II. LA OSCURIDAD CRECIENTE (PARTE 1)

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Muchas imágenes cruzaban la mente de Denzel, muchos recuerdos y muchos posibles escenarios, su cabeza era un caldo sazonado con dudas sembradas por las últimas palabras de Mozzerk...y en el medio de todo: Magda. ¿Cómo diablos sabía el elfo oscuro de la enfermedad de su esposa? ¿A quién se refería cuando decía que no creyera en quien se hacía llamar amigo? ¿Qué era lo que ya había empezado y no tenía marcha a atrás? ¿Qué sabía el rey de todo esto? ¿De cuál oscuridad hablaba? Recordaba cómo empezó todo, como Magda y muchos vecinos y amigos cayeron, como los sanadores y magos estaban desconcertados por lo que ocurría, como arrastraron a todos los afectados a un centro de contención improvisado en un área del Templo de La Antepasada, aislados de sus familias...recordó cómo se llevaron a Magda, quien entre el miedo y la ira solo gritaba "¡Ayúdame Denzel! Ayúdame Denzel! Denzel! Denzel!"

- Denzel! ¡Eh, Denzel! ¡Despierta amigo! La mano de Fuchs sacudió el hombro del ensimismado ejecutor. -Estabas como hipnotizado, ¿te sientes bien?

- Si amigo, estoy bien, solo necesito un poco de aire, saldré al balcón por un minuto.

- Pues no te creo nada, así que te acompaño al balcón, también necesito aire fresco, el vino está muy bueno y me siento un poquitín acalorado.

- Con tres jarras de vino a cuestas, hasta oso lechuza estaría acalorado- bromeó Denzel.

Atravesaron el salón principal del ayuntamiento, en el que se habían dispuesto varias mesas con vino y mucha comida, en honor al retorno de las familias desaparecidas. Tres juglares tocaban una suave melodía, melancólica mas bien. La sala estaba ocupada por ambas familias, la familia del regente Weisskrutz y algunos miembros desatacados de la comunidad. A Denzel le pareció de muy mal gusto una celebración, tomando en cuenta que la familia Latto había perdido a su primogénito a manos del nigromante, pero al regente le gustaba farolear y ganar el favor de los nobles con banquetes y adulaciones, le había funcionado bien. Aun así, tomo un poco de vino y comió algo, pero mas por necesidad que por el gusto de la fiesta. Llegaron al enorme balcón que daba hacia el sur de la colina, mostrando la villa entera, más allá de sus muros; los viñedos, molinos y destilerías, y a lo lejos la diminuta silueta del faro de Puerto Rojo, reflejaba los destellos de un atardecer que iba convirtiéndose en noche. Había pasado un día, exactamente de su regreso de Las Excavaciones, pero Denzel se sentía igual o más intranquilo.

- ¿Qué te distrae viejo amigo? ¿Sigues pensando en lo que dijo Mozzerk antes de ejecutarlo? ¿O hay algo mas que te ocupa el pensamiento? ¿Piensas en Magda, cierto?

- Pienso en todo eso junto Fuchs, me atormenta saber que estoy aquí sin avanzar en la resolución de esto, bebiendo vino y comiendo mientras ella está encerrada y vaya usted a saber en que condiciones. Necesito moverme, no estoy para las celebraciones sin sentido de Weisskrutz y sus lamebotas. Mucho menos con esta intriga sembrada en mi cabeza ahora, Mozzerk era un ser ponzoñoso, pero si algo he aprendido en este trabajo, es que ninguna persona que sabe que va a morir, miente. Mucho menos si será ejecutado. Hay algo extremadamente raro en todo esto. Pero no quiero desviarme de mi objetivo principal, aunque al parecer todo está conectado, no lo sé.

- No me has contado como empezó todo. ¿Cómo fue que Magda y los demás contrajeron la enfermedad? ¿y cuándo fue? He escuchado historias de la Enfermedad Oscura, pero nunca he visto a nadie sufrirla, todo lo que sé son historias de antaño, ¿Cómo sucedió?

Denzel tomó un sorbo de vino y miró a Fuchs a los ojos, las palabras del nigromante resonaban en su cabeza: "...no creas que todos tus amigos lo son...", bajó su copa y volvió a mirar a su compañero, lentamente, de los pies a la cabeza.

- Denzel. Nos conocemos hace tantos años, hemos compartido batallas pequeñas y otras no tanto. Y sé bien el tipo de persona que soy y por eso es un honor que me hayas considerado tu amigo todo este tiempo. Sé que ese elfo oscuro sembró ya una semilla en tu mente y está bien que seas precavido de ahora en más, pero no esperes una traición de mi parte, tú has salvado mi vida en muchas ocasiones, traicionarte sería la peor manera de pagarte. Además, Magda siempre ha sido como una hermana para mí, lo sabes bien. Así que todo este asunto se ha vuelto personal para mi también. Puedes contarme todo. Soy leal a ustedes mas que a cualquier rey de Blumenheim.

Crónicas de Blumenheim. La Travesia del Ejecutor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora