Inmortalidad

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Había una vez, en la Edad Media, un joven campesino llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques. Un día, mientras cazaba, se encontró con un misterioso y atractivo hombre de piel pálida que parecía flotar en el aire. El hombre se presentó como Atlas, un vampiro que había vivido durante siglos.

A pesar de sus instintos de supervivencia, Lucas se sintió atraído por Atlas y comenzaron a tener encuentros secretos en el bosque.

Atlas le mostró a Lucas un mundo de belleza y pasión que nunca antes había experimentado. Pero Lucas sabía que su amor era imposible, ya que Atlas era un vampiro y él era un simple humano.

A medida que pasaba el tiempo, Lucas notaba cambios en su cuerpo. Se sentía más fuerte, más rápido y más vivo que nunca antes. Atlas le explicó que había sido mordido por un vampiro y que se estaba convirtiendo en uno de ellos. Lucas no sabía cómo sentirse al respecto, pero sabía que su amor por Atlas era más fuerte que cualquier otra cosa.

Los dos amantes vivían en secreto, temiendo la represalia de los aldeanos si descubrían su relación. Pero un día, un grupo de cazadores de vampiros llegó al pueblo, guiados por rumores de una criatura que merodeaba por el bosque.

Los aldeanos, temerosos de lo que pudiera ser, se unieron a los cazadores y formaron una turba enfurecida que avanzó hacia el bosque en busca del vampiro.

Lucas intentó convencer a Atlas de huir, pero el vampiro se negó a abandonar el lugar donde había vivido durante tantos siglos. En un último acto de amor, Atlas le dio a Lucas un collar con un amuleto que supuestamente lo protegería de los cazadores. Con lágrimas en los ojos, Lucas vio a Atlas ser atrapado por los cazadores y llevado a la hoguera.

Lucas regresó a su pueblo, con el corazón destrozado por la pérdida de su amado. Sin embargo, su transformación en vampiro se completó poco después y se dio cuenta de que Atlas le había dejado un regalo final: la inmortalidad.

Con el collar y el amuleto que Atlas le había dado, Lucas se convirtió en el único vampiro que nunca fue cazado por los aldeanos.

A pesar de su inmortalidad, Lucas vivió el resto de su vida en soledad, llevando siempre consigo el collar y el amuleto de su tan amado Atlas como un recordatorio de su tragico amor.

Nunca volvió a enamorarse, pero siempre recordó a Atlas como el amor de su vida y el hombre que le había mostrado el verdadero significado del amor y la pasión.

FIN

FIN

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