Un valle lleno de grandes pastizales, hermosas flores, frondosos árboles, lagos y ríos cristalinos con un enorme cinturón de montañas a su alrededor, todo coronado por un brillante y despejado cielo azul.
Una hermosa vista ¿no es así?
Pues... es sólo un vil engaño.
Era un escenario tenebrosamente familiar, podía sentir el viento golpear en su cara mientras corría a toda velocidad más allá de sus límites, el sonido de los gemidos y quejidos de los miles de zombies junto al 'clac' y siseo de las arañas sobre estimulaba su oído ya de por sí sensible por su naturaleza híbrida, pero eso poco podía importar en este preciso momento, su objetivo era llegar a la base del equipo.
Uno no imaginaría que la hostilidad de un territorio llegase a imponerse al punto de alguna manera ser un escenario tan aterrador como el que ahora mismo estaba presenciando y viviendo pero la vida da sorpresas y no precisamente las más agradables siempre; Rubius sólo había querido pescar un poco para llevar alimento a su equipo ¡nada más! no pensaba que en el justo momento que decidiera separarse del grupo y de su cachorro, sucediera algo como esto, ahora sólo quería llegar y protegerlo tal cual su instinto le pedía e imploraba a gritos.
¡Qué dicha cuando pudo distinguir claramente la voz de Spreen entre el caos! ¡Qué dicha cuando pudo divisarlo corriendo hacia él!
Pero cualquier rastro de esa dicha sólo se disipó en el aire cuando vió cómo el joven híbrido tropezaba con fuerza para caer sobre el pasto, su instinto materno se disparó todavía más al darse cuenta que se había lastimado; Y a éste se le sumó el terror cuando la imagen frente a él parecío un perfecto calco macabro de aquella pesadilla de la noche anterior. Su pequeño estaba en el piso, herido e indefenso, con la amenaza latente de un zombie armado acercándose para herirlo o peor aún, asesinarlo.
¿Qué no haría una madre por su hijo? Cuando aquel pequeño paquete de alegría llega, todo se vuelve posible de hacer por éste, incluso arriesgar o dar la vida sin dudarlo un segundo.
La adrenalina que recorrió su cuerpo le permitió aumentar la velocidad, cualquier dolencia previa ahora no era siquiera percibida, el corazón que le palpitaba fuertemente contra el pecho al punto de que debiera doler resonaba en sus orejas, todo lo que podía pensar es que DEBÍA llegar ahí en segundos, DEBÍA proteger a SU cachorro a toda costa, aquel escenario dantesco sólo iba a quedar en lo más recóndito de sus pesadillas y jamás se iba a materializar, no si él estaba para evitarlo a como diera lugar sin importar el precio.
¡Qué dicha y paz sintió en su corazón al llegar por fin a lado del joven osezno!
Y sin embargo la única decisión que pudo tomar en sólo un par de minutos era una de las más pesadas y difíciles que ha tomado en su larga vida; Su esposo... su amoroso esposo que lo esperaba con ansias en su pueblo, en su castillo... ¿Le perdonará el no volver a su lado si sabe porque entrega su vida? ¿Lo odiará? ¿Lo entenderá? ¿Lo lastimará mucho?
La hoja dorada de aquella espada se acercaba rápidamente y él atinó a extender más sus brazos, escudando con su cuerpo por completo a Spreen, quien seguía en el suelo y había cerrado sus ojos esperando un golpe que no le iba a llegar.
'Ingen kommer til å skade deg barnet mitt' pensó con firmeza, pequeñas lágrimas resbalaron por sus mejillas, el proteger sin dudar a su hijo no quita el terror que uno siente ante la expectativa de la pronta muerte.
"Perdóname Samuel.... Perdóname Iván... ¡Perdónenme!" murmuró en voz baja, con el miedo de dejar atrás a su familia latente.
Y antes de que pudiera pensar algo más...
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Mommy? || SprnRubegetta
Fiksi Penggemar𝗣𝗿𝗼𝘁𝗲𝗴𝗲𝗿 𝘆 𝗰𝘂𝗶𝗱𝗮𝗿 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝘀𝘂𝘆𝗼𝘀 𝗲𝘀 𝗹𝗼 𝗺𝗮́𝘀 𝗶𝗺𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲, 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲. ¿𝖰𝗎𝖾́ 𝗉𝖺𝗌𝖺 𝖼𝗎𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖾𝗇 𝗎𝗇𝖺 𝗆𝗂𝗌𝗂𝗈́𝗇 𝗁𝗂𝖾𝗋𝖾𝗇 𝖺 𝖱𝗎𝖻𝗂𝗎𝗌 𝖺𝗇𝗍𝖾 𝗌𝗎 𝗁𝗂𝗃𝗈? 🧸 𝖠𝖼𝗅𝖺𝗋𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 �...