Alessandro se acomodó a su lado y la atrajo hacia sus brazos, la envolvió cálidamente. Estaba al igual que ella agobiado, ya que no había podido estar en todas partes para proteger a sus amigos. Sabía que era algo casi imposible de hacer, pero hubiese preferido estar él en su lugar.
-No sabría muy bien como decirte los hechos precisos, sólo conozco el relato de Marco quien estaba con él cuando todo ocurrió- la muchacha sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, además Marco no le había mencionado nada, eso no era bueno.
El caos indiscutido de la batalla se hacía presente en aquel prado, que ya no parecía sacado de una obra paisajista, más bien representaba un carnaval de luces brillantes y maleficios, que acompañado de los sangrientos ataques de los cazadores, hacía viajar a un pasado brutal, de luchas ancestrales entre seres superiores. Lucas volvía de las llamas con Marco, quienes al aterrizar se encontraron rodeados por varios brujos que les tendieron una emboscada. Siete sujetos de negro estaban listos para deshacerse de ellos, no les dieron respiro para asimilar nada y comenzaron con su ataque.
Lucas recibió el primer maleficio en su brazo derecho. Lo inmovilizaron con veneno de demonio que le comenzó a carcomer y hacer fuertes heridas en la piel. Con su brazo izquierdo era muy torpe y los ataques que comenzó a lanzar con su espada no le hacían daño a nadie. Aun así y sabiendo que estaba todo perdido a su favor, le ordenó a Marco que arrancará, el muchacho al ver el rostro decidido de Lucas no quiso desobedecer y como es pequeño pudo escabullirse sin problemas mientras veía con horror como Lucas era derribado y se le fueron encima sus atacantes como animales que iban a devorar su presa derrotada.
Sofía negó con la cabeza, no quería seguir escuchando, las lágrimas asomaron sin aviso. Alessandró le tomó la barbilla.
-Espera, no he terminado. Aún hay más- le susurró.- Mientras en el campo de batalla se materializaban más criaturas, en el alborotado patio de mi madre, un muchacho irreconocible apareció apoyado en los brazos de una de las cazadoras que lo alcanzó a liberar de los energúmenos que lo querían asesinar, pero sus heridas fueron tan profundas que mi madre tuvo que informar a su familia y se lo llevaron a su hogar. Estaban indignados, ya que no le habían autorizado a participar en nada que se relacionara contigo y hasta el momento ni siquiera han contestado a mis llamados para saber su estado.
- ¡Está vivo!- le gritó la muchacha chillona
- Por lo menos hasta que se fue de acá si- le cerró un ojo- de hecho estaba con una gran sonrisa, ya que su salvadora era todo un bombón- Sofía abrazó al joven italiano, estaba dichosa, podía respirar normal nuevamente.
-Es la mejor noticia que he tenido- le golpeó fuerte en el hombro- Me hiciste creer que estaba muerto, eres de lo peor- se levantó furiosa.
- No fue mi intención, me preocupa aún su estado y me siento horrible por todo lo ocurrido.
- Lo sé, yo igual- agachó la cabeza avergonzada- pero no debiste asustarme así.
- Sofía nos vamos- le indicó su tío.
La muchacha obedeció y salieron a la fría noche.
- Deben estar ya despiertas mis mujeres y querrán saber qué ha pasado. La versión es incendio forestal.
- Entendido- le pareció a sí misma sonar como un soldado.
- Bueno, también es la versión de los medios, no creo exista problema con aquello.
Frente a la cabaña estaba el grupo de cazadores esperando pacientemente. Un sonoro concierto disonante de metal se escuchaba mientras limpiaban sus armas. A Sofía le parecían más de los que había visto en un inicio.
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Sofía La Mestiza. El primer encuentro
FantasySofía estaba ilusionada con sus primeras vacaciones en el balneario de Quillón, esperaba si quiera por unos días, alejarse de su monótona rutina. Pero jamás imaginó que durante este viaje conocería una nueva realidad, inundada de engaños y secretos...