estudiantil en lo que dedicaba gran parte de su día, pero en realidad estaba intentando encontrar alguna palabra que describiera el grosor del pene de uno de los personajes de su historia erótica. Aunque era una consejera de adolescentes hormonales, eso no le quitaba su alma jovial que le daba el atrevimiento de escribir aquellas escenas es frente de sus alumnos. Karina desvió su vista de la pantalla por un momento.

-espera un poco más.. -- dijo y siguió escribiendo algunos párrafos, intentando convencerse de su trabajo.

Rosé asintió, soltando un suspiro en forma de cansancio, no tenía ningún problema con esperar.

-bien... -- dijo al fin Karina, revisando unos documentos que estaban al lado suyo-- Toma. -- le entregó unos papeles a la rubia en donde estaban sus datos generales-- Roseanne Park. -- la menor asintió nuevamente al oír su nombre-- Karina empezó a mirar sus registros estudiantiles -- Nueve colegios en diez años, wow. Este es el décimo. -- comentó la mayor mientras se dirigía hacia el ventanal -- ¿Tu padre es militar? --.

Rosé estaba lista para dar la misma explicación que daba en cada escuela.

-si, mi padre es mili...-- sin embargo, se vio interrumpida por Karina.

-es suficiente. -- soltó la mayor, volteando rápidamente hacia la chica-- No encontrarás nada diferente en Assumption College que no hayas visto en otr... -- Karina fue interrumpida por un golpe que se escuchó en la ventana. El vidrio fue manchado por una sustancia de la cual no quería saber su procedencia. Rosé pegó un salto asustada, pero esto para Karina era algo sin importancia -- Siempre son los mismos adolescentes hormonales y estúpidos rondando en cada pasillo. -- comentó con una carcajada, la risa de la mayor se escuchó por toda la oficina, haciendo que la rubia se preguntara a qué clase de manicomio había llegado a caer.

-espere ¿dijo que...? -- Rosé quería que Karina repitiera el vituperio que soltó frente a ella, pero calló ante la idea de que la castigaría por andar de boca suelta -- ¿En verdad estoy con la consejera? -- preguntó.

-estuviste, sí -- dijo Karina caminando hasta quedar al lado de la menor mostrándose de cerca lo muy desinteresada que estaba por atenderla -- tengo que lidiar con desviados que me esperan y una novela por terminar, así que vete. -- dijo señalándole con la cabeza la puerta para que saliera, y al ver la cara de asombro de la menor, y que no se movía, la volvió a echar en un tono de voz más fuerte-- ¡Largo! —

Rosé aún un poco confundida, se levantó de la silla y caminó hacia atrás con su mirada aún puesta en Karina, le sorprendía su actitud. Aunque agradecía por la poca ayuda que obtuvo, para ella era la consejera más extraña que había visto en su vida ¿Realmente era una profesional? Se preguntó. Por tal distracción, Rosé terminó chocando con la pared, obligándola a darse la vuelta y evitar chocarse con la chica que estaba entrando a la oficina de Karina. Rosé no se atrevió a ver a la chica a la cara, su mal genio se podía sentir, y solo se apresuró a salir.

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