Diez

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ねこ 株式会社

Tres semanas y contando.

A veces, Soobin se levantaba en la madrugada solo para asegurarse de saber que no estaba soñando, porque tenía la vida completamente hermosa y era algo que no solía suceder más que en los cuentos de hadas o de Disney, esas películas que causaban que su minino sonriera cuando terminaba bien y en los momentos de los besos, incluso Yeonjun se acercaba a Soobin y lo besaba suavemente, quizás imaginando que era él quien estaba dentro de la película.

Para Choi, definitivamente no
existía criatura ni persona en el mundo más hermoso y tierno que el minino que ahora descansaba con su cabeza sobre sus piernas.

Yeonjun le estaba hablando, bueno, le maullaba un montón de cosas mientras pasaba sus manitos por el rostro de Soobin, así que este supuso que estaba diciéndole algo sobre su rostro, dejándolo expresarse aún sin entenderlo.

-Te amo. - Susurró Yeonjun, logrando que otra cálida sonrisa se forme en el rostro del mayor, inclinándose hacia adelante para atrapar los labios de su gatito, capturándolos en un suave beso, disfrutando del tierno ronroneo de Yeonjun.

Una vida tan tranquila, hermosa y perfecta no podía tener nada malo.

O quizás sí.

No, definitivamente sí.

Soobin estaba frustrado... Sexualmente.

Soltó un suspiro resignado cuando terminó de ponerle el pijama a Yeonjun, acariciando sus preciosas orejas, logrando que su bebé se acercara y besara suavemente sus labios, pero la cabeza de Soobin estaba en otro lugar ahora

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Soltó un suspiro resignado cuando terminó de ponerle el pijama a Yeonjun, acariciando sus preciosas orejas, logrando que su bebé se acercara y besara suavemente sus labios, pero la cabeza de Soobin estaba en otro lugar ahora.

Él jugaba con Yeonjun cada dos días, y eso estaba bien, porque tampoco quería exigirle mucho a su pequeño niño, y sabía, por las reacciones de este, lo mucho que le encantaba cuando él tomaba su miembro de esa manera y se lo llevaba a la boca.

Oh sí, los gemidos de Yeonjun eran el detonante para cualquier persona, pero aunque le encantaban, estaba el detalle de que Soobin quería ese algo más del menor y sabiendo que podía tenerlo, su cuerpo ya no reaccionaba con la misma ansiedad que al inicio.

Él deseaba más, y todo su ser se lo pedía a gritos.

Tuvo largas noches en las que se cuestionaba si debía hacerlo o no, e incluso en una de esas jugaditas, logró que uno de sus dedos roce la pequeña y virgen entrada de Yeonjun, y no estuvo nada mal, los espasmos que pasaban por el cuerpo del minino eran tantos que juro poder correrse simplemente con
eso.

Pero... Iba a doler. Ahí era cuando moría toda la pasión.

Soobin si bien sabía de eso, no recordaba con mucho recelo su primera vez porque había sido con una persona tan irrelevante en la actualidad que no le interesaba, Yeonjun tenía el poder de llenarle su mundo y hacerle olvidar hasta la capacidad de respirar.

neko corporation ⌗ soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora