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A pesar de tener al pequeño en el estado en el que estaba siguieron discutiendo, unos que otros golpes adjuntos no podían faltar. La peli-verde no quería marcharse de ahí, ¿Por qué la insistencia en quedarse? Y luego...

-¿Sabes que? ¡Me harté! ¡Quédate con tu asquerosa casa, me largo!

-Ah, bien. No olvides llevarte al mocoso.

-¡Ja! Ni lo pienses, el se queda contigo. Puedo denunciarte si te niegas.- La fémina lo miraba victoriosa.

-...¿Te atreves a amenazarme? ¿Eh? No olvides que tengo influencias. No podrías hacer nada. Y...-Ensanchó su sonrisa- No olvides ese detalle.

-...-

-Ahora, lárgate.

Inko no tuvo más remedio que ir a la habitación para recoger sus pertenencias. El plan de quedarse ahí había fracasado miserable y rotundamente.

20 min después...

Inko ya habi terminado de recoger todo. Mientras bajaba el pecoso se encontraba aún en la sala ya despertando, a lo que ella solo atinó a tirarle una pequeña mochila con las cosas de el.

-Levantate que nos vamos.- Dijo fastidiada. Izuku quedó desconcertado.

-¿P-pero... Dónde?

-Agh, solo apúrate.-Dicho aquello se encaminó hacia la puerta con una maleta con sus cosas.

-...-El, que todavía con la herida de su cabeza que comenzaba a sangrar, pero claro, eso no le importaba para nada a la mayor, solo hizo caso y fue detrás de la peli-verde. Una vez salieron el frío de la madrugada hizo que sus cuerpos tiemblen y sus mandíbulas tiritaran.

Luego Inko sacó su celular, marcó e intercambió un par de palabras para luego cortar. Al cabo de unos minutos un auto se aparcó delante de ellos.

Ella solo metió sus cosas en el maletero y se subió al auto, sentándose en el copiloto. Por otro lado, el pequeño realmente dudaba en subir, pero... Pues ¿Que más podria hacer? Su padre los había hechado. Con ese pensamiento final, subió.

El viaje parecía que iba a ser un poco largo, el trayecto se estaba volviendo muy aburrido, así que comenzó a divagar un poco.

Es extraño que aquel hombre haya aceptado el hospedarlos, principalmente por el ¿Por que haría algo como eso? Eso no pasaría a menos que sea una persona sumamente amable.

Muy aparte de eso logró recordar las anteriores palabras de su madre: ¡Tu lo trajiste, tu te haces responsable!

Su corazoncito dolió por aquello, esa mujer resultó no ser su madre, pero... La quería demasiado como para odiarla o algo por el estilo. Es cierto que lo golpeaba... Si, pero es por qué el mismo se lo buscaba, el se portaba mal y no era un buen niño. Se lo merece por no hacerle caso, es consiente de aquello, así que no la culparía.

-M-mami.- Dijo en un tono un tanto temeroso. Debido a que tal vez estuviese de mal humor.

-Ah, ngh...(Vamos, Inko. Es por una buena causa, hazlo..), ¿Q-que sucede, cariño?

... ¿Que pasó? Eso logró dejar en un estado de estupefacción al niño, su... Madre, nunca lo había llamado por un apodo cariñoso, mucho menos le había hablado en ese tono Dulce y calmado. ¿Por...por qué el cambio? Pero dejando eso de lado, decidió disfrutar ese pequeño detalle.

-... T-tengo un poco de... Hambre.- Aún sorprendido por aquello.

-(Tsk, mocoso).- El hombre carraspeó, para luego seguir.- Eh, aún falta para llegar, máximo 10 minutos. Ten calma ¿Si?

Izuku solo asintió en respuesta. Tocaría esperar. ¿Por qué el lugar tenía que estar muy lejos?

                             ☆゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚

Luego de unos momento más manejando, por fin llegaron al susodicho lugar. Que era una cabaña con estilo rústico y estaba muy bien iluminada, aquella estaba en un claro en medio del bosque, frente a un pequeño lago que mostraba el reflejo de la bella luna llena, mientras que las luciérnagas realizaban su característica danza por los alrededores, dando una muy agradable vista.

A pesar de todo lo fantástico del lugar, no podía dejar de sentirse un poco inquieto, esa sensación no lo dejaba ser y oprimía su pecho. Algo no andaba bien, lo presentía.

-Izuku.- Llamó la atención la mujer.- Es hora de entrar.

-Mhj.- El pequeño asintió para luego encaminarse junto con los mayores a la entrada.

Por el frío que hacía a Izuku se le apeteció un tacita de chocolate caliente antes de irse a la cama. Una vez hecho eso fue a acostarse dejando a los dos adultos hablando.

-¿Estás seguro de esto? No quiero llevarme una sorpresa después.- Preguntaba la mujer un poco fastidiada.

-Tranquila, te puedo asegurar que es alguien de confianza.

-Bien...¿Cuándo vendrá? Hay que tener todo listo para entonces.

-Ah, dentro de dos días.

Se encontraban en la sala, bebiendo un poco de vino tinto. Luego de eso se quedaron un momento en silencio hasta que a la mujer se le cruzó un pensamiento que había estado ignorando. Decidió preguntar, viéndolo un momento antes de volver su vista a la copa en su mano, revolviendo la misma que contenía aquel líquido carmín.

-... ¿Cuanto... Nos va a pagar?.- Con su vista en quel objeto que yacía en su mano.

Había una pequeña brecha de espacio entre los dos, el hombre giró su cabeza para poder observarla, para luego acercarse a ella y mirarla con una sonrisa ladina que demostraba que era una muy buena cantidad... La mujer viendo este accionar ladeó su cabeza en incomprensión, a lo que el hombre procedió a hablar.

- 5 millones de dólares.- Mencionó sin deformar su sonrisa, por el contrario la ensanchó aún más.

La mujer que estaba bebiendo del vino, se vió en la obligación de escupirlo justo en la cara del hombre, y este... Solo así dejo de sonreír como un idiota arrogante, para seguido de eso poner su cara en una mueca completamente deformada y en cierto punto, aterradora...

-O-oye, Que... ¿C-cuanto dijiste?

-Agh. 5 millones, eso nos dará por el mocoso de tu hijo.

-¿Por qué tanto? No lo entiendo.

-Piensa integrarlo a su plan de trabajo, sus clientes darían mucho por ese niño.

-Vaya...-Dijo para luego formar una sonrisa.- Hasta que al fin ese estorbo me va a servir para algo.

El hombre solo se limitó a volver a sonreír viendo a la mujer, que luego volteo la mirada hacia el y dirigirle las siguientes palabras.

-No puedo esperar más... Yagi.

  
                                       ☆゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚

Aquel Día [DabiDeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora