Aquel Día [DabiDeku]

0.5

Una semana después...

El tiempo avanzó sin premeditarlo, fue demasiado rápido y la bruma vino con ello.

Seguía encerrado en quel lugar.

Se siente frustrado.

Lagrimas resbalan.

No quiere estar ahí.

¿Por qué..., por qué tenía que pasarle esto?

El no hizo nada malo, no lo hizo...

Ella... es... ¡Todo es culpa de ella! ¡Entiéndelo!

Ella te causó todo esto.

No.

... aquella mujer... en realidad nunca te quiso.

Te usó, luego te abandono.

¡Silencio!

No eres nada de ella...

Debes odiarla, Izuku, odia con todo tu ser a esa abominable mujer... Se lo merece. No tus lágrimas.

     

       -No te quiero escuchar...-

-¡Cállate, cállate! ¡Silencio!

-¿Acaso no te das cuenta?

-¡Déjame en paz, cállate!

-Un estorbo para ella... Izuku.

-Por favor... Silencio.... por favor

Lloroso se dejó caer al frío suelo, manos en los oídos, mente abrumada... ¿Que le estaba sucediendo?

Siente colapsar...

Quiere huir...

Quiere dejar de sentir...

Una inmensa atracción se fija en el al observar un curioso objeto sobre la mesita de noche, quel que lo llama tentativamente con su filo reluciendo hermosamente...

           ☆ﾟ⁠.⁠*⁠･⁠｡ﾟ

Entró dando un azotón a la puerta, sobre saltando al que se encontraba en el escritorio intentando relajarse, eso hasta que el pelinegro se acercó.

-¿Que demonios te sucede, Dabi?

En nombrado se reverenció, para luego proceder.

-Lo encontramos, señor. Lo tienen en un burdel en Musutafu. Según la información el dueño de dicho lugar es Giran. Al parecer lo vendieron por una gran suma de dinero.

Lo dijo rápido pero logrando que se entendiera, el contrario pegó su palma contra el escritorio, dejando relucir una sonrisa rencorosa.

-Bien. Dabi, necesito que te infiltres, tu deber será vigilar todo movimiento de el. Pronto daremos inicio al plan.

-Si, señor.

El ojiazul hizo una venia, girando en dirección de la puerta para retirarse.

-No lo pierdas en ningún momento.

Con eso dicho salió, dejando solo al pelo grisáceo.

-Pagarás por esto, Inko...

         
           ☆ﾟ⁠.⁠*⁠･⁠｡ﾟ

Dabi había logrado pasar desapercibido en aquel lugar, nadie sospechaba, eso lo hacía más fácil.

Se hizo contratar de mesero, lo aceptaron sin chistar, necesitaban empleados nuevos, ah... Al parecer la seguridad ahí era una mierda.

Había pasado días en los cuales se concentró en buscar al pecoso niño, pero no hubo éxito.

Eso hasta que vio a un empleado llevar muy “discretamente” una bandeja con comida y bebida a un cuarto cerrado bajo llave, algo muy fuera de lugar, porsupuesto.

Viendo esto se dispuso a seguirlo, definitivamente descubriría algo. Con eso en mente, listo para ir, uno de sus compañeros reventó aquel plan.

-¡Touya! ¿Podrías venir? Necesito un poco de ayuda.

Ah, si. Sus datos no se encuentran en ningún registro, aprovechando ese detalle necesitó utilizar esto a su favor, y que mejor forma de hacerlo que ésta ¿No? Básicamente, después de todo, no existía. 

Se dirigió a ayudar al chico levantando aquellas cajas, luego tendría tiempo de revisar. Ya estaban por cerrar y eso no le daría el suficiente tiempo y tal vez lo hubieran atrapado.

-¿Te encuentras bien?

Eso no lo vió venir. Volteo encarando al rubio, que si estaba en lo correcto, su nombre era Denki.

-Ah... Si, bien.-No dijo nada más continuando con las cajas.

-Waa, eres muy callado ¿No?

Lo miro de reojo un momento.

-Mhh...- Denki tenía más tiempo en el lugar, tal vez sepa algo.- hace una rato me di cuenta de una puerta algo alejada de aquí ¿Sabes sobre eso? Es inusual.

El rubio dejó las cajas a un lado prestando atención a Dabi, este en cambio ya estaba terminado de ordenarlas.

-¿También la viste? Según escuché es nueva mercancía para la zona ocho.

-¿Zona ocho?

-Mh.-asintió- es la zona para los acompañantes nocturnos. Sabes a lo que me refiero ¿No?

Dabi asintió ante eso.

Terminaron de arreglar todo y cerraron el local, Dabi se dirigió a su apartamento. Su jefe se encargó de todos los gastos, desde el boleto de avión de Londres a Japón hasta el lugar que ahora es su nueva vivienda hasta que terminaran con todo el plan.

Llegó con Hisashi, su jefe, a causa de su padre Enji Todoroki, el era uno de sus más fuertes guardaespaldas. Por desgracia un día un bando contrario los atacó y su padre perdió la vida al salvarlo. En agradecimiento y honor a el, lo acogió como si fuera su propio hijo. Eso paso hace casi diez años, fue hace bastante tiempo, en ese entonces el tenía seis años. Durante ese lapso de tiempo Hisashi se encargó de formarlo y adaptarlo al mundo como lo es la mafia, y más siendo una de las más reconocidas y temidas, razón por la cual tienen enemigos, unos que son de cuidado.

Su entrenamiento comenzó justo a esa corta edad, por lo cual empezaron con el manejo de armas de fuego y cortopunzantes. Con el tiempo aprendió peleas cuerpo a cuerpo, a si como con armas, estrategia de peleas, puntos sueltos y débiles en los enemigos.

En conjunto con estos entrenamientos también recibió palizas muchas veces, no tenían piedad de el, y lo agradecía, por qué justo por eso ahora es el mejor en el grupo de hombre que Hisashi tiene al mando. Aprendió bastante bien.

Algo por lo que también está ahí es por qué desea encontrar a sus hermanos, su madre lo abandonó y lo dejó con su padre llevándose consigo a tres pequeños de apenas uno y tres años. La razón por qué lo abandonó es debido a que se enteró de su trabajo como guardaespaldas de un tipo peligroso en demasía, ¿La razón por la cual lo dejó a el? Nunca lo quiso en realidad, el fue un hijo no deseado por Rei, pero al contrario su padre le demostró el cariño que su madre no le supo dar. Ahora estando el señor Hisashi, el es quien le demuestra ese afecto de padre, de verdad lo aprecia. Es por ello que se esforzará en esta misión, cueste lo que le cueste lo logrará.

Le ayudará a recuperar lo que alguna vez le arrebataron cruelmente de las manos...