Capítulo 4: "Charla De Amigos"
Al abrir mis ojos, de nuevo me encontraba en la misma librería de la última vez. Suspiré, entendiendo que seguramente volvería a encontrarme con Kian. Al menos, tendría la oportunidad de hablar con él y de poderle preguntar por qué no me había contestado. Agarré uno de los miles de libros de romance que había en las estanterías y me senté en una silla para comenzar a leer un poco mientras esperaba a que entrara alguien a la sala.
Tal y como lo predije, la puerta se abrió para dejar ver a Kian. Conectamos miradas por unos segundos y me sonrió dulcemente, para luego sentarse a mi lado. Me pareció extraño como actuaba como si nada, así que fui al grano.
- Antes me dejaste en leído, ¿pasó algo? – no quería perder el tiempo.
- Ah, sobre eso... No me pasó nada, pero me molestó – miró hacia otro lado.
- ¿Te molestó? ¿Por qué te molestó? – pregunté con curiosidad y sorpresa.
- Te seré sincero. Me molesta mucho este "chico nuevo" que has conocido. Está consiguiendo toda tu atención en unos días, cuando yo estuve años y años intentando ser cercano a ti, me parece injusto como está consiguiendo todo tan fácilmente, todo por lo que yo he luchado y aguantado tanto – sus palabras eran inestables, parecía que estaba a punto de llorar.
- Entiendo que te sientas frustrado, pero – no pude continuar, puesto que me interrumpió.
- No, Aya, no lo entiendes – su voz sonaba alterada – me molesta que hayas conocido a ese chico, ahora ni te acuerdas de mí, cuando siempre he sido yo el que te ha apoyado en todo momento -.
Cuando vi que empezó a temblar, me acerqué hacia él y lo atraje hacia mí para darle un abrazo, esperando que de alguna forma le ayudase a calmarse.
Me dolía mucho verlo así, sobre todo sabiendo que era mi mejor amigo. Pero debía entender que yo también era capaz de tener una vida propia, y que no siempre estaría dependiendo de él para todo. Así que, decidí dejarlo claro.
- Kian, yo también tengo mi propia vida y debes entender eso. No voy a depender de ti para toda la vida, deberías estar feliz de que haya conseguido socializar y que me esté yendo bien con eso – le dije, algo molesta, pero sin soltar el abrazo.
- Lo sé, Aya. Sé eso y lo entiendo, pero me sienta muy mal sentirme dejado de lado por ti, alguien que siempre ha estado ahí para mí de golpe no está – sollozó.
- Por favor, no exageres las cosas. No te estoy dejando de lado ni mucho menos, solamente quiero tener otras experiencias y conocer a más gente – le aclaré.
- Y está bien que hagas eso, me parece genial, pero por favor, pasa tiempo conmigo también, no quiero que me olvides – siguió sollozando.
- No tengo ninguna intención de dejarte, Kian, sabes que estoy muy agradecida por todo lo que has hecho por mi desde pequeños – le remarqué.
- Lo sé, pero... Simplemente no me puedo quitar esa idea de la cabeza – habló de forma inestable y suave.
- Cálmate, por favor. Me duele verte así – le dije preocupada.
- Lo intento, créeme que lo intento, pero no soy capaz de calmarme, mis lágrimas salen solas, no las puedo parar por mucho que quiera – siguió.
- ¿No piensas en cómo esto me pueda sentar a mí? – dije, ya harta de su comportamiento infantil.
- Eres tú la que no piensa en cómo me puede afectar a mí – se quejó.
- ¿Yo? ¡Literalmente te estoy abrazando para que te sientas mejor! – reproché.
Después de decir eso, lo dejé ir de mis brazos y me levanté molesta, agarré la novela que había estado leyendo y la dejé en la estantería a la que pertenecía. Giré mi cabeza para volverme a encontrar con Kian, él ya no parecía tan alterado, pero yo seguía estando enfadada, ¿cómo se atrevía a hablarme así?
- Oye, siento haberte dicho eso, no era mi intención hacerte sentir mal – se disculpó, pero no vi arrepentimiento en sus ojos.
- Dímelo cuando de verdad te arrepientas – me quejé una última vez – me iré a despertar ahora, si me lo permites – dije molesta aún.
Ignoré completamente sus plegarias para que lo escuchara y sus mil disculpas por su comportamiento, me fui a la otra punta de la sala y cerré mis ojos intentando despertar de una vez.
- ¡Lo digo enserio! Perdóname, Aya – siguió con sus disculpas vacías.
Lo intenté ignorar como pude, pero no había forma de despertar. Por mucho que me centrase, no conseguía despertar.
- No podrás despertar hasta de aquí un rato, es inútil que lo intentes – mencionó.
- Podrías haberme avisado antes – me quejé.
- Al fin me escuchas – dijo en tono sarcástico.
- No te quiero escuchar más hasta que tus disculpas sean sinceras – di por finalizada la conversación y fui de vuelta a las estanterías.
Agarré uno de los tantos libros y me senté para volver a leer, decidí seguir ignorando a Kian, no íbamos a llegar a más que una pelea en este estado así que esto era lo mejor. Al ver que no había reacción por mi parte, por fin se rindió y se calló. Vi de reojo como también agarraba un libro y se sentaba en la silla delante de mí para leer. Iba levantando la mirada para ver si quería hablar con él.
- Ya puedes despertar si quieres, ha pasado suficiente tiempo – anunció.
- ¿Desde cuándo ha de pasar tiempo para poder despertar? – me quejé, sin levantar la mirada de mi novela.
- Desde que tu cuerpo ha de descansar unas horas mínimamente – contestó.
Rodé mis ojos ante su comentario y me dirige a dejar la novela de donde la había sacado, luego cerré mis ojos y me imaginé en mi cama, siendo consciente de mi cuerpo enredado entre las sábanas y notando la suave luz el sol en mis párpados.
- Que te lo pases bien en la cita – fue lo último que escuché de Kian, con un tono más bien molesto que sincero.
N/A:
Hola queridos lectores/as, como dije, es muy probable que tarde un poco más en actualizar el siguiente capítulo. Aún así, intentaré subir algo aunque sea un mini capítulo con perfiles de los personajes. ¡Gracias por leer, hasta la próxima!
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«𝐈𝐧 𝐎𝐮𝐫 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬» - [PAUSADA]
Romansa𝗔𝘆𝗮 𝗒 𝗛𝗮𝗻 𝗌𝗎𝖾𝗇̃𝖺𝗇 𝖾𝗅 𝗎𝗇𝗈 𝖼𝗈𝗇 𝖾𝗅 𝗈𝗍𝗋𝗈 𝖼𝖺𝖽𝖺 𝖽𝗂́𝖺 𝗁𝖺𝗌𝗍𝖺 𝗊𝗎𝖾 𝖼𝗈𝗂𝗇𝖼𝗂𝖽𝖾𝗇 𝖾𝗇 𝗎𝗇𝖺 𝖼𝖺𝖿𝖾𝗍𝖾𝗋𝗂́𝖺. 𝖠 𝗉𝖺𝗋𝗍𝗂𝗋 𝖽𝖾 𝖾𝗌𝖺 𝗇𝗈𝖼𝗁𝖾, 𝗅𝗈𝗌 𝗌𝗎𝖾𝗇̃𝗈𝗌 𝗌𝖾 𝗏𝗎𝖾𝗅𝗏𝖾𝗇 𝗅𝗎́𝖼𝗂𝖽𝗈𝗌...