Parte 2

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Kate

Me encontraba ajustando todo correctamente en mi traje, ya era de noche y ya con la bendición de Clint, había decidido ser algo así como un héroe local, iba a salir y adentrarme en algunas zonas peligrosas en New York y si alguien necesita de mi ayuda, yo entraría en acción.

Todo el día había transcurrido con normalidad, logré llevar a Lucky al veterinario donde lo asearon y le pusieron todas sus vacunas, también llame a una empresa especialista en re modelacion para que arreglen el desastre que era mi departamento, incluso logré comunicarme con Jack para que en estos días podamos reunirnos para charlar sobre el futuro de Bishop Security.

-bueno amigo, necesito que te portes muy bien y no rompas nada okay?- le dije a Lucky mientras guardaba mi arco plegable y algunas flechas en un bolso de arqueria, luego me puse un abrigo que cubría casi todo mi traje y empecé a salir del penthouse - volveré pronto amigo, no me extrañes mucho- me despedí saliendo del lugar y eventualmente del edificio, hoy viajaría en metro hasta algún barrio clandestino, se que probablemente adentrarme al peligro no era muy inteligente de mi parte pero quería probarme a mi misma que podía ser lo que Hawkeye fue y es hasta ahora, un héroe.

Llegue a una especie de barrio de mala muerte que por más increíble que lo parezca, no estaba para nada alejado de algunos barrios bastante concurridos en la ciudad, empece a caminar y sentí como me miraban de manera curiosa, yo no pertenecía a ese lugar, eso se notaba, así que rápidamente divice un hotel con suficiente altura como para tener mejor rango de visión de lo que pasaba en la parte inferior, me adentré pidiendo la habitación que estuviera en la parte más alta y me instalé.

Clint me había enseñado algo de espionaje, no era mi fuerte, yo era muy impulsiva como para tener la paciencia que tenia un espía, pero hoy demostraría que podía hacerlo al menos decentemente, empece a observar por la ventana, en un ángulo que no se me pudiese ver desde el exterior, esperando que algo pasara, los crímenes aquí eran pan de cada día, siempre había robos y cosas implicadas con drogas e incluso prostitución, yo quería quebrantar eso, hacer justicia por los que no podían.

Se que es muy probable que nunca tenga la oportunidad de enfrentar una amenaza a nivel vengadores, ellos se habían encargado de hacer que amenazas como esas no entren en este planeta, algunos incluso habían perdido la vida para asegurarse de ello, Iron man, el Capitán América y por supuesto Natasha Romanoff... Natasha, ella salvo el mundo, cuando pensaba en su sacrificio no podía evitar pensar en Yelena, su hermana, me preguntaba como podía seguir adelante con esa pérdida.

Cuando intentaba hablar de Natasha con Clint, él se ponía muy incómodo, se notaba que aún no podía superar su muerte, al parecer ella fue muy especial para él, al punto de ponerle a uno de sus hijos su nombre.

Natasha Romanoff había dejado un vacío en el corazón de mi compañero, y no puedo imaginar el vacío que dejo en el corazón de Yelena, realmente me preguntaba si se encontraba bien.

Seguía pensando en eso cuando empecé a escuchar a una mujer gritar pidiendo ayuda, empece a divisar la situación desde la ventana y pude observar como un hombre intentaba como a de lugar arrebatarle la maleta a una mujer, había gente alrededor pero nadie hacia nada, todos eran espectadores, sin intervenir ante lo que tenían frente a ellos por más injusto que les parezca.

Tome una de mis flechas posicionándola en el arco y apuntando al hombre que ya había empezado a correr con la maleta, la mujer desamparada solo lloraba en el piso de la acera, ¿Cómo es que alguien puede hacer eso sin remordimiento? Realmente es algo que nunca podré entender.

Solté la flecha, como de costumbre tenía la puntería perfecta, había caído justo en el hombro derecho del delincuente atravesandolo y haciéndolo caer ante la fuerza en la que la flecha iba.

Todo el mundo empezó a correr, pero el hombre solo quedó ahí tirado sin moverse, la flecha tenía un tranquilizante, te hacia ser consiente de todo pero no te daba la capacidad de moverte, al menos no por un par de horas, la mujer atinó a ir por su maleta y correr, tome mi celular y marque el número de la policía dándoles las coordenadas del hombre y mandandoles un extracto de la grabación que empece a hacer desde que llegué aquí, donde se veía claramente como el hombre comenza el delito, obviamente la grabación se cortaba cuando lance la flecha. 

Luego de ello empece a tomar mis cosas y salir de la habitación escuchando como las sirenas de la policía se aproximaban cada vez más.

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-Hey muchacho, me extrañaste?- dije adentrándome nuevamente al penthouse, siendo bien recibida por Lucky, quien no paraba de mover su cola y lanzar pequeños ladridos de bienvenida.

-hoy si que estas muy feliz de verme eh? -
Dije mientras entraba a la cocina sacando le una alacena un platito que usaba para darle de comer a Lucky seguido de una lata de alimento para perro - o solo es por la comida que sabes que te daré? - le pregunte recibiendo un ladrido como respuesta.

Estaba tan concentrada acomodando toda la comida de Lucky que cuando escuché esa voz realmente me asuste.

-Kate Bishop- escuche decir y mi primer impulso fue tirar el plato de comida de Lucky hacía ella, fue en vano porque como sabiendo lo que haría, esquivo el objeto, haciendo que pasara de largo y cayera al suelo haciendo todo un desastre, desastre que Lucky empezó a limpiar de lo más feliz sin importarle que había alguien más en casa - así vas a recibirme siempre? tirándome cosas al azar? - dijo alzando una de sus cejas, cuestionandome.

- Que haces aquí?- pregunte a la defensiva.

-aqui vamos de nuevo...- dijo entre dientes mirando al suelo para luego mirarme y decir - relajate Kate Bishop, solo vine a hablar- dijo mientras caminaba hacia la nevera y la abría, sin embargo la vi fruncir el ceño - solo te alimentas de esto? - me pregunto alzando la caja de pizza.

- Es lo que nos gusta a Lucky y a mi - le respondí encogiendo mis hombros.

-Sigo pensando que eres muy rara- comento más para si misma, pero logré escucharle.

-Ya me dirás que haces aquí? - volví a preguntar

- De hecho si - dijo dejando de rebuscar en las alacenas y girandose hacia mi - se puede saber porque hiciste esto? - me dijo sacando la flecha que use hace unas horas contra el hombre que le robo la maleta a la señora, la lanzó contra el mesón y me miró como pidiendo respuestas.

¿Esto no podía ser bueno, o si?

Déjame enseñarte lo que es el amor - KatelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora