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Neytiri y Jake sostenían el cuerpo de su hijo; Se desmayó recordando un hecho, solía pasarle pocas veces y siempre era causado por la misma razón.
Su madre le dejó un pequeño beso en su frente para después mirar a Ronal ayudando a recuperarlo, la mujer renegó para hacerlo pero por la desesperación de los Sully terminó aceptando, después de todo era la Tsahìk.
Neteyam era el único de sus hermanos que permitieron dejar pasar debido a su gran conexión con Ira'i; Siempre estuvo para él cuando pasaban este tipo de sucesos, sentía que de alguna forma le daba más fuerzas a su mellizo.

Miró hacia afuera del Marui, estaban Tsireya y su padre en una discusión, por lo visto la joven quería saber el estado de Ira'i y el no se lo permitía.
Suspiró, le parecía tan injusto para ambos que creía que tenia que hacer algo para que puedan volver a verse, los dos no la estaban pasando bien sin el otro y era notorio, se hicieron inseparables sin que nadie se de cuenta.

Escuchó a su hermano sollozar a la vez que su madre lo abrazaba, no dudo en ir con él y regalarle una leve sonrisa, dándole a entender que estaba feliz por tenerlo de nuevo despierto.
― Oye bro, la próxima no uses el mismo brazo. ― Rieron de manera simultánea, fue un mal chiste tal vez.

Ronal no dijo nada y se marchó de allí, ignoró la mirada de todos.
A Ira'i ya no le agradaba mucho su presencia, pero entendía que debía tratar de llevarse bien con la Tsahìk por convivencia, al menos lo intentaba.
Miró a sus hermanos menos entrando y a un costado, la muchacha Metkayina mirando desde la lejanía del Marui; Se notaba triste de alguna manera; ignoró aquello y se enfocó en su familia, conversando con todos como era de costumbre a veces.

* * *

Por otro lado, Tsireya no dejaba de observar el Marui de su amigo mientras su madre la llevaba del brazo hacia el suyo; Tenía que prepararse porque su futuro esposo estaría allí al otro día.

Su vida pasaba tan rápido, ya de tan jovén debía unirse a otro que seguramente pasaba por lo mismo y era triste, todo por un capricho de sus familiares.
Miró a su madre, no le gustaba para nada su forma sobreprotectora de ser, perdió su brillo con la llegada de los Sully. También observó a su hermano que caminaba a su lado, le estaba haciendo ojitos y al percatarse este comenzó a hablarle en lenguaje de señas: "En la noche. Ya hablé con Neteyam. Ira'i. Secreto. Caminar. Platicar. Juntos." Una sonrisa de oreja a oreja se formó en la bella joven tras el mensaje que su hermano le proporcionó, asintió con la cabeza: "Gracias, hermano."

Al estar ya en el Marui los cuatro, su madre peinaba su cabello y arreglaba cualquier mínimo error en este, Aonung cosía junto a su padre en silencio hasta que habló.
― No voy a aceptar que mi hermana se case con un feo ¿Entiendes madre? ― La jovén trataba de no reírse junto con su padre, solo estaba bromeando pero su madre siempre se tomaba todo a pecho y se molestaba dependiendo de lo dicho.

― Es atractivo me han dicho. ― Rodeó sus ojos al mismo tiempo que trenzaba el cabello de su hija. ― Es un guerrero.

El joven Metkayina bufó al escuchar lo último, le recordaba a alguien. ― Todos los Na'vi son feos después de todo pero siempre hay un jovén guerrero mejor que el otro ¿Verdad, Tsireya? ― Lo confirmó con su sonrisa y él siguió con el hilo. ― Por cierto madre, iremos a pasar tiempo de hermanos cuando termines. Ira conmigo, no tienes que preocuparte de vigilarla sabes. ― Se cruzó de brazos y su madre no dijo nada.

― Hijo, hablas demasiado, solo tienes que avisar que saldrán, sabemos que la cuidas bien. ― Y si, Aonung apenas Ronal terminó la trenza, salió corriendo con su hermana para ir hasta el bosque que había detrás del clan, por suerte Tsireya conocía la zona a la perfección, pero el muchacho se sentía perdido.

La sombra de las peculiares trenzas del Omaticaya provocó que riera, siempre le parecían graciosas y no podía lograr ocultarlo, aunque no quería que Neteyam se sintiera mal por culpa suya.
Por dentro estaba nerviosa de volver a verlo, incluso sentía que su cola se movía más de lo normal y sus orejas estaban bien en alto y cuando se presentó se sintió aliviada; se acercó a él abrazando su cuerpo por primera vez, sus manos se posicionaron en su cintura y apoyaba la cabeza en el hombro de su contrario sin decir nada. Los dos hermanos mayores se estaban retirando e Ira'i acariciaba su cabello.
La tranquilidad reinaba el ambiente, se sentían bien estando juntos, sin nadie que pudiera molestarlos de su mundo. Tsireya suspiró, recordando que en pocos días sus encuentros serían imposibles por su relación forzada.

― Ira'i... ― Separó sus cuerpos mirándolo a los ojos; esos ojos que se veían deprimidos y sombríos, apagados y sin brillo los que de alguna manera ella seguiría amando. ― Voy a tener que unirme con alguien que no elegí. ― El contrario acarició su mejilla y ella cerró sus ojos.

― Debes luchar por ti, si no quieres hacer algo a la fuerza, entonces pelea por obtener tu libertad, no importa de la forma que sea. ― Le dedicó una sonrisa aunque por dentro no le agradaba mucho la idea de que suceda aquello; estaba celoso y reconocía que estaba mal.

― No puedo contra mis padres. ― Agarró su mano con ambas de las suyas y apretó esta levemente. ― Quiero elegir por mi cuenta con quien pasar mi vida, es imposible. ― "Ya elegí" pensó ella, lo tenía en frente, admirandolo como lo más precioso en Pandora.

― Todos debemos elegirlo. Por favor, lo que menos deseo es tener que verte mal por ello. ― La contraría acomodo el lacio cabello del joven, haciendo puntas de pie para lograrlo y quedando muy cerca de su rostro; con vergüenza ambos se alejaron.

― Ya no importa, quiero saber como estas, me preocupó demasiado lo que pasó. ― Cambiaron el tema con rapidez y juntos comenzaron a caminar por el pequeño bosque; Hicieron sus tonterías de siempre e incluso debatieron por cual de sus hermanos mayores hacía los peores chistes, lamentablemente los nombrados buscaron a ambos para llevárselos otra vez a sus respectivos hogares.

Una vez allí los hermanos Metkayina fueron sermoneados por sus padres debido a la tardía llegada.

* * *

El clan se reunía en la orilla del arrecife como la vez de su llegada, los jefes y sus hijos se pararon a un costado; Notó que Tsireya estaba hermosa, para el ya lo era todos los días, pero se veía que era algo importante.
Un joven de la misma edad de Ira'i se acercaba a la familia, al Omaticaya no le gustó para nada; parecía egocéntrico y lo demostraba su forma de andar, llevaba su arma en la espalda entonces supo enseguida que era guerrero aunque no llevaba ni una mínima lastimadura.
Chasqueó su lengua y miró a Lo'ak para soltar una risilla juntos, sabía que su hermano menor pensaría lo mismo.

No le prestó ni un minuto de atención, le daba totalmente jgual su existencia y solo hablaba con sus hermanos, incluso jugaba un poco con Tuk. Lo unico que llegó a ver con su campo de visión fue como tomaba la mano de la joven; sintió como su pecho dolía, el quería estar en esa situación.

En cuanto a Tsireya, no le gustaba para nada aquel hombre, su personalidad era tan fácil de descifrar; para ella no era más que un guerrero con aires de grandeza que luchaba solo para salvarse a si mismo. Inclusive desviaba la mirada a su gran amigo y no podía evitar sonreír al verlo con su hermana menor corriendo de un lado al otro.

Pensó.

<< A ti es a quien tanto deseo, guerrero mío. >>
Sus mejillas se sonrojaron al hacerlo, lo miraba con tal amor siempre que lo hacía, que cualquiera se daría cuenta de su romance, menos ellos, que dudaban de aquello.

Sweet    /   Tsireya.  ( 𝐀𝐕𝐀𝐓𝐀𝐑 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora