T1 C.5 / Ciudad Corrupta 🔗

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-Cuando yo la vi, ¡wujuju!.. ¡AGH!

-Man, tan solo te dije que estás arrestado. No es necesario que te hagas el loquito adolorido ahí atrás mientras yo conduzco.

-Wujujuju... ¡AAAH! - La espalda de Daniel comenzó a deformarse lenta pero dolorosamente. -¿Brother", cuándo llegaremos? Tu voz irritante me incita a ser racista.

-Llegaremos cuando dejes de hablar babosadas. Por el momento, necesito que me informes cómo llegaste a esta situación.

-Daniel se quedó callado.

-Caramba, man, al menos si puedes hablarme de eso.

-¡Ja! Bueno, primero tuve una negociación horrible por la mañana, vine aquí para relajarme, almorcé algo delicioso y... ¡AAH!, al terminar, no encontré un puto hotel abierto durante la noche. Después entré a un bar, bebí un poco, golpeé a un ladrón en el baño, salí corriendo de allí hasta que pasó lo que pasó. Un día de mierda... ¡AAAGHH!

-¿Y eso es un día de mierda para ti? Qué vida tan inocente tenes. Por cierto, tu amigo "Mingito" te espera en la comisaría, él nos llamó antes para recogerte.

...

¡BANG, BANG, BANG! El sonido de los disparos resonó en el aire, interrumpiendo el tenso silencio que se había apoderado del lugar cuando se fue la patrulla que llevaba a Daniel. Adrián, con una expresión de satisfacción en su rostro, se dirigió a los oficiales con desafío en sus palabras.

-¿Satisfechos? Sus soplones ya están muertos. Váyanse de aquí de una vez con esos perros rabiosos.

El gordo oficial que usaba el megáfono le contestó con una petición más, sin dejarse intimidar.

-Adrián, eran tres oficiales y uno de tu grupo ¡Toby lo acordó así!

La expresión en el rostro de Adrián cambió a una de cólera y extrañación.

-¿Me estás jodiendo?, si no es cierto incendiaré tu casa. ¡Martha!, tráeme al más viejo del grupo.

Martha, sin inmutarse, obedeció la orden de Adrián y se acercó al sujeto más anciano del grupo. Con un gesto brusco, lo agarró y lo lanzó hacia los pies de Adrián. El hombre, visiblemente débil y desesperado, comenzó a suplicar piedad a gritos.

-¡¡NO, NO, NO, YO NO POR FAVOR ADRIÁN, TE SOY LEAL Y AÚN ME ENCUENTRO EN FORMA, POR FAVOR NO LO HAGAS!!

Sin mostrar ningún rastro de compasión, Adrián desechó las súplicas del anciano.

-Eso no me interesa, abuelo. Yo dije que el más viejo y punto.

Sin vacilar, Adrián sacó su arma de 9mm y apretó el gatillo. Un estruendo resonó en el aire mientras los sesos del hombre de sesenta años volaron al pavimento, poniendo fin a su vida.

-De acuerdo, oficial, ¿ahora sí estamos a mano? - preguntó Adrián con una mirada desafiante.

El oficial, perturbado por la escena que acababa de presenciar, asintió sin palabras. Era evidente que la situación había escalado más allá de su control.

-Se-seh, nos ve-veremos luego. Ustedes recojan los cuerpos, noso-sotros tenemos problemas con alguien de un bar. - respondió el oficial, dándoles la espalda mientras se alejaba con el resto de sus compañeros.

Adrián y Martha intercambiaron una mirada cargada de determinación.

Calle 32:

Daniel y el hombre de color llegaron a la comisaría, donde Daniel fue llevado a una sala de primeros auxilios para recibir atención médica. Un flacuchento ex-enfermero se encargó de examinarlo mientras Mingito ingresaba para sorprenderlo y el hombre de color se marchaba por otra puerta.

Una historia de Enfermos🦏🐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora