Capítulo 8

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Como todas las tardes, un grupo de chicos se encontraban jugando golf desde la parte alta del campo, que estaba siendo ocupado por los alumnos de último grado. Algunos solo estaban a un lado ignorando al profesor como Lalisa Manoban, quien estaba fumando en una de las banquillas junto a Momo, otros trataban de lucir bien mientras corrían en toda la cancha como lo hacía el engreído de Sehun junto a Suho o simplemente habían chicas como Jennie, quien pertenecía al equipo de fútbol y se encontraba haciendo tiros al arco acatando lo que el entrenador indicaba.

-Hola, ¿qué cuentas?.— Lisa sintió cómo perturban su paz, solo ignoró al chico que se le acercó para iniciar una plática quizás algo estúpida, o tal vez no.— Anoche me contaron lo del pato.— Dijo, y la pelinegra volteó a ver de quién se trataba mientras soltaba el humo de su cigarrillo que impactó en la cara de aquel chico.

O mejor dicho "El idiota engreído" Como le decía su amiga Momo.

-¿Te conozco?.— Preguntó.—

-Esa chica.— Dijo Sehun ignorando lo del humo, no se quejaría de su repugnante acción solo por temor a ser golpeado, él también le tenía miedo a la pelinegra con tantos rumores extraños y escalofriantes, no sería conveniente iniciar una pelea cuando necesitaba de su ayuda. Entonces, Sehun señaló a Jennie, quien seguía concentrada en su entrenamiento.—

Lisa vio a la chica, intentando reconocerla.

-¿Sí?.— Respondió algo confundida.—

-Es Jennie Kim, quiero que salgas con ella.—Dijo Sehun en un tono mandón.—

-Sí, claro niño.— Dijo Lisa un poco sarcástica, luego miró a Momo y las dos rieron, provocando que Sehun se molestara.—

-Oye, no podré salir con su hermana si Jennie no sale antes con alguien más. Su padre está loco, tiene una cuestión con las personas que salen con sus hijas.— Sehun fue interrumpido por la pelinegra.—

-Es una triste historia...— Dijo Lisa haciéndose la triste.— Y creo que...no me importa.— Susurró.—

Sehun sonrió de la misma forma que lo había hecho Lisa.

-Y....— Añadió, logrando llamar la atención de la pelinegra.— ¿Podría lograr que te importe si te pago una generosa compensación?.—

Lisa sonrió.

-¿Me pagarás por salir con ella?.—

Fue más una afirmación que una pregunta. Sehun asintió. Para Lisa era algo gracioso y difícil de creer, casi al instante puso una mirada seria interesándose por la propuesta

-¿Es mucho?.— Preguntó curiosa.—

-20 dólares.— respondió Sehun convencido.—

Lisa levantó las cejas y miró a Jennie nuevamente, ésta estaba en medio de un partido de futbol, tenía que quitarle el balón a otra chica, la taqueó rudamente tirándola al piso para poder meter gol.

-Bien...30.— Dijo Sehun, cansado-

-Déjame hacer cuentas.— Lisa estaba algo divertida con la situación.— Si vamos al cine serán 20 más.— Se levantó de la banca y se puso al lado de Sehun.— Si cenamos serán... 20 más.— Caminó por detrás de él y se colocó al otro lado.— Y ella no es cualquier chica cierto.... creo... que queremos.— Miró a su amigo.— 70 más.—

El rubio la miró mal.

-Esto no es una negociación, acéptalo o piérdelo, camionero.— Sehun estaba serio mientras la miraba a los ojos, aunque Lisa era más alta que él.—

-50 y es un trato, amigo Fabio.— Respondió Lisa dando otra calada a su cigarrillo. Sehun sacó un billete de 50 dólares y se lo entregó.—

Lisa era alguien rara para todos en el colegio, pero sabía con quién se iba a meter, y Jennie Kim no era alguien fácil de convencer, así que tenía que costar más de lo ofrecido por Sehun, aunque también se aprovechó de la necesidad del idiota, porque al final la que perdería no sería Lisa.

-Buen trabajo, Jennie.—

-Gracias, entrenador.— Respondió.—

El entrenamiento finalizó, Jennie era una buena jugadora, aunque su apariencia no ayudara a creer eso. El campeonato estaba cerca y tenían que poner todo de su parte, por lo que entrenaba todos los días. Se dirigió a la banca donde estaba su bolso con su botella de agua, la tomó en sus manos y bebió con gran apuro, moría de sed y necesitaba beber algo antes de quedar deshidratada. Sin embargo, alguien se acercó a ella, logrando llamar su atención por tal acto.

-Que tal niña.— Lisa saludó a la menor.— Jennie la miró algo extrañada por su acercamiento. Conocía a la chica, compartían clases, pero nunca habían cruzado palabras, aunque a Jennie tampoco le importaba.— ¿Qué haces?.—

Jennie le dio una mirada graciosa.

-Sudo como puerco, de hecho, ¿y tú?.— Dijo guardando su botella en su bolso, mientras que Lisa sonreía ante sus palabras.—

-Buena forma de llamar la atención ¿No?.— Dice la pelinegra y Jennie la mira sin
entender.—

-Mi misión en la vida.— Responde
sarcástica.— Pero veo que por lo menos contigo si ha funcionado.— Dijo aún más sarcástica.— ¡Dormiré tranquila hoy!— Jennie agarró su bolso y comenzó a caminar para irse de ahí mientras Lisa seguía riéndose.—

-¿Te veo este viernes?.— Preguntó mientras caminaba al lado de Jennie.—

Jennie frunció el ceño ante la pregunta, pero siguió caminando.

-Ajá sí, claro, ajá..—

-Te mostraré cosas que jamás has visto.— Dijo Lisa.—

Jennie la volteó a ver con desagrado.

-¿Cómo los bares del centro? ¿Al menos sabes siquiera mi nombre, tonta?.—

-Sé más de lo que tú crees.— Respondió la pelinegra.—

Otra mueca se hizo presente en el rostro de Jennie, acompañado de una risa seca.

-Dudoso, muy dudoso.— Dijo antes de
alejarse.—

Lalisa Manoban no era muy buena coqueteando, pero no se imaginaba que aquella castaña se la pondría difícil incluso en el primer intento. Ahora entendía la necesidad de ayuda que tenía Sehun, y hacer que Jennie saliera con ella sería algo difícil de lograr, pero no imposible.

Mientras todo esto ocurría, a unos metros de distancia se encontraba Rosé y Nayeon, quienes habían observado el intento fallido de la pelinegra. Ellas no se imaginaron que iba ser difícil incluso para Lisa

-Estamos fritas.— Le comentó Rosé a Nayeon con voz de resignación. Rosé seguía viendo el rendirse como opción y disculparse con Jisoo. Ya tendría todo listo para aquel momento.—

-Oye no, no, no, no quiero escuchar esa actitud, ¡quiero oírte con ánimo!— Reclamó Nayeon tratando de mostrar el lado positivo a la situación. Si era su plan, después de todo no fallaría.—

-¡Estamos fritas!— Repitió Rosé, esta vez con un tono más alegre y una sonrisa ancha.—

-¡Eso! el plan no acaba aquí.— Respondió Nayeon.—

Justo en ese momento el entrenador fue golpeado por un pelota de golf que lo mando al suelo, sorprendiendo a las dos amigas. Y a lo lejos de ahí, un grupo de chicas corría para no ser descubiertas ante su fechoría...

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10 cosas que odio de ti - Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora