Sirvientas ¿ nuevas?

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- así que querías escapar?.... Bonita- la voz provino detrás de ella
Estaba segura que cuando subió no había ninguna persona, se quedó paralizada frente a la puerta y cada vez escuchaba como los pasos se acercaban a ella.

No sé de qué me hablas- habló firme pero por su interior estaba muy nerviosa

- si lo recuerdo......te advertí que no intentaras escapar.......

- y yo te dije que no tienes poder sobre mí, además quién está intentando escapar - se justificó y  recalcó la joven con su ceño fruncido

- claro que lo tengo- la acorraló en la puerta y colocó sus brazos en medio de ella- Tú me perteneces de pies a cabeza.- la miró con lujuria- puedo hacer contigo lo que quiera o ¿ Acaso ya se te olvidó que tus padres te intercambiaron por una deuda?

- no necesitas recordarmelo- habló fríamente la chica

- me alegro que lo hayas entendido preciosa- sonrió leve y paso su mano por el rostro de la chica

Shinobu al ser de baja estatura se agachó y por debajo de los brazos del azabache salió y se fue corriendo a su habitación.
Pero a los poco minutos tocaron la puerta.

-¿ Qué quieres?- gritó abriendo la puerta pensando que era el azabache pero no, era un sirvienta

- lo lamento interrumpirla señorita- realizó una reverencia para irse

Shinobu salió de la habitación y notó algo muy importante y extraño, toda la mansión estaba llena de sirvientas pero ninguna era familiar todas eran unas completas extrañas.

- disculpa- dijo a una sirvienta a lo que ella volteo a verla- El dueño de la mansión en dónde se encuentra?-

Pero la sirvienta no le contestó más bien la ignoró y se alejó

-! Oye!  ¡ Espera!

Se dirigió a varias sirvientas para preguntar por el azabache pero nadie le hacía caso, enfadada por ello se fue a su habitación y se encerró quedado dormida.
Cuando despertó pasaban más de las cuatro de la tarde, su estómago le rugió de hambre así que salió al comedor. Las sirvientas eran las mismas de la mañana pero ya no preguntó nada pues de seguro tampoco le prestarán atención.
En el comedor estaba el azabache sentado al otro extremo, lo miró mal y se sentó cara a cara. No quería hablar con él a pesar de tener Miles de preguntas por hacerle.

-¿ Quieres preguntarme algo?- dijo el azabache mientras pedasiaba un poco de carne sin mirarla

«¿ Cómo lo sabe?»

- no para nada- contestó de mala forma-¿ Por qué lo dices?

- tal vez al ver tu hermoso rostro confundido

Shinobu colocó brusco los cubiertos sobre la mesa y se levantó- ¡ Olvidado! ¡ Eres un insoportable! Mejor iré a descansar- caminó hacia la salida y se fue a su habitación

El azabache no le dijo nada solo chasqueo dos dedos y una sirvienta estaba ante la presencia de él

- dígame señor

- preguntó acerca de algo?-

- si señor, la señorita preguntó por las otras sirvientas del día de ayer- dijo atemorizada

- algo más ?-

- también preguntaba por usted, supongo que era para preguntarle acerca del otro asunto.

- así, que fue lo que dijiste.

- no le dije nada. La ignore

En todo la conversación de ambos, el hombre no había volteado a ver a la sirvienta mientras que ella hablaba con miedo.

-¿ Qué hiciste qué?- dijo enojado y está vez volteo a verla con una mirada fría. La sirvienta dió un pequeño gritó pues le había hecho asustar

- lo lamento señor pero solo acate lo que usted me dijo

- pues que fue lo que te dije

- que no le digamos la verdad a la señorita cuando pregunte sobre las otras sirvientas

- y en qué momento te dije que la debes ignorar??

- ahhh! Bueno yo.....

-¿ Sabes lo que les pasó a las otras sirvientas?- le interrumpió con la pregunta

- si- contestó bajo

-¿ Acaso quieres el mismo destino para tí?

- qué?. Claro que no señor.

Se puso de pie  y se acercó a la sirvienta haciendola retroceder hasta el punto de hacerla chocar con la pared.

- te digo algo..... No voy a perdonarte por haberla ignorado

- pero no fui la única-

- crees que me importa? ¡ Eh!

- por favor señor ¡ Perdóneme, no fue mi intención la verdad lo lamento mucho! Señor se lo suplico por favor deme otra oportunidad le prometo que no se arrepentirá

- cuántas veces me han dicho lo mismo- se dijo a si mismo pero perfectamente claro para que la sirvienta escuche- ¡ Vete! Preséntate mañana

La sirvienta asintió y se alejó. Ya había anochecido Shinobu había caído profundamente dormida, parecía una princesa, ante los ojos del hombre que había ido a verla, cerró la puerta y se adentró a la misteriosa habitación con seguridad

En la mañana otra vez él no se encontraba, y mucho mejor para ella la verdad no le interesa ni en lo más mínimo, disfrutó de su desayuno a gusto, las sirvientas ni siquiera se acercaban a ella Lo que llegó a pensar que ella era la del problema cuando no era así.

- saldré un momento- aviso a las sirvientas que se encontraban cerca

- ¡espere señorita!- corrieron hacia la puerta impidiéndole el paso

« hay ..... Hasta que al fin dicen una palabra»

-! Qué les pasa! Por qué no me dejan pasar- alzó la voz empujándolas pero ellas al ser varias le retenían

- el jóven amo.... Nos dijo que no tiene permitido salir

-¿ El jóven amo?.... Pero quién se cree ese idiota para no dejarme salir- siguió intentando safarce del agarre de las mujeres

Seguian en este dilema hasta que un chasqueo de dedos se escuchó, las sirvientas soltaron a Shinobu y se alejaron.

- jóven amo- dijeron en una sola voz e hicieron una reverencia

Shinobu volteó a ver hacia atrás.

-¡ Qué sucede! ¿ Cuál es el alboroto?- preguntó tranquilo dirigiéndose a Shinobu y tomó su cintura

- jóven

- quien te permitió hablar- interrumpió a la sirvienta con la voz fría

- lo siento.

- vayanse de aquí..... Déjenme a solas con ella- ordenó a las sirvientas y estás desaparecieron en segundos

-se acomodó la voz  ¿ Cuál es el problema hermosa ?-

- primero ¡ Suéltame!- dijo firme

- eso no será posible - le susurró en el oído

- entonces.... No te lo diré

- me encanta con la firmeza que hablas..... Eso me vuelve loco por tí- el agarre que tenía en la  cintura lo hizo más fuerte apegandolo hacia él

- eres un odioso..... Ay- renegó de coraje pues cualquier cosa que dijera o haga de seguro el se saldrá con la suya

- me dirás que ocurre-: insistió pues Shinobu se había quedado callada

- quiero salir-

- no lo harás

Ahora sí Shinobu se enojó bastante- ¡ Por qué no!- gritó volteandose hacia él quedando cara a cara
Él en ningún momento safo su agarre de la cintura
Sus rostros estaban demasiado cerca se podría decir que un leve movimiento haría que sus labios chocarán.....

MÍA- GIYUUSHINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora