❝ 𝘴𝘶𝘦𝘯̃𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘮𝘪𝘨𝘰 𝘢 𝘭𝘢 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘢 𝘥𝘦
𝘶𝘯 𝙖𝙧𝙗𝙤𝙡 𝙙𝙚 𝙙𝙞𝙣𝙚𝙧𝙤 ❞
después de volver a casa de rehabilitación, cj hernandez es arrojado a un mundo de riqueza, mentiras y poder con una presencia anónima online esperando para...
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┏━━━━━━━━━━━━┓ CAPÍTULO SEIS LUCES PARPADEANTES ┗━━━━━━━━━━━━┛
❝ TAL VEZ notaron que el Upper Eastern ha estado muy calladito las últimas 24 horas.
¿Creen que la tormenta ya pasó? Obvio no.
Me contaron por ahi que pongamos atencion a de Armory esta noche. ¿A quién no le gusta el drama en un desfile?
XOXO, Gossip Girl ❞
Cristian había sentido la presencia inminente de la cuenta anónima y no pudo evitar temer que se avecinara una tormenta. Desgraciadamente, le dieron la razón. ¿Y aún más desafortunado? Está en el ojo del huracán.
Le sorprende que Julien le haya ahorrado el boleto, pero supone que debe agradecérselo a Obie. La chica está haciendo un esfuerzo por incluirlo, y CJ se lo agradece, pero este acontecimiento no podría haber llegado en peor momento. No tiene energía para concentrarse en el drama de las hermanas, pues ya se está ahogando en el suyo.
—Esto se siente ilegal—.CJ determina. Arroja su teléfono sobre la cama de Obie antes de volver a mirarse en el espejo.
Obie, siendo el tipo de persona que es, se ofreció a mostrar a Cristian las cuerdas al mundo de élite de lo mejor de Nueva York. Al parecer, eso incluye arreglarse en el ático multimillonario de Obie en Brooklyn.
Sus casas están muy cerca. Apenas les separan diez minutos. Cristian lo atribuye a que los ricos se reúnen y acaparan todo su botín.
En el reflejo del espejo, ve a Obie reírse entre dientes:—¿Qué?—.
—Yo llevando esto—,explica, dándose la vuelta para mirar al chico.—Probablemente valga más de lo que soy... o de lo que era, supongo—.
Los ojos de CJ escrutan su atuendo. Una camisa a rayas (que sinceramente no le importa), pantalones de vestir negros y esas caras zapatillas blancas. Mira la chaqueta negra que se ha puesto por encima de la camisa.
—Sí, debe ser extraño. Que de repente te metan en todo esto. No me lo imagino—.Obie simpatiza, preocupándose con el reloj en su muñeca.
—Extraño es un eufemismo—,dice CJ mientras se encoge de hombros para quitarse la chaqueta rígida,—Se siente mal, casi. No importa lo irracional que sea, creo que estoy haciendo algo malo sólo por estar aquí, en esto—.
—¿Malo cómo?—pregunta Obie, y los ojos marrones de ambos se cruzan. En lugar de mantener el contacto visual, CJ vuelve a mirar al espejo.
—Por un lado, involucrarme en todo esto me hace sentir como si estuviera traicionando a alguien, traicionando lo que solía ser y lo que representaba. Por otro, estoy insultando a la gente que nació con este dinero. Estoy ofendiendo ambos lados de lo que soy—.
