チャプター7

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Habían transcurrido ya dos semanas, ella había estado yendo a entrenar con el club femenino y se había hecho bastante popular por su buena técnica, todo esto claro sin decírselo a su padre quien comenzaba a sospechar, pues a pesar de que la chica había sido cuidadosa y no había faltado ni una sola vez a sus clases extra, él sentía que pasaba algo, pues ella llegaba un poco tarde de vez en cuando, llegaba cansada y se la veía más animada,también habían cesado sus "actos rebeldes" incluso acataba sus órdenes con mejor ánimo y sin rechistar, lo cual no le parecía algo malo pero detestaba creer que ella pensaba que podía ocultarle cosas.

una mañana de miércoles la rutina fue extrañamente inusual, ella se levantó más temprano de lo habitual y desayuno con ellos, incluso preparo su almuerzo lo cual no era común ya que ella acostumbraba a comprarlo, su bolso era el doble del tamaño normal,el miraba atento como corría de un lado al otro

Ya me voy!! Llegare un poco tarde hoy, tengo clase de piano, los quiero! - se despidió saliendo apurada, su padre se levantó de la mesa tomando sus cosas y yendo a su trabajo, en el transcurso su mente estaba haciendo cuenta del comportamiento de su hija, no entendía que era pero algo había sido diferente ese día, lo dejó de lado cuando llegó a la oficina y se dispuso a trabajar.

Llegadas las 2:30 de la tarde algo se conecto en la mente de kyosuke, había recordado las palabras de su hija antes de salir "tengo clase de piano." pero ella tenía clase de piano los viernes, no los miércoles, poco le importo que su compañero le estuviera hablando, tomo sus cosas y salió corriendo directo al colegio de la joven, para su suerte no estaba lejos, no le tomaría más de diez minutos, mientras el adulto corría con todo lo que sus piernas daban, en la cancha del club femenino Keiko jugaba un partido de práctica junto a su grupo,estaban a un punto de ganar el partido, la tensión se sentía para el grupo contrincante, en la gradería se encontraban un par de chicas animando el partido, las jugadoras de la banca y un pelirrojo que estaba a punto de explotar por la emoción, si, claro que iba a ir a animar a su amiga a su primer partido aunque fuera de práctica.

Último punto, ella debía hacer un saque, se paro al final de la cancha y rebotó el balón un par de veces, su vista fija en el lado contrario de la cancha, decidida, empezó su carrera, los pasos de su padre entrando a la cancha a la par de los de ella al saltar para sacar, el la vio en el momento exacto, salto tan alto que a sus ojos se vio como si volará, la luz de la tarde entrando por las ventanas del estadio deslumbraba su figura, abrió los ojos con sorpresa sintiendo su pecho emocionado, viendo la mano de la joven impactar contra el balón con una fuerza monstruosa, ganando el último punto.

Los gritos de emoción del equipo resonaban en el lugar, pero principalmente los gritos de Hinata emocionado, después de que el equipo se dispersara, kyosuke busco acercarse a la joven que aún no lo había visto, pero cambió de idea al ver cómo el chico corrío a abrazarla lleno de emoción, la levantó meneandola de un lado a otro, la chica por su lado estaba tan roja como un tomate siendo agitada por el joven como si de un muñeco de trapo se tratara.

El mayor sonrió alegre y dio vuelta para irse, en su camino a casa, recordó las palabras que el pelirrojo le había dicho aquel día "si la viera por una vez en la cancha...si la viera siendo realmente feliz.." y ahora le daba toda la razón, verla jugar le había devuelto aquella sensacion cálida y emocionante que había perdido hace tantos años,entendió que había estado equivocado, decidió que era hora de escuchar a su hija y apoyarla.

Keiko volvía a su casa ya caída la noche, después de jugar su primer partido Hinata la invitó a celebrar su triunfo y fueron a comer helado,el chico incluso había ido a presumirle aquello a sus compañeros de equipo, siendo felicitada por la mayoría de ellos, había sido una tarde increíble. Entró a la casa con una sonrisa en el rostro encontrando a sus padres en la sala

Como te fue en tus clases de piano? - su madre la volteo a ver con una sonrisa ladina, claro que kyosuke le había contado todo a su esposa cuando llegó a casa. ella dejó su bolso en la sala y avanzó a la cocina para sacar algo de jugo

De qué hablas mamá..? - estaba distraída sirviéndose un vaso, de repente cayó en cuenta de su error - aahh c-claro clases de piano! G-genial! Aprendí una canción nueva - estaba llena de nervios, los dos adultos soltaron una risa bajita mirándose entre ellos con diversión mientras veían a la chica excusarse diciendo que tenía mucha tarea y subiendo a su cuarto

Crees que le guste? - el padre habló primero mirando a su esposa, quien lo miró con ternura - le encantará.. - se sonrieron y se levantaron para preparar la cena, mientras, la chica llegaba a su cuarto con el alma a punto de salir de su cuerpo, casi lo arruina, entonces fijo su mirada en una caja roja con un moño azul sobre ella, tenía una nota.

Esfuérzate...de papá - arqueo una ceja extrañada y abrió la tapa de la caja, encontrándose con unas hermosas zapatillas de voleibol, blancas con detalles rojos, su boca se abrió por la sorpresa y sus ojos se llenaron de lágrimas, no sabía que era lo que había pasado o porque su padre de repente había cambiado de opinión, pero estaba tan feliz que no lo pensó, bajo las escaleras hacia la cocina corriendo y se abalanzó sobre el escondiendo su rostro en el pecho del mayor, quien sonrió y acarició su cabello escuchándola agradecerle repetidas veces entre llantos de felicidad.

Desde ahora, cuenta con nosotros - su voz era suave y parcimoniosa, ella solto una pequeña risa asintiendo con la cabeza, su madre se unió al abrazo y terminaron la noche entre anécdotas de la más joven mientras preparaban la comida.

Antes de ir a dormir, Keiko sacó una foto de las zapatillas y la envío al pelirrojo contenta, habían tomado mucha confianza últimamente, se la pasaban pegados en los descansos y salían de vez en cuando, cuando no tenía prácticas lo esperaba y viceversa, cuando volvían a casa hablaban hasta que debían ir a dormir, ella le había tomado mucho cariño al chico, se habían vuelto muy cercanos.

Hinata Shoyo X Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora