Naruto: El Retorno

Capítulo 8: Visita a la rebelión

El regreso de Minato le dio un enorme giro a la aldea de Konoha. Desde que se supo que estaba vivo, también se dio a conocer que él era el padre de Naruto  con eso la mayor parte de los aldeanos estaban arrepentidos por lo que le hicieron. Entre los shinobis, hubo muchos que estaban muy alegres por su regreso, sobre todo Kakashi que lloraba por tener a sus sensei de vuelta.

Tomando el mando de Hokage, Minato ordenó que todos los comerciantes que trataron mal a su hijo recibieran un castigo y todos ellos fueron torturados por Ibiki y Anko en IT con la ayuda de Ino, que disfruto usar sus habilidades oscuras para hacerlos pagar. Luego de eso, decidió crear un equipo especial de shinobis para hacer frente a situaciones de máximo peligro cómo las invasiones y lo llamó “Kitsune no hi” (Fuego del Zorro). Este equipo estaba compuesto por ahora por Kushina y Mikoto, con las cuales se encargaban de las amenazas para las cinco grandes naciones.

Sin embargo, ambos padres habían acordado tener tiempo para su hijo y la mayor parte del tiempo para su hijo y la mayor parte del tiempo, estaban con él para llevar una vida familiar. Minato se la pasaba entrenando a Naruto en esos momentos, enseñándole el Hiraishin para que lo dominara y otros jutsus increíbles para que fuera más fuerte. Kushina decidió ser una madre ejemplar y le hablaba de su tierra, jugaba con él y le enseñaba sobre el Fuinjutsu para que fuera un gran Uzumaki.

Ya habían pasado dos años en los cuales la aldea fue prosperando gracias a la familia Namikaze y el grupo de Naruto se fortalecía aún más. Naruto, ahora con 10 años, había crecido más que en su vida pasada, llegando a ser más alto que los demás y casi alcanzando la altura del pecho de su padre. El cabello de Naruto se volvió un poco mas largo, tomando la forma del cabello de su padre pero con mechones de color carmesí. Era bastante musculoso, sin esa grasa de bebe que tuvo en su otra vida y eso se debía a la rigurosa alimentación de su madre. 

A pesar de que aun le gustaba el color naranja, llevaba una chaqueta de color negor con unos tonos naranjas que al menos no llamaban mucho la atención, unos pantalones de color azul, equipamiento de primera y todo elegido por el buen gusto de Sakura e Ino.

En estos dos años, él se fortaleció para poder enfrentar a todo lo que vendría en el futuro. Ahora mismo, él se encontraba en el regazo de cierta chica de cabello rojo carmesí con orejas de zorro, la cual le acariciaba el cabello puntiagudo con cariño.

-Mira nada más, el mocoso que me acusaba de perezosa está de igual manera en mi regazo.- dijo la chica con una sonrisa zorruna.

Naruto abrió los ojos y dándole la misma sonrisa, le dijo:

-Vamos Kurama-chan, es muy cómodo descansar en tu regazo. Déjame dormir un poco más así.-

Así es, esta chica no era otra que Kurama. Un año atrás, Naruto logró extraerla de su sello con la ayuda de sus padres y ahora vivía en la residencia Namikaze con ellos. Ella poseía la habilidad de entrar en el sello cuando quisiera y convertirse en una zorra de nueve colas enorme o pequeña si lo deseaba.

Kurama iba a decir algo cuando un pequeño zorro blanco de dos colas apareció ante ellos y hablo:

-Naruto-sama, Kurama-sama, vengo con novedades.-

-¿Qué sucede, Entei?- preguntó Naruto mirándolo.

-He podido descubrir dónde se encuentran los rebeldes de Kiri en este momento. Se encuentran en una montaña con una cascada cerca de los límites de Kiri.- dijo Entei.

Kurama le sonrió y le lanzo un pequeño conejo mientras decía:

-Bien hecho, Entei. te mereces esto cómo recompensa. Ahora vuelve con los demás zorros en mis dominios y espera a que te volvamos a llamar-