Nacer en cuna de oro y rodeado de amor infinito al ser un niño muy esperado y anhelado, con una familia dispuesta a cuidarte, protegerte y dar su vida por ti desde incluso antes de que nacieras, no es algo de lo que todos puedan gozar y presumir; Pero así es como fue el inicio de la vida de Spreen.
Iván "Spreen" Dobluque había nacido una fría madrugada de Octubre, siendo el hijo de Rubén "Rubius" Doblas y Samuel "Vegetta" De Luque, dos de los once héroes que protegen el gran poblado de Karmaland, la tierra donde sus dioses gobiernan con el firme uso de la fuerza kármica sobre todos los habitantes de dicho lugar, así como a su vez, los bendicen con su protección según sea su comportamiento y buen o mal karma.
Su padre, Vegetta, era el líder de aquel caótico y famoso grupo, siendo este una de sus varias ocupaciones y títulos que ostentaba; El hombre de ojos violetas también era un respetado mago oscuro de grandes poderes y además fungía como el juez supremo del pueblo. Por otro lado su madre, Rubius, formaba parte de aquel mítico grupo y fungía como un miembro del cuerpo policiaco del pueblo; A aquellos títulos se les sumaba uno más: el de Rey y Reina respectivamente del llamado 'Pueblo Nocturno' un pequeño pueblo flotante dentro del mismísimo Karmaland y cuyos cimientos habían sido levantados desde cero por el propio Rey, siendo por esto que sus habitantes alababan y velaban por él y por su pareja.
Son grandes títulos y grandes proezas las que caían sobre sus hombros y sus nombres, y cuando el fruto del amor que tanto se tienen, nació, el pueblo ya había depositado grandes expectativas sobre su pequeña cabeza. Desde el momento de su debut, la vida de sus padres se había volcado en darle todo lo que necesitara y quisiese para tener la mejor de las infancias y vivir despreocupado y seguro dentro de las altas paredes de un majestuoso y mágico castillo en una de las más altas montañas del valle dentro de Karmaland.
Spreen gozó de un amor incondicional, apoyo infinito y una atención total de sus padres y varios tíos, sus primeros años no fueron más que momentos felices y divertidos donde poco a poco se fue descubriendo como un infante de tremenda energía inagotable e inteligente al punto de ser un pequeño estratega; Sus tíos Willy y Staxx adoraban jugar y practicar peleas de espadas con él utilizando unas de juguete claro está, de esta manera se le enseñaba de manera divertida los movimientos correctos para defenderse y atacar, su tío Alexby le enseñaba todo lo que sabía de animales e incluso tenía acceso ilimitado a su zoológico privado donde podía pasarse horas y horas observando, su tío Luzu le enseñaba cómo reconocer y defenderse de la mala magia y a veces le enseñaba hechizos que su padre no solía practicar, su tío Fargan le enseñaba de todo tipo de bromas existentes y a veces creaban propias, sus tíos Mangel y Lolito casi no los veía puesto a que se la vivían en varias misiones pero siempre que regresaban le traían grandes regalos de sus destinos ¡incluso diamantes!
Todas vivencias muy divertidas y llenas de aprendizaje pero ¿y sus padres? Para Spreen los momentos con sus padres eran los que más anhelaba y adoraba. Su padre a pesar de que era de los primeros en ponerlo a estudiar pequeñas lecciones o reglas, siempre jugaba sin falta con él a múltiples juegos ayudado de su magia, siempre asombrando al pequeño osezno cuando figuras eran formadas en el aire por destellos que emanaban de las manos del mago, algo de lo que Vegetta siempre se encargó, fue de enseñarle a pelear, a defenderse y defender a los demás, sobretodo a sus seres queridos, eran tardes donde observaban desde el faro del castillo y una frase siempre resonaba de los labios de su padre:
'Siempre sé fuerte, siempre sé ágil, siempre ve por los tuyos y protégelos con tu vida'
Esa frase siempre era dicha como una verdad universal e inquebrantable, grabándose profundamente su cabecita, siempre terminaba siendo alzado en los brazos del mayor y abrazado mientras soltaba carcajadas. El tiempo con su madre se resumía en jugar, en horas de mimos como lluvias de besos en sus mejillas o caricias suaves en sus orejitas y en explorar por horas y horas los alrededores de Karmaland, siendo su sitio preferido el bosque de cerezos al que iban desde que Spreen era sólo un recién nacido; En sus largas pláticas, Rubius siempre se encargaba de enseñarle a encontrar el lado bueno y hermoso de las situaciones y personas, que aún cuando la situación pueda ser mala, siempre debe haber un ápice de positivismo, aquellas pláticas siempre terminaban con el osezno dormitando y acurrucado en el regazo de su madre mientras el viento levantaba los delicados pétalos de los árboles a su alrededor.
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Mommy? || SprnRubegetta
Fanfiction𝗣𝗿𝗼𝘁𝗲𝗴𝗲𝗿 𝘆 𝗰𝘂𝗶𝗱𝗮𝗿 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝘀𝘂𝘆𝗼𝘀 𝗲𝘀 𝗹𝗼 𝗺𝗮́𝘀 𝗶𝗺𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲, 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲. ¿𝖰𝗎𝖾́ 𝗉𝖺𝗌𝖺 𝖼𝗎𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖾𝗇 𝗎𝗇𝖺 𝗆𝗂𝗌𝗂𝗈́𝗇 𝗁𝗂𝖾𝗋𝖾𝗇 𝖺 𝖱𝗎𝖻𝗂𝗎𝗌 𝖺𝗇𝗍𝖾 𝗌𝗎 𝗁𝗂𝗃𝗈? 🧸 𝖠𝖼𝗅𝖺𝗋𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 �...