Capítulo XXXIII

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     Bubba, con el corazón henchido de emoción y los nervios a tope, contempló cómo los enemigos lo miraban con extrañeza y rabia, mientras que los xeronianos vislumbraban alegres al elegido que por muchos años habían esperado

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     Bubba, con el corazón henchido de emoción y los nervios a tope, contempló cómo los enemigos lo miraban con extrañeza y rabia, mientras que los xeronianos vislumbraban alegres al elegido que por muchos años habían esperado. El joven se preparó con lanza en mano, aguardando atacar en cualquier instante contra la oleada de oponentes que se alistaban para agredirlo, pero, de forma inesperada en su mente, una voz profunda sobrehumana le habló no sólo a él, sino también a todos los xeronianos, quienes oyeron el mensaje emitido desde millones de años luz. Cuando el joven Rashad terminó de oír la comunicación, abrió los ojos con el semblante limpio de duda y cuestionamientos. 

—Entendido, mi señor Xeron, seré la luz que ilumine la oscuridad liberando a Cyrania y a la Neotierra de su tragedia. Guíame hacia la victoria. 

—¡Es el elegido, mátenlo ahora! —gritó Garilack a sus guerreros. 

     El enviado del cielo asió su lanza y avanzó raudo contra la legión de guerreros que se acercaban como una violenta marejada matando a los primeros que alcanzó. Contemplando al joven, portaba la elegancia y valentía que evocaba al arcángel Miguel cuando se enfrentó a Lucifer y a sus ángeles rebeldes en la primera Batalla del Cielo; era un guerrero iluminado por los dioses, incansable, veloz, certero en sus golpes y con una convicción infinita que lo convertía en un temible oponente para el imperio donde los generales fueron poseídos por el miedo al ver que su misión corría un serio peligro. De pronto, el muchacho que alguna vez surgió de una familia pobre y vagó por varios lugares del planeta, se elevó como impulsado por las alas angelicales, y aferrando con fuerza la lanza para clavarla violentamente contra el suelo, gritó desde el alma, aniquilando a la mayoría de los enemigos y provocando que los generales se protegieran de la devastadora técnica. 

—¡Ira del Arcángel! —gritó Bubba. 

—«Esa es la técnica que sólo los arcángeles guerreros pueden emplear. Desde la batalla con Lucifer que no la veía» —pensó Sokaku estupefacto mientras observaba, junto a los demás, la acción del muchacho. 

     Una brutal explosión sacudió el interior de la torre, haciendo que tanto xeronianos como enemigos tuvieran que protegerse de la radiación y la onda de choque, mientras que los cientos de guerreros que se lanzaron contra el elegido murieron pulverizados al instante por el inmenso poder de la habilidad. 

     Syria, quien pudo vislumbrar a Bubba, apenas pasó la explosión, miró al joven y le gritó. 

—¡Bubba! No pierdas tiempo acá, el horno principal está justo arriba. ¡Ve ahora! 

—¡Xeronianos! Alcancemos juntos la victoria devolviéndole esperanza a Cyrania y la Neotierra respondió el muchacho izando la lanza. 

     Los xeronianos, en un solo grito de emoción, respondieron afirmativamente al llamado de su nuevo líder colaborando con la misión que, hasta hace un tiempo, era impensada. Los generales y sus huestes trataron en vano de detener el ímpetu xeroniano que seguía a su flamante caudillo portador de la legendaria lanza dorada obsequiada por el mismísimo San Miguel Arcángel. De pronto otro suceso inesperado acaeció, porque Arien, Ukyo, Syria y Asterious sintieron algo que no pasaba hace muchísimos años y que sólo ellos sabían de qué se trataba. 

LOS XERONIANOS DEL UNIVERSO - LIBRO I EL GUERRERO DEL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora