Entre El Cielo Y El Abismo I

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Capítulo 1: Encuentro en el Crepúsculo

El crepúsculo cubría el firmamento con un manto de tonos naranjas y púrpuras cuando Gabriel, el arcángel de la esperanza, se aventuró más allá de los confines del Cielo.

Su misión era clara: explorar los límites entre la luz y la oscuridad, allí donde las sombras comenzaban a reclamar su dominio.

Fue en ese limbo donde lo encontró, un ser cuya belleza eclipsaba la misma creación: Luzbel, el demonio más poderoso y otrora el ángel más radiante.

Desde el primer encuentro, Gabriel sintió una conexión inexplicable. Luzbel, con sus ojos de fuego azúl, su negra cabellera, blanca piel y alas negras como la noche, representaba todo lo que Gabriel había jurado combatir.

Sin embargo, en aquellos momentos compartidos bajo el crepúsculo, surgió algo más profundo que la simple enemistad celestial: un amor que desafiaba las normas de ambos mundos.

Capítulo 2: Un Amor Prohibido

Los encuentros entre Gabriel y Luzbel se hicieron frecuentes. En secreto, se reunían en un claro olvidado por ambos reinos, donde sus almas se entrelazaban en un abrazo eterno.

Gabriel, con su bondad innata, se sentía atraído por la vulnerabilidad escondida tras la imponente fachada de Luzbel. Este, a su vez, encontraba en Gabriel una luz que lo hacía sentir completo, una esperanza que creía haber perdido.

Una noche, bajo un cielo estrellado, Gabriel tomó la mano de Luzbel y la llevó a su corazón.

"Aunque el mundo nos separe y nuestros caminos sean opuestos, mi amor por ti es eterno", susurró Gabriel.

Luzbel, conmovido, respondió con un beso lleno de pasión y dolor, sellando un pacto silencioso entre ambos. "Tu amor es la única luz que ilumina mi oscuridad", dijo Luzbel, sus ojos ardían con una mezcla de deseo y tristeza.

Capítulo 3: La Sombra de los Celos

En el inframundo, Belial observaba desde las sombras. Su amor por Luzbel era un fuego que ardía con la misma intensidad que su envidia. Cada encuentro entre Luzbel y Gabriel era un recordatorio de su propio deseo insatisfecho.

Belial había anhelado a Luzbel desde tiempos inmemoriales, pero su amor no había sido correspondido. La belleza y el poder de Luzbel lo habían hechizado, pero la presencia de Gabriel lo hacía arder en celos.

Belial comenzó a maquinar un plan. Usando sus poderes de engaño, empezó a sembrar dudas en el corazón de Luzbel. En cada encuentro, dejaba caer pequeñas insinuaciones, venenosas y sutiles.

"¿Cómo puedes confiar en un ser de luz?", susurraba en momentos de debilidad. "Los ángeles siempre buscan destruirnos. ¿Y si Gabriel solo juega contigo?"

Luzbel, aunque firme en su amor, no podía evitar que las palabras de Belial se filtraran en su mente. Empezó a cuestionar la sinceridad de Gabriel, a dudar de sus promesas. Las dudas crecían, alimentadas por los celos y la manipulación de Belial.

Capítulo 4: Traición y Dolor

Una noche, mientras Luzbel y Gabriel se encontraban en su claro secreto, la sombra de la duda se hizo presente.

"Gabriel," dijo Luzbel, con voz temblorosa, "¿cómo puedo estar seguro de tu amor? ¿Qué nos impide que el Cielo te ordene traicionarme?"

Gabriel tomó el rostro de Luzbel entre sus manos y lo miró a los ojos, a esos hermosos ojos azules que tanto amaba.

"Mi amor por ti es más fuerte que cualquier orden divina. Te amo por lo que eres, no por lo que fuiste o lo que podrías ser."

Sus palabras eran sinceras, llenas de una verdad palpable.

Pero Luzbel, atormentado por las insinuaciones de Belial, no podía aceptar esta verdad. Belial, escondido en las sombras, decidió actuar. Usando sus poderes, proyectó una imagen de Gabriel hablando con otros ángeles, planeando una supuesta traición.

"¡Mira, Luzbel!", gritó Belial, señalando la visión. "¡Te lo dije, los ángeles no son de fiar!"

Luzbel, cegado por la confusión y el dolor, se volvió contra Gabriel. "¿Es esto cierto?", rugió. "¿Me has estado engañando todo este tiempo?"

Gabriel, sorprendido y herido por la acusación, extendió la mano hacia Luzbel.

"No, Luzbel. Nunca te traicionaría. Esto es una mentira, una manipulación."

Pero el daño ya estaba hecho. En un acto de desesperación, Luzbel atacó a Gabriel, rompiendo el vínculo que los unía.

Gabriel, herido y con el corazón quebrado, fue desterrado del Cielo por haber amado a un demonio. Cayó en un abismo sin fin, llevando consigo la esperanza y el dolor de un amor imposible.

Capítulo 5: La Caída

Gabriel, herido y con su corazón quebrado, fue desterrado del Cielo por haber amado a un demonio. Cayó en un abismo sin fin, llevando consigo la esperanza y el dolor de un amor imposible.

Luzbel, al darse cuenta de la traición de Belial, desató su ira sobre él, condenándolo a una eternidad de sufrimiento. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.

En lo profundo de su trono infernal, Luzbel se quedó solo, aferrándose a los recuerdos de un amor que había perdido por la envidia y la traición. Sus lágrimas se convirtieron en llamas, y su corazón, endurecido por la tragedia, latía solo por la memoria de Gabriel.

Capítulo 6: Una Luz en la Oscuridad

Los ecos de su amor aún resonaban en el firmamento, un recordatorio eterno de que incluso en la oscuridad más profunda, la luz del amor puede brillar.

CONTINUARÁ....

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