2. Siempre has sido tú.

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Las personas se movían al compás de una canción extraña, sin sonido. Las flores caían en cascada y flotaban en el aire. Si no tuvieran magia, sería muy gracioso ver a los Weasley adornando el patio de su casa. Y era precisamente lo que parecía, un jardín encantado. Miles de florecillas y ramilletes adornaban, los manteles, las mesas, las sillas, el banquete, el pastel.

Esa clase de eventos no era del mayor agrado de Harry Potter, tanta gente prestando su atención en él. Claro que todo el mundo lo conocía y difícilmente podría ocultarse entre la multitud. Era el estigma con el que cargaba, el salvador del mundo mágico, quien asesino a Voldemort. El héroe, simplemente una hazaña para los libros de historia de la magia.

Excelente. Realmente no quería tener que confundir ese día, pero si seguían pidiéndole un autógrafo tendría que ceder o esconderse.

Después de todo, era un día tan bonito, con el sol brillando sobre Ottery St Catchpole, el cielo de un azul encantador con tenues nubes blancas salpicadas aquí y allá, y una agradable brisa suave a través de los árboles que mantenía alejada cualquier quemadura de calor. Sin mencionar a todas las personas felices que estaban allí reunidas actualmente debajo de un pabellón extragrande.

El día perfecto, de hecho, para una boda. El estómago de Harry instantáneamente dio un salto mortal ante ese pensamiento. La hermosa boda de Hermione Jean Granger y Ronald Billius Weasley.

La invitación que Harry tenía entre sus dedos lo decía claramente, obviamente era una mera formalidad. Harry no necesitaba una tarjeta blanca con bordes dorados para presentarse, siendo el mejor amigo de los novios podría asistir sin demora.

Las aves cantaban en las copas de los árboles. Definitivamente el mejor día. Bueno, tal vez no para mí, pensó Harry, deslizando figura ataviada con un traje negro, el resto del camino hacia el pequeño edificio levantado por la familia Weasley. Preparándose mentalmente para lo que sin duda sería la conversación más difícil de su vida. Incluso tan mala como cuando tuvo que enfrentarse a Voldemort cara a cara.

Harry se alejó del recinto y se encamino hacia la casa. Abrió la puerta principal de los Weasley y miró de reojo, adentro también se había convertido en un lugar encantado y, como esperaba, encontró a su mejor amiga, Hermione. Sola, seguramente arreglando los últimos detalles de su peinado, mientras los demás terminaban con la decoración. Sin embargo, antes de que pudiera comenzar a formar una palabra, mucho menos una oración, ella lo abrazo.

—Hola —dijo separándose de él, una gran sonrisa plasmada en su hermoso rostro —. Me preguntaba cuándo aparecerías aquí. Me vendría bien un poco de ayuda y a ti también con esto.

Tiró de la corbata de Harry arrugada envuelta alrededor de su cuello y la acomodó.

—Llegas tarde, por cierto —agregó Hermione.

—Te ves hermosa —dijo Harry mientras Hermione le ataba la corbata con delicadeza.

Ella se sonrojó ante su comentario, saboreando las sencillas palabras de un hombre que se había vuelto más querido para ella, que cualquier otra persona. Un hombre que ella amaba, pero jamás se atrevería a decir en voz alta. ¡No! se regañó a sí misma. Atención él es solo tu amigo. No pierdas de vista que te vas a casar con Ron. Las rodillas débiles pueden aparecer más tarde.

La mente de Harry comenzó a girar repentinamente en una docena de direcciones diferentes. Una docena de pensamientos diferentes ...

—Me voy —dijo Harry sin más, antes de arrepentirse.

—¿Me dejas? —sonrió Hermione, interpretando sus palabras como una broma —. Pero acabas de llegar, prometiste que estarías durante toda la ceremonia y el banquete.

Harry y Hermione One Shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora