6.5. En tom hule

3.9K 469 34
                                    

La maternidad suele traer dos grandes verdades.La primera: que toda madre que quiera y pueda, buscará darle la mejor vida a sus pequeños.Dicha idea no se limita a necesidades básicas como el alimento, cobijo o vestido, sino a más, Rubius lo sabe de sobra. 

Cuando se enteró que estaba encinta, supo que la vida de él y la de Vegetta habían cambiado para siempre, fue consciente de hasta qué límites llegaría por que la vida de ese pequeño osezno fuera amena, pacífica y feliz a diferencia de la suya. Apenas Spreen llegó, aquella verdad gobernó su vida desde el momento uno, él quería darle una buena vida a ese pequeño de orejitas azabaches; Él PODÍA junto a su esposo darle esa buena vida ya que los privilegios derivados de sus posiciones les darían una ventaja para criar a su hijo, para enseñarle tanto magia como habilidades para pelear sin temor a la falta de recursos. Además de que estaban rodeados de buenos amigos que daban incluso la vida por el osezno.

El mirar como aquel pequeño crecía cada vez más habilidoso, fuerte e inteligente era la mayor dicha para su corazón, ver cómo Spreen practicaba con Vegetta y ver su enorme sonrisa y la dicha que su amado esposo sentía era de ensueño, parecía un sueño vuelto realidad.

Sin embargo, nunca se ha de olvidar que aquellos pequeños seres también guardan secretos, incluso de sus padres; Y no necesariamente por que no se confíe en ellos, sino por querer sobrellevar aquel peso a solas y ser más independientes, eso se refuerza conforme van creciendo.

Rubius recuerda perfecto cuando Spreen empezó a ser más callado, más pensativo incluso; Fue cuando su osito comenzó su etapa escolar, donde tuvo que convivir con más personas fuera de la burbuja que formaban a su alrededor sus padres y tíos; Y bien dicen, que la intuición de una madre jamás es errónea, Rubius siempre intuyó que algo cambió en su hijo desde esa primera semana, algo que cambiaría mucho del curso de su historia, pero jamás logró sacar el qué de la boca de su hijo, así que sin éxito, simplemente quedó seguir brindando su apoyo y amor incondicional además de herramientas para que su hijo mejore cada día más, siendo que ahora parecía más una prioridad en su cabecita el destacarse que cualquier otra cosa.

Sin embargo, conforme Spreen se volvió un adolescente... algo tensó todo aún más, algo cambió la dinámica; De ser alguien afectuoso con sus cercanos, pasó a ser alguien ligeramente arisco, malhumorado e incluso paró de dirigirse con el debido respeto hacia él o Vegetta, si, los adolescentes pueden ser problemáticos, apenas comienzan a definir su propia personalidad y eso genera ciertos conflictos y frustraciones ¿Pero que ello derive en incluso dejarles de llamar mamá y papá? ¿Que les calle furioso? Rubius intentaba entender pero no podía.

Lo hicieron bien ¿no? respetan el espacio que el osezno pide y necesita, nunca se le ha presionado a que logre hazañas grandes sino es por que él lo quiera, se le ha dado toda la atención, amor y cariño ¿qué pasó entonces? sólo podía llorar en los brazos de Vegetta a la noche, intentando comprender por qué el cambio en su pequeño osezno.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Por más paciencia que exista... todo tiene un punto de quiebre que nunca es uno bonito y cuando este llegó, fue cuando Rubius supo la segunda gran verdad: 

 Los ''polluelos'' abandonarán el nido algún día.Aunque... ¿Quizás aquí sea mejor dicho que 'Los "oseznos" abandonarán la cueva algún día'?

Tan sólo una pequeña chispa encendió una gran explosión cuyas consecuencias fueron verse despojados de la presencia de su hijo. Spreen había estallado tras una competencia, arremetiendo contra ambos una noche, lleno de ira y de... resentimiento a Rubius le dolió hasta el alma y le rompió el corazón ver reflejado aquel sentimiento en los ojos violetas de su osito hacia ellos ¿por qué los mira así? ¿no han hecho lo mejor que podían por su bien? simplemente... no lo comprende, quiere hacerlo pero no puede.

¿El resultado de aquella noche?

Spreen... su pequeño osezno, su osito, su niño, los abandonó, huyendo apenas ellos se durmieron y tan sólo dejando una carta detrás suyo; Su grito de dolor y su alarido al descubrirlo a la mañana siguiente siempre quedará grabado en la memoria de todo Karmaland, buscaron por semanas enteras con ayuda de todo el pueblo y héroes, recuerda que incluso Vegetta casi enloquece haciendo varios hechizos intentando localizarlo sin éxito alguno; Y para más peso a sus corazones, los dioses confesaron que el joven había renunciado a su protección que por nacimiento le correspondía, significando que nisiquiera podían auxiliar a localizarlo; Las noches de insomnio y lagrimas se volvieron frecuentes, una culpa que nadie entendería por una frase de aquella noche atormentándolos: 


 "Quiero vivir fuera de sus sombras."

Mommy? || SprnRubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora