Capítulo 20

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Jisoo se encontraba en la biblioteca junto a Rosé, estaba recibiendo sus tutorías de francés, y estaba molesta, demasiado molesta.

-¿Puis-je vous offrir un fruit?— (¿Puedo ofrecerte algo de fruta?) Rosé le pregunto en francés mientras miraba su libro.—

- Non, tu ne peux pas.— (No, no
puedes.— Jisoo soltó un suspiro.—

-¿Où est le crayon de mon oncle?— (¿Dónde está el lápiz de mi tío?)—

-Je ne sais pas, peut-être dans ton cul.— (No sé. Quizás metido en tu trasero.— Respondió Jisoo algo frustrada.—

-Espera un momento.— La rubia comenzó a hojear rápidamente el libro con el ceño fruncido.— Eso no está en esta página.— Dijo confundida.—

-Je vais te demander quelque chose,
Rosé.— (Te preguntaré algo, Rosé) Fingió una sonrisa.— ¿Quand vas-tu m'inviter à sortir?— (Cuándo me invitarás a salir?— Cerró su libro enojada, tomó su mochila y se levantó de la silla para abandonar el lugar.—

Rosé la miró irse sin entender y siguió buscando en el libro la traducción de lo que Jisoo acababa de decirle.

[...]

Jeongyeon salió de álgebra y fue directo a su casillero para buscar los libros de la siguiente clase. A penas lo abrió, vio como un lindo traje antiguo de los tiempos de Shakespeare se extendía sobre sus cosas. La tomó entre sus manos, aún con una cara de sorpresa y acarició la suave tela con la yema de sus dedos. En la parte superior había una nota, como esas antiguas.

"Oh, bella doncella, acompáñame al baile. Te estaré esperando. Con amor, Nayeon."

Ella sabía muy bien de quién se trataba, definitivamente ya tenía una pareja para el baile, y esta la estaba conquistando cada vez más.

[...]

El señor Kim se encontraba haciendo ejercicio en el hermoso balcón de su casa cuando Jisoo lo interrumpió.

-¿Papi?— Usó un tono angelical.—

-Hola, cariño.— William respondió el saludo, tomó una liga elástica que le ayuda a ejercitar sus brazos mientras escuchaba.—

-Quiero hablar contigo sobre mañana por la noche.— Jisoo tomó valor y soltó con cuidado lo que diría.— Como sabes, es el bail...

Su padre soltó la liga que estaba estirando mandándola lejos, ambos se quedaron mirando el objeto hasta que se escuchó un vidrio lejano romperse. Volvieron a mirarse, pero estaba vez el mayor tenía un semblante de preocupación.

-¿Baile? ¿Jennie irá?— Preguntó.—

-B-Bueno... No.—

-No creas que me engañas. Sé que quieres romper las reglas por el gallardo de Sehun.—

-¿Qué es un gallardo?— Frunció el ceño confundida.—

-Es... Es un... — William chasqueó la lengua y cambió rápidamente de tema.— Si tu hermana no va, tú no irás. Fin de la discusión.— Se giró para caminar a la bicicleta y sentarse en ella.—

-De acuerdo, recapitulemos.— Suspiró nerviosa.— Jennie: no interesada.
Yo: muero por ir.— Comenzó a desesperarse ante la negación de su padre.—

-¿Sabes lo que pasa en esos bailes?—

-¡Si, papá!— Aseguró como si fuera
obvio.—Bailamos, nos besamos, regresamos a casa. No es la situación crítica que te imaginas.—

-Besarse, eh ¿eso es lo que tú crees que sucede? Te tengo noticias.— Continuó pedaleando.— ¡No es por los besos que me paso los días sosteniendo placentas!—

10 cosas que odio de ti - Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora